T¨¦cnicas de origen militar
El hemat¨®logo Merino Batres aprendi¨® a congelar la sangre en un curso del Ej¨¦rcito
Un deportista cuenta que la tarifa anual que le carg¨® Eufemiano Fuentes la temporada pasada fue de 30.000 euros, aparte de unos 5.000 en concepto de medicamentos. "Pero este a?o hab¨ªa subido la minuta", dice este corredor bajo condici¨®n de anonimato. "Este a?o ya ten¨ªa m¨¢quina para congelar los gl¨®bulos rojos, y eso era m¨¢s caro". La calidad del seguimiento hab¨ªa ascendido, tambi¨¦n.
En a?os anteriores, la sangre extra¨ªda se centrifugaba y se lavaba, y los gl¨®bulos rojos, los que transportan el ox¨ªgeno, se conservaban refrigerados a +4 grados cent¨ªgrados despu¨¦s de a?adirles conservantes y anticoagulantes como SAG Manitol (llamadas bolsas triples en el s¨¢nscrito de Eufemiano, seg¨²n las anotaciones recogidas en su agenda por los investigadores, que caducan a los 42 d¨ªas de la extracci¨®n) o CPDA (bolsas simples: caducan a los 35 d¨ªas). La corta vida ¨²til de esta sangre obligaba a los cerebros de la trama criminal a complicados c¨¢lculos para optimizar su almac¨¦n, y a m¨¢s molestias para los deportistas que se somet¨ªan a la pr¨¢ctica. As¨ª, cada pr¨¢ctica de extracci¨®n, normalmente de una o dos unidades (450cc es la medida de la unidad), se ve¨ªa acompa?ada de otras de reinfusi¨®n de sangre a punto de caducar.
Esto acab¨® con la llegada a los pisos de Eufemiano Fuentes y Jos¨¦ Luis Merino Batres de la ACP215, la m¨¢quina y los sistemas que permiten congelar los gl¨®bulos rojos a -80 grados cent¨ªgrados. "La vida media de esta sangre puede llegar a a?os", explica Fernando Hern¨¢ndez, jefe de Hematolog¨ªa del hospital La Paz, de Madrid. "Pero hay que tener un cuidado extremo en su manipulaci¨®n y, sobre todo, no romper nunca la cadena del fr¨ªo".
El "cuidado extremo" en la manipulaci¨®n y en el manejo de la m¨¢quina lo aprendi¨® Merino Batres en noviembre de 2005 en un curso impartido por el centro de transfusiones de las Fuerzas Armadas en el que particip¨® en su condici¨®n de hemat¨®logo del hospital de la Princesa. Tambi¨¦n all¨ª, seg¨²n los documentos aportados al sumario por los investigadores, Merino Batres se inform¨® de una oferta de soluci¨®n de cloruro s¨®dico (suero fisiol¨®gico) elaborado por el Centro Militar de Farmacia de la defensa, l¨ªquido necesario para la limpieza, purgaci¨®n y mantenimiento de la m¨¢quina que prepara la sangre para su congelaci¨®n. As¨ª, en el mes de febrero, se le entregaron a Merino Batres 50 cajas de cloruro s¨®dico.
Otro elemento necesario para la congelaci¨®n de la sangre es el glicerol (glicerina), un alcohol que protege y evita que revienten los gl¨®bulos rojos. Este producto, de venta libre en las farmacias a unos cinco euros el litro, lo consigui¨®, sin embargo, Merino Batres, de los centros oficiales de transfusiones de Andaluc¨ªa (tres litros) y la Comunidad Valenciana (litro y medio), a cuyos responsables Merino llam¨® como responsable del hospital de la Princesa. Dado que a la sangre extra¨ªda se le a?ade previamente a su congelaci¨®n un 10% de glicerol, con esa cantidad Merino pudo congelar 90 unidades de sangre, o bolsas de 450cc. Estas bolsas, en la jerga del clan y de los deportistas, empezaron a conocerse como siberias.
Las siberias deb¨ªan congelarse de una manera programada, con un descenso de temperatura de un grado por minuto hasta llegar a -80. Despu¨¦s deb¨ªan almacenarse en arcones dotados de luz continua y de sistemas de CO2 por si se interrumpe la energ¨ªa el¨¦ctrica. El descongelado tambi¨¦n se efect¨²a de manera programada, pero es mucho m¨¢s r¨¢pido: se puede conseguir el calentamiento en s¨®lo diez minutos.
El transporte tambi¨¦n era un momento cr¨ªtico. El correo de la banda deb¨ªa llevarla consigo en los aviones y nunca facturarla en la bodega del avi¨®n. "Hay medios muy seguros para ello", dice Hern¨¢ndez. "Hay mochilas en las que se puede conservar el fr¨ªo varias horas mediante un sistema de nieve carb¨®nica".
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