Antiguos, caros y en buen estado
Los expertos explican sus pautas para moverse en el mercado de la inversi¨®n filat¨¦lica con el menor riesgo posible
A los profesionales del sector no les gusta nada que al universo filat¨¦lico se le defina como un ¨¢rea de inversi¨®n y advierten de que los sellos son b¨¢sicamente una forma de coleccionismo no apta para inversores apresurados. Reconocen, sin embargo, que elegidos con prudencia y conocimiento pueden aportar interesantes revalorizaciones a muy largo plazo. Sus recomendaciones son que se inviertan en series antiguas, caras, con escasa tirada, y que est¨¦n adem¨¢s en ¨®ptimas condiciones de conservaci¨®n.
Siempre es recomendable adquirir sellos de emisiones antiguas, caras, con escasa tirada y en ¨®ptimas condiciones de conservaci¨®n
Los expertos advierten que, b¨¢sicamente, los sellos son una forma de coleccionismo no apta para inversores apresurados
El mundillo filat¨¦lico que se mueve en torno a la Plaza Mayor de Madrid ha recibido la ca¨ªda de F¨®rum Filat¨¦lico y Afinsa, con sus centenares de miles de ahorradores afectados, con cierta indiferencia. "No nos ha afectado", afirma un responsable de Bolsa Filat¨¦lica. "Ni los ahorradores eran coleccionistas de sellos (no los ve¨ªan), ni las empresas desempe?aban cualquier papel en el sector. En los a?os en que han funcionado no hemos sentido presi¨®n sobre los precios filat¨¦licos. Como si no hubieran existido".
Antes y despu¨¦s del desplome de las dos firmas, el mercado del coleccionismo e inversi¨®n filat¨¦lico se ha venido moviendo a su ritmo parsimonioso de toda la vida, con los abonados de Correos -un colectivo de unas 100.000 personas- recibiendo las ¨²ltimas series y los coleccionistas interesados en valores m¨¢s antiguos pate¨¢ndose las tiendas o acudiendo a las diversas subastas que se organizan de cuando en cuando.
"Lo primero que todos deber¨ªan tener en cuenta", comenta Francisco Aracil, un coleccionista de 87 a?os y con m¨¢s de 70 de experiencia, "es que la filatelia es ante todo un hobby. La seguridad de revalorizaci¨®n es tan escasa que no se la puede considerar una forma de inversi¨®n". Desde una tienda de la zona de la Plaza Mayor, Alberto Est¨¦vez, advierte de que "no hay que enga?arse. Hay sellos que se revalorizan mucho. Y otros no. Por qu¨¦, no lo sabe nadie. Si lo supieran, no los vender¨ªan nunca". Est¨¦vez cita un ejemplo: una serie que empez¨® a emitirse en 1962, un sello al mes sobre cada una de las provincias espa?olas. "Se revalorizaron los de Castell¨®n y los de C¨®rdoba, los dem¨¢s no".
Vertiente inversora
Pero es que, adem¨¢s, la resistencia de los filat¨¦licos a reconocer la vertiente inversora se apoya en otra idea: la tremenda labor que exige estar al tanto de los altibajos de las series filat¨¦licas, sus precios, las exigencias de calidad que alteran su valor y muchos otros detalles. Lo que convierte a los sellos en un mercado poco atractivo para los ahorradores puros y duros, esos a los que les gusta mover el dinero con una simple visita a su banco o una llamada de tel¨¦fono a su agente de Bolsa.
Dicho esto, no hay un solo profesional que niegue que una labor coleccionadora de muchos a?os, bien asesorada, acabe por dar frutos. "S¨ª que hay series bastante seguras, por las que vale la pena apostar", reconoce Aracil. Y la prueba del algod¨®n de que los sellos son una forma de inversi¨®n es que como tal son considerados por los propios comerciantes. ?stos, m¨¢s que funcionar como locales de venta, est¨¢n planteados como mini-mercados de trueque, en los que el coleccionista sabe que puede vender y obtener liquidez inmediata.
Todos coinciden en que el coleccionista que quiera ir sobre seguro lo que tiene que hacer es comprar valores reconocidos. "Hay que comprar series antiguas, buenas, de baja tirada y que se hayan revalorizado ya", aconsejan en Bolsa Filat¨¦lica. Las series espa?olas que han mostrado mayor capacidad de revalorizaci¨®n son las emitidas durante los 100 primeros a?os de existencia del sello (el primer centenario), entre 1850 y 1950 y, en un segundo lugar, algunas de las emitidas entre 1950 y 1964. A partir de ah¨ª, y con unas cuantas excepciones, pr¨¢cticamente todos los sellos han cesado de crear valor.
