Brasil aparece en el Mundial

Brasil se aliger¨® de peso y edad ante Jap¨®n. Le vino de perlas soltar lastre. Ante un rival que no fue ni mejor, ni peor, que Croacia y Australia, los brasile?os dieron se?ales de vida. No entusiasmaron con su juego, pero tuvieron momentos convincentes. El juego cobr¨® una velocidad nueva con Cicinho, los dos Gilbertos, Robinho y Juninho. Cinco cambios nada menos. La mitad del equipo. Jugaron porque Brasil se hab¨ªa clasificado y no desestabilizan la escala jer¨¢rquica, que comienza en futbolistas como Caf¨², Roberto Carlos y Emerson. Los tres tienen en com¨²n una larga carrera, un palmar¨¦s impresionante y la certeza de la titularidad. Tambi¨¦n tienen otra cosa en com¨²n: su declinante trayectoria. Est¨¢n en la curva descendente, como Ze Roberto, que no figura en el alto mando brasile?o, pero ha sido titular indiscutible en los ¨²ltimos a?os. Sin ellos, el equipo rejuveneci¨® su aspecto. Con un f¨²tbol m¨¢s ligero y menos predecible, se impuso sin demasiadas complicaciones a Jap¨®n, que cobr¨® ventaja en el primer tiempo. Fue algo anecd¨®tico. Ronaldo anot¨® el empate, marc¨® el cuarto tanto, agradeci¨® la ausencia de Adriano y cerr¨® el debate. O sea, se puso serio como goleador. P¨¦sima noticia para los rivales.

Los goles de Ronaldo merecen festejarse. Adelant¨® a Pel¨¦ en la lista de goleadores en la Copa del Mundo e igual¨® al alem¨¢n Gerd M¨¹ller, m¨¢ximo realizador en la historia del torneo. Muller, un especialista en el ¨¢rea que no ten¨ªa ning¨²n impacto en el juego del equipo, marc¨® 14 goles en tres ediciones de la Copa del Mundo. Ronaldo le acompa?a ahora. Cuestionado como nunca, el delantero brasile?o se recuper¨® ante Jap¨®n. Ya no es el futbolista que altera los partidos desde cualquier zona del campo. Es el precio que paga por dos lesiones que parec¨ªan terminales. Ronaldo ahora es un especialista, como M¨¹ller. Diferente en cuanto a estilo, pero dedicado a lo mismo: marcar goles y no participar mucho en el juego. Ronaldo est¨¢ para rematar la faena, no para elaborarla.

Sus dos goles representan su estilo actual. El primero fue un remate desde el ¨¢rea, cl¨ªnico en la definici¨®n. El segundo lleg¨® en un violento tiro que sorprendi¨® al portero. Goles inapelables, propios de un delantero que puede desatar una tormenta de remates en cualquier instante. Ronaldo emergi¨®, y no sucedi¨® por casualidad. A su alrededor estaban jugadores m¨¢s adecuados a su estilo. No estaba Adriano, que es joven, tiene fama y no recibe cr¨ªticas, aunque est¨¦ mucho m¨¢s fond¨®n que Ronaldo. No mezclan bien. Adriano necesita la pelota en el pie, no se desmarca ni a tiros y traslada el bal¨®n demasiado. No es el tipo de jugador que necesita Ronaldo a su lado. Se trata de las extra?as matem¨¢ticas del f¨²tbol: uno m¨¢s uno no es dos. Puede que sea cero.

Antes de que Ronaldo desplegara su poder¨ªo goleador, Brasil jug¨® sin la pesadez de costumbre. Este Mundial ha dado demasiadas se?ales del declive de Caf¨², Roberto Carlos y Emerson. Son jugadores importantes, por supuesto, pero no lo que fueron. Brasil corr¨ªa un peligro con ellos. Recordaba cada vez m¨¢s a la selecci¨®n que se estrell¨® en el Mundial de 1966. Aquella selecci¨®n lleg¨® con Djalma Santos, Garrincha y algunas otras estrellas que hab¨ªan conquistados los dos Mundiales anteriores. El equipo se hab¨ªa envejecido, pero Vicente Feota, su seleccionador, atendi¨® m¨¢s a la jerarqu¨ªa que a la realidad. Ya estaban Gerson y Jairzinho. Pel¨¦ ten¨ªa 25 a?os. Hab¨ªa jugadores espl¨¦ndidos, pero pesaron criterios pol¨ªticos sobre futbol¨ªsticos. Brasil sali¨® eliminada de la primera ronda.

No ocurrir¨¢ lo mismo en esta ocasi¨®n. Ahora bien, Parreira tendr¨¢ que tomar decisiones arriesgadas. Tendr¨¢ que elegir entre los galones de sus veteranos y la vitalidad de los j¨®venes. No parece que hay demasiadas dudas sobre Juninho Pernambucano, Cicinho, los dos Gilbertos y Robinho. Hacen m¨¢s vers¨¢til y ligero a su equipo. Ayudan a Ronaldo porque Brasil se vuelve m¨¢s impredecible. Tienen m¨¢s energ¨ªa. Ahora se avecina el trecho decisivo del torneo y Parreira tiene que elegir. Los j¨®venes o los galones. Interesante situaci¨®n. Jap¨®n pag¨® el ingreso de nuevos titulares. Habr¨ªa perdido tambi¨¦n con la envejecida versi¨®n anterior. Brasil no pierde casi nunca. La diferencia residi¨® en el modo de conseguir la victoria. Sin deslumbrar, mostr¨® un juego m¨¢s atractivo y veloz, un f¨²tbol que permiti¨® a casi todos los jugadores asomar en aquellos que les distingue. Fue decisiva la aportaci¨®n de Juninho, ausente en los dos partidos anteriores. Juninho es lo m¨¢s parecido a un centrocampista de toda la vida, por lo menos en este equipo. Supera a Ze Roberto de punta a punta. Y tiene una ligereza que Emerson ha perdido hace mucho tiempo. Ronaldinho y Kak¨¢ se beneficiaron de su presencia. Se produjo un efecto de arrastre que se propag¨® por todo el equipo. Todo el mundo se sinti¨® m¨¢s libre, incluido Ronaldo. Brasil no despeg¨®, pero apareci¨® por fin en el Mundial.