Arte en medio del drama
Italia ensalza ahora a Totti despu¨¦s de haberle "masacrado" en la primera fase
Francesco Totti se ha convertido de repente en un ganador. Le bast¨® un penalti. Un tiro potente y enroscado ante Australia en el minuto 94 de los octavos de final para que pararan las encuestas sobre su titularidad, las cr¨ªticas feroces, el ultim¨¢tum. Con la que estaba cayendo, Totti renunci¨® al cucchiaio [la cuchara], es decir, al penalti a lo Panenka con el que le hab¨ªa marcado al holand¨¦s Van der Saar en la Eurocopa de 2000. Renunci¨® a la belleza. Quer¨ªa que dejaran de cuestionarlo. "Me han masacrado", dir¨ªa despu¨¦s. Ped¨ªa un reconocimiento, un respeto que ha llegado ahora, justo antes de medirse a Ucrania.
"Lo que hizo Totti en Kaiserslautern fue extraordinario", proclam¨® ayer Marcello Lippi, el seleccionador, que s¨®lo le permiti¨® jugar el ¨²ltimo cuarto de hora ante Australia. "Su penalti fue un gesto t¨¦cnico y psicol¨®gico: a nosotros nos ha regalado la felicidad, y a s¨ª mismo mil motivaciones m¨¢s. Lo ha recuperado", a?adi¨®. "Ese gol", escribi¨® ayer Arrigo Sacchi en La Gazzeta dello Sport, "lo desbloquear¨¢, como le sucedi¨® a Baggio en el Mundial de Estados Unidos 94". "Elogio su coraje", agreg¨® Michel Platini, el 10 franc¨¦s de los a?os 80, "por asumir tal responsabilidad en un f¨²tbol en el que, si pierdes, se desencadena el fin del mundo. Yo s¨¦ qu¨¦ es tirar un penalti