"Muchos valen, en t¨¦rminos reales, incluso menos que su precio nominal", explica Jos¨¦ Luis Gomis, del C¨ªrculo Madrid Filatelia, una empresa que hace subastas de sellos por correo. "El valor total de todos los sellos de la etapa 1965-1975 no excede de 211 euros", agrega Gomis.
Dicho esto, tampoco todos los sellos del primer centenario han incrementado su valor. "Hay una serie de sellos de Franco de los a?os cincuenta", comenta Est¨¦vez, "que ha perdido su valor. S¨®lo uno de ¨¦stos, de 1956, se revaloriz¨®, lo que parece deberse a que le cambiaron el color por equivocaci¨®n". Hay, pues, que hilar m¨¢s fino e ir a por las colecciones -la del IV Centenario del Quijote, la del Centenario del Sello de 1950 o Legazpi y Sorolla, por poner unos pocos ejemplos- que han funcionado y siguen haci¨¦ndolo. Por diversas razones, el mercado ha ido seleccionando unas cuantas series, que han acabado por convertirse, debido a la fuerte demanda, en valores a veces escasos de encontrar, y que aparecen expuestas y descritas en los cat¨¢logos m¨¢s comunes.
Algunos sellos posteriores a 1950 han tenido un recorrido interesante. "Los sellos de la serie de Legazpi y Sorolla, de 1953", comenta Gomiz, "se han revalorizado bastante. Su valor facial era de 75 pesetas y ahora est¨¢n en cat¨¢logo sobre los 950 euros". Otro ejemplo es una prueba del sello de Calella, puesta a la venta en 1986, por 750 pesetas y que ahora vale 1.175 euros en cat¨¢logo.
Explicar estas revalorizaciones no resulta f¨¢cil. Parece, sin embargo, que el grado de escasez de las emisiones es una de las causas. "La serie del Centenario, de 1950", asegura Aracil, "se ha revalorizado mucho porque s¨®lo se han emitido 41.000 ejemplares". Por el contrario, la explicaci¨®n para que los sellos posteriores a 1964 no se hayan revalorizado es que son producto de emisiones gigantescas, imposibles de agotar.
"En las ¨²ltimas d¨¦cadas", apunta Aracil, "Correos est¨¢ emitiendo millones de unidades de un sello, que, adem¨¢s, no se consumen porque los usuarios prefieren utilizar las etiquetas. Quedan as¨ª millones de sellos en el mercado. Hasta que un d¨ªa se decidan a destruir esos remanentes no se sabe qu¨¦ ocurrir¨¢ con su cotizaci¨®n". Gomis da otro ejemplo: "De la serie Am¨¦rica han hecho nada menos que 10 millones. Con s¨®lo 200.000 coleccionistas es imposible que ese sello se revalorice. De hecho, ya valen menos que su precio facial".
No hay que echar en saco roto, adem¨¢s, el tema de la calidad. "Los sellos", comenta Gomis, "deben ser antiguos, pero estar nuevos". Lo que no es f¨¢cil de conseguir. El valor de mercado de un sello depende, pues, de que ¨¦ste no tenga matasellos, no muestre marcas de charnela (solapa que se utilizaba para fijarlos al ¨¢lbum), no hayan sido reengomados (con goma nueva) y de que preserve su color. Tan importante es su estado que un sello malo puede llegar a valer la mitad de su precio en cat¨¢logo.
Todos estos conocimientos, necesarios para no caer en errores de bulto, act¨²an como barreras de entrada en el mercado filat¨¦lico. Cierto que a los profesionales les interesar¨ªa un incremento de los coleccionistas-inversores, lo que crear¨ªa m¨¢s demanda y presionar¨ªa los precios al alza, pero no se hacen ilusiones. "Esto puede ser inversi¨®n", reitera Aracil, "pero es ante todo un coleccionismo que exige dedicaci¨®n. El que quiera manejarse aqu¨ª tiene que recibir los cat¨¢logos de precios y los resultados de las subastas, suscribirse a las revistas, visitar las tiendas...". Hay que conocer las series, sus tiradas, sus tem¨¢ticas (unas venden m¨¢s que otras), su grado de revalorizaci¨®n, las que muestran recorrido o las que parecen ya haberse agotado, perder largas horas en b¨²squeda de un sello que no aparece por ning¨²n lado.
"No es una labor que puedas trasladar a nadie", segura Aracil. "Para m¨ª, que me he dedicado a esto porque me gusta y quer¨ªa dejar algo a mis hijos, ha sido un placer. Ahora bien, el que se lo plantee a largo plazo puede estar seguro de que va a obtener una rentabilidad. Yo la he logrado. Y con creces".
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