Una pedagoga imprescindible

Ayer, y de forma repentina, muri¨® Marta Mata i Garriga. Una marcha que contrasta con la longeva, intensa y persistente dedicaci¨®n que destin¨® a la mejora y modernizaci¨®n de la educaci¨®n de nuestro pa¨ªs. Hoy mostramos p¨²blicamente y con el mayor orgullo que estas palabras puedan albergar, el profundo agradecimiento de la comunidad educativa, del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia y de todo el Gobierno ante la marcha de una pedagoga imprescindible.

Nacida en Barcelona en 1926, Marta Mata sinti¨® la imperante necesidad de no esperar al fin de la oscuridad para volver a recuperar la luz que surgi¨® a ra¨ªz de la fundaci¨®n de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza. Era parte de su bagaje personal, pues hab¨ªa sido educada en la mejor tradici¨®n institucionista, como alumna de bachillerato en el Instituto Escuela de la Generalitat de Catalunya. De ah¨ª que ya en los a?os cincuenta participara en la renovaci¨®n pedag¨®gica en Catalu?a, retomando el esp¨ªritu de libertad que instauraron Francisco Giner de los R¨ªos, Gumersindo de Azc¨¢rate y Nicol¨¢s Salmer¨®n, por citar algunos ejemplos. El mismo esp¨ªritu que abri¨® el horizonte de la educaci¨®n espa?ola y que tan buenos frutos dio durante la II Rep¨²blica.

Reivindicar el esfuerzo republicano implicaba combatir la dictadura franquista. Marta Mata lo hizo con sus propias armas. En 1965, junto con otros compa?eros, fund¨® la Escuela de Maestros Rosa Sensat, cuyas actividades fueron conocidas a trav¨¦s de las Escuelas de verano. Fue una actividad semiclandestina, si bien, poco a poco, el esfuerzo dio sus frutos y las autoridades franquistas se vieron obligadas a una cierta tolerancia. Muerto Franco, las Escuelas de Verano devinieron en el foro p¨²blico donde se debatieron los documentos que inspirar¨ªan el desarrollo de la futura escuela p¨²blica y democr¨¢tica, y que la misma Marta present¨® p¨²blicamente. A partir de entonces, proyect¨® su inter¨¦s por la educaci¨®n en su actividad pol¨ªtica, tanto en el Ayuntamiento de Barcelona, como en el Parlamento de Catalu?a y en las Cortes Generales.

Al Consejo Escolar del Estado lleg¨® en 1986 con la decisi¨®n, el vigor y el compromiso por la educaci¨®n que la han acompa?ado toda la vida. All¨ª nos ha ofrecido durante estos dos ¨²ltimos a?os, como presidenta, un ejemplo cotidiano de dedicaci¨®n sin reservas a la nueva tarea de coordinar los complejos trabajos de este ¨®rgano en el que se re¨²nen los representantes de toda la comunidad educativa. Mientras escribo estas l¨ªneas recuerdo el entusiasmo con que me ense?aba la Biblioteca del Consejo Escolar durante mi ¨²ltima visita. En estos dos a?os se ha producido en el Consejo un intenso debate educativo en torno a las propuestas educativas y al proyecto de Ley que finalmente han culminado con la aprobaci¨®n de la Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n.

Ha sabido Marta extender su preocupaci¨®n de siempre por los m¨¢s peque?os y su magisterio a todos los ¨¢mbitos educativos, a todos los destinatarios de la educaci¨®n, a los responsables y a los implicados. Alumnos, profesores, padres, personalidades del mundo educativo y autoridades hemos podido compartir con ella el an¨¢lisis apasionado y l¨²cido y la reflexi¨®n serena sobre lo que m¨¢s conven¨ªa a nuestros j¨®venes y a la educaci¨®n espa?ola. Y hemos aprendido con ella cada d¨ªa. Esa es la tarea a la que ha dedicado su vida. Muy sinceramente, en nombre de todos los ciudadanos, te lo agradecemos.

Mercedes Cabrera es ministra de Educaci¨®n y Ciencia.