El Tour acepta a Ullrich al no tener pruebas contra ¨¦l
Un portavoz de la carrera dice que no ha sido "oficialmente identificado" como culpable de dopaje
"No hay problema con Ullrich. No ha sido oficialmente identificado", afirm¨® ayer Philippe Soudres, portavoz del Tour de Francia. La carrera francesa permitir¨¢, salvo cambio de ¨²ltima hora, que el corredor alem¨¢n, l¨ªder del T-Mobile, afronte desde el s¨¢bado el reto de suceder a Lance Armstrong como ganador de la prueba. Ullrich, vencedor en 1997, aparece como posible implicado en la Operaci¨®n Puerto, algo que tanto el corredor como su director han negado: "Son todo calumnias falsas".
En sus ocho participaciones en el Tour de Francia, Jan Ullrich alardea de un cuarto puesto como su peor clasificaci¨®n. Subi¨® a lo m¨¢s alto del caj¨®n en 1997, fue segundo en 1996 -por detr¨¢s de su l¨ªder, Bjarne Riis, que destron¨® a Indurain-, 1998, 2000 y 2001, y tercero en 2003 y 2005. Nadie en el pelot¨®n actual acumula tal palmar¨¦s en la ¨¦lite durante tantos a?os. Ullrich, sin embargo, se acerca triste al final de su carrera, con 32 a?os, con una espina clavada, la de no haber ganado su segundo Tour, ese que durante siete a?os seguidos le han negado Armstrong y su propia mala cabeza, sus problemas con el sobrepeso, su accidente de tr¨¢fico, su positivo por ¨¦xtasis, la separaci¨®n de su mujer...
"Este a?o es diferente", afirman en su entorno. Este a?o, cuentan, llega mejor que nunca, con la flecha de la b¨¢scula cerca de su peso ideal, con m¨¢s victorias que nunca a estas alturas -una contrarreloj en el Giro de Italia y una etapa y la general en la Vuelta a Suiza-, con la moral recuperada tras la retirada de Armstrong, con su boda con su novia Sarah planificada para despu¨¦s del verano. Ullrich se recluy¨® en diciembre en Sur¨¢frica huyendo del invierno, en busca del sol que espera en las carreteras de Francia. All¨ª se fue con Guiseppe Guerini, con Matthias Kessler y Andreas Kloden, siguiendo los consejos de su fisioterapeuta.
Atr¨¢s hab¨ªan quedado todos sus fantasmas. O eso cre¨ªa ¨¦l. Una bolsa de sangre y una frase, "hijo de Rudicio", le han devuelto al disparadero. El alem¨¢n es investigado por su supuesta implicaci¨®n en la trama de dopaje liderada por Eufemiano Fuentes, por si es el "hijo de Rudicio", en referencia a Rudy Pevenage, director del T-Mobile y considerado el padre deportivo del corredor de Rostock. "No tengo nada que ver", asegur¨® Ullrich el lunes. "Son calumnias falsas", a?adi¨® Pevenage. El director del Tour, por si acaso, ya se ha encargado de anticiparle el castigo que sufrir¨¢ si se demuestra su implicaci¨®n en el dopaje organizado. "O su equipo le aparta o le apartamos nosotros", afirm¨® ayer Jean-marie Leblanc. La carrera francesa excluir¨¢ a Ullrich si recibe el m¨¢s m¨ªnimo indicio de su implicaci¨®n en la trama, as¨ª como a su compa?ero ?scar Sevilla, otro de los presuntos clientes de Fuentes. "De momento, no ha sido oficialmente identificado", dijo un portavoz del Tour.
La guillotina, sin embargo, acecha a Ullrich. El alem¨¢n fue suspendido en julio de 2002 por seis meses por la Federaci¨®n Alemana al haber dado positivo. El corredor admiti¨® haber consumido "un par de pastillas" en una fiesta en una discoteca, durante el periodo de recuperaci¨®n de una operaci¨®n de rodilla (una tendinitis) a la que se someti¨® en mayo de ese a?o. "Me dieron unas pastillas, las tom¨¦ sin pensarlo dos veces y en ese momento no era consciente de cometer un error", dijo entonces Ullrich, que admiti¨® estar "en lo m¨¢s bajo" de su carrera. El positivo se a?ad¨ªa a un accidente de tr¨¢fico provocado por el alem¨¢n, que empotr¨® su Porsche contra unas bicicletas aparcadas y fue multado con 160.000 euros y la retirada del carn¨¦ de conducir.
Cuatro a?os despu¨¦s, Ullrich ha renacido y el Tour espera ansioso su duelo con Ivan Basso, ganador del Giro, por heredar la corona de Armstrong. Para el alem¨¢n, es la gloria o el fracaso.
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