"El mundo pol¨ªtico de ETA quiere soltar el lastre de la violencia"
El portavoz de Gesto por la Paz Pedro Luis Arias (Sestao, 1959) admite que su organizaci¨®n est¨¢ a la expectativa ante el proceso abierto con el alto el fuego de ETA. Pero con los objetivos claros: "Cualquier soluci¨®n a la que se llegue debe dejar claro que nunca ha habido, ni habr¨¢ justificaci¨®n para la violencia".
Pregunta. ?Qu¨¦ proceso se ha abierto tras la tregua de ETA, de paz o de autodeterminaci¨®n?
Respuesta. Nosotros preferimos no utilizar la terminolog¨ªa de proceso de paz, porque no hemos estado en guerra contra nadie. De lo que se trata es de reivindicar la paz y los derechos humanos y fundamentales de todos y que se acaben situaciones como las escoltas, las amenazas y extorsiones. Lo dem¨¢s es el campo de la pol¨ªtica, donde los partidos deber¨¢n definir el futuro en funci¨®n de las correlaci¨®n de fuerzas de cada momento. Cumpliendo las reglas de juego, aunque tampoco sacralizarlas, porque se pueden modificar. Y teniendo claro que la vasca es una sociedad compleja, con sentimientos identitarios diferente, pero que pueden ser conjugados.
"Que la polic¨ªa y los jueces persigan el delito es el funcionamiento normal del Estado. El Estado lo que no puede es estar en tregua"
"Hay dos urgencias. El banderazo de salida al di¨¢logo con ETA y que Batasuna rompa con la violencia y apueste s¨®lo por las v¨ªas pol¨ªticas"
P. Parece que en esta nueva etapa se abren espacios para nuevos lenguajes en la pol¨ªtica vasca. Patxi L¨®pez habla de repensar un nuevo modelo de patriotismo vasco alejado de las definiciones excluyentes nacionalistas.
R. Me imagino que se usa ese lenguaje intentando generar espacios de oportunidad para ese m¨ªnimo consenso sobre el que edificar una sociedad con un proyecto com¨²n. Lo importante es que al final se garantice el ejercicio de los derechos humanos al m¨¢ximo. Me imagino que L¨®pez est¨¢ ahora preocupado por c¨®mo ir atrayendo a la pol¨ªtica al mundo que ha justificando la violencia.
P. ?No cree que en ese mundo la deslegitimaci¨®n de la violencia ha alcanzado niveles hist¨®ricos y s¨®lo les resta dar el paso p¨²blico para volver a la legalidad?
R. La raz¨®n fundamental por la que hemos llegado a esta situaci¨®n tiene que ver con esa p¨¦rdida de legitimidad de ETA. Tambi¨¦n en su base social, que ve que la violencia no resulta funcional para lograr los objetivos que persiguen, sino todo lo contrario. Sin olvidar el 11-S o 11-M y la respuesta de la opini¨®n p¨²blica. Es un mundo que quiere soltar el lastre de la violencia, pero dejando cuantos menos pelos en la gatera e intentado hacer parecer que somos los dem¨¢s los que hemos cambiado. Son tensiones t¨¢cticas que con el tiempo sonar¨¢n a lo que en su momento dijeron los polimilis en la rueda de prensa en la que anunciaron su final.
P. ?Aunque toda situaci¨®n hist¨®rica es diferente, puede ser un referente ETApm?
R. Es muy diferente, pero en aquella rueda de prensa dijeron que lo dejaban porque la violencia deb¨ªa ser sustituida por la acci¨®n pol¨ªtica, aunque sin hacer ni una sola autocr¨ªtica de su uso. Y hab¨ªa habido muertos poco antes. La situaci¨®n no es la misma porque se han acumulado mucho horror y sufrimiento. Y las caracterizaci¨®n sociol¨®gica y personal de los etarras no tiene nada que ver. Los polimilis, muchos con gran preparaci¨®n profesional, supieron evolucionar. Los etarras actuales no tienen ese perfil, y sus posibilidades de integraci¨®n, bajan.
P. ?Y qu¨¦ hay que hacer: arriesgar como dice Zapatero o seguir utilizando el Estado de derecho, que es el que ha situado en una debilidad extrema a ETA y a Batasuna, como dice el PP?
