Orgullo africano
Ghana vence a Estados Unidos sin jugar bien y ahora se enfrentar¨¢ a Brasil en octavos de final
?frica es diferente. Ah¨ª estaban sus jugadores, subi¨¦ndose al cordero de su seleccionador, el serbio Ratomir Dujkovic, para celebrar la clasificaci¨®n para octavos de final, un ¨¦xito colosal para este pa¨ªs cuya renta per c¨¢pita es de apenas 380 d¨®lares anuales, frente a los 41.400 de Estados Unidos, por ejemplo. Un orgullo para el continente negro. Estar entre los 16 mejores en su primera experiencia mundialista, con todos los futbolistas, menos el portero, nacidos depues de 1980. Dejar fuera a una hist¨®rica, la Rep¨²blica Checa, y a una poderosa pretendiente que crece m¨¢s lentamente de lo esperado. Porque Estados Unidos, cuarta en la clasificaci¨®n de la FIFA cuando empez¨® el Mundial, sigue en realidad mucho m¨¢s lejos. Con los defectos de siempre: pobreza t¨¦cnica y t¨¢ctica. Buenos atletas sin los conocimientos profundos del juego. Como Donovan, decepcionante en una evoluci¨®n que no llega.
RESULTADO
GHANA 2 - ESTADOS UNIDOS 1
Estados Unidos sucumbi¨® a sus propios fallos. Muy gruesos, por cierto
El f¨ªsico no les pudo servir a los estadounidenses ante Ghana, que en ese aspecto es imbatible. ?Qui¨¦n les gana una carrera a los centrales: Mensah y Shilla? ?Qui¨¦n frena a Otto Addo, que rob¨® el bal¨®n en su ¨¢rea, lo condujo hasta la otra y centr¨® a gol en el tiempo de descuento? Ghana ni siquiera necesit¨® jugar bien. Not¨® las ausencias de Gyan y de Muntari, sin los cuales todo queda en manos de Appiah y Essien, cuyo peso resulta a veces abrumador. Gris esta vez el mediocentro del Chelsea, fue amonestado y ser¨¢ baja en el cruce de octavos. Una baja que se presume muy importante ante Brasil, "Los brasile?os de verdad contra los de ?frica: lo m¨¢ximo", dice Dujkovic. El ¨ªmpetu de Essien ya es conocido en la Liga inglesa, donde ha ro¨ªdo varios tobillos. Pero la de ayer fue una acci¨®n involuntaria: arroll¨® a Reyna porque no se apercibi¨® de que le llegaba por detr¨¢s.
Al conjunto africano le bast¨® otra contundente actuaci¨®n de sus centrales y una exploraci¨®n m¨¢s en el componente infantil de su f¨²tbol. Sus jugadores van y vienen de una porter¨ªa a otra sin descanso, como en el colegio, sin dormir nunca el bal¨®n en el centro del campo, lo que puede convertirse en un martirio para el adversario. Appiah, ense?¨® al mundo una calva reluciente y unos dientes separados al festejar su gol de penalti en el filo de la primera parte.
Un golpe mortal para Estados Unidos. Por cu¨¢ndo se produjo y por c¨®mo. Tras un empujoncillo del gigante Onyewu al ghan¨¦s Pimpong, que se mov¨ªa como tal cosa en la delantera. La decisi¨®n del ¨¢rbitro encoleriz¨® a los estadounidenses, camino del descanso como alma que lleva al diablo. Donovan aplaudi¨® enrabietadamente a Merk, Arena lanz¨® manotazos de desprecio y el meta Keller tuvo ganas de llorar. En realidad, Estados Unidos sucumbi¨® a sus propios fallos. Muy gruesos, por cierto. El del lateral Bocanegra, que despej¨® un globo hacia el centro de su ¨¢rea propiciando la jugada del penalti. O el de su capit¨¢n Reyna, paralizado ante la llegada amenazante de Draman, que le rob¨® el bal¨®n en la zona de tres cuartos, apunt¨® al portero Keller y lo super¨® por el palo m¨¢s alejado.
El error no ven¨ªa de un cualquiera, sino de Reyna, una instituci¨®n en la selecci¨®n estadounidense, con m¨¢s de 100 partidos a sus espaldas. Descendiente de argentinos, Reyna es quien les da la pausa a sus ansiosos compa?eros. Esta vez se durmi¨®. Y se lastim¨® el pie derecho justo antes de que Draman le arrebatara la pelota. Aunque no fue falta, pudo parecerlo, pero nadie se quej¨® en el conjunto de Bruce Arena, lo que habla muy bien de la cultura deportiva estadounidense. Reyna, sin embargo, jug¨® renqueante casi media hora. Y no le hizo ning¨²n bien a su equipo, a pesar de que saliera del campo aplaudido por su hinchada. De hecho, cuando volvieron a ser 11 contra 11, con la entrada de Olsen por Reyna, Estados Unidos vivi¨® su mejor momento, coronado con un remate de Dempsey tras un precioso pase curvado de Beasley al segundo palo. Un empate fugaz.
Ghana se reh¨ªzo. Es un equipo tribal que asume con devoci¨®n la jerarqu¨ªa de dos jefes absolutos. Uno de 26 a?os, Appiah, y otro de 23, Essien. Entre los dos dictan cu¨¢ndo ir adelante o atr¨¢s. Nadie rechista. Y hubo un ejemplo muy significativo. Essien abronc¨® a Draman despu¨¦s de que ¨¦ste no enviara el bal¨®n atr¨¢s para recomenzar la jugada. Instantes despu¨¦s, Draman no le dijo ni mu a Essien cuando ¨¦ste le pas¨® tan mal la pelota que acab¨® fuera del campo.
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