R. No s¨¦ si es muy adecuado contraponer esas dos estrategias. Hay que actuar contra el delito. El Estado no puede estar en tregua, y s¨®lo lo estuvo cuando se cometieron aquellas barbaridades desde las cloacas del Estado que fueron los GAL o con las torturas. Que la polic¨ªa y los jueces persigan el delito es el funcionamiento normal del Estado.
P. ?Y d¨®nde est¨¢ el espacio para la flexibilidad?
R. Por ejemplo en el terreno de la interlocuci¨®n con ETA, aunque dejando claro que la democracia no puede pagar precio pol¨ªtico. Interlocuci¨®n para que lo que ahora es un alto el fuego permanente se convierta en un desistimiento total y definitivo de la violencia. Y cabe tambi¨¦n un di¨¢logo con la izquierda abertzale para favorecer su apuesta por la pol¨ªtica. Hay margen de maniobra tambi¨¦n en la pol¨ªtica penitenciaria. Pero en paralelo habr¨¢ que hacer un proceso con las v¨ªctimas, advirti¨¦ndolas previamente de lo que se va a pasar.
P. ?Las v¨ªctimas tienen claro de hasta d¨®nde llega su papel?
R. A las v¨ªctimas les debemos todo el reconocimiento y la reparaci¨®n. Pero su papel no es la de generar opini¨®n. Y su memoria debe ser tenida como otra fuente de criterio a la hora de apoyar los proyectos pol¨ªticos que m¨¢s justicia hagan a esa memoria.
P. ?Y cu¨¢l debe ser el papel de la sociedad civil. De Gesto ?Deben estar vigilantes con el proceso?
R. Lo deseable es una sociedad lo m¨¢s participativa posible. Pero no creemos que ahora sea el momento de movilizar a la sociedad, que no saldr¨ªa a la calle. Y si esta situaci¨®n de ausencia de atentados mortales sigue, este asunto bajar¨¢ en el ranking de preocupaci¨®n de la sociedad civil, m¨¢s agobiada por asuntos como la vivienda o el paro.
P. ?No deber¨ªa Zapatero abrir ya el di¨¢logo con ETA?
R. Si es para para convertir este alto el fuego en la desaparici¨®n total de la violencia, cuanto antes mejor. Y si es con una proclamaci¨®n solemne, excelente. Pero hay dos urgencias. Ese banderazo de salida que usted plantea, pero tambi¨¦n que en el mundo pol¨ªtico de la violencia se produzcan modificaciones sustanciales que avalen su apuesta exclusiva por la v¨ªas pol¨ªticas. Algo que nadie puede hacer por ellos. Y ah¨ª hay que aceptar que el proceso se d¨¦ de forma gradual, porque tan importante es la ¨¦tica de los principios como la de la responsabilidad.
P. ?Por qu¨¦ el PP est¨¢ tan extremo, cuando todos los gobiernos han dialogado con ETA?
R. Es que en esta ocasi¨®n existen elementos que avalan la hip¨®tesis de que hay m¨¢s probabilidades de que sea la definitiva. El PP plantea seguir con las recetas, algunas acertadas y otras m¨¢s rechazables, que debilitaron a ETA y a Batasuna. Pero la situaci¨®n ha cambiado, y para muchas personas aquellas medidas y aquel discurso ahora chirr¨ªan. Aunque tambi¨¦n niego esos discursos que hacen responsable de que esto se malogre al PP por su postura, aunque se pueda equivocar. Si vuelve la violencia, la ¨²nica responsable ser¨¢ ETA.
P. ?La mesa de partidos deber¨ªa refundar la convivencia en Euskadi, como dice Zapatero, o su estaci¨®n ¨²ltima puede ser la constitucionalizaci¨®n del derecho a decidir, seg¨²n los nacionalistas?
R. No es bueno prejuzgar el punto de llegada. Pero los limites a destacar son: el punto de llegada debe hacer justicia a la pluralidad de la sociedad vasca. Y la memoria de las v¨ªctimas: debe quedar claro que todas esas v¨ªctimas fueron absurdas e injustificables. Lo otro es secundario.
P. ?En esas l¨ªneas rojas, sit¨²a las excarcelaciones para los terroristas con delitos de sangre?
R. La l¨ªnea roja no es el numero de a?os que uno lleva en la c¨¢rcel. Hay unos m¨ªnimos exigibles para no herir a las v¨ªctimas. Y ah¨ª la actitud por ejemplo de Txapote en el juicio no facilita nada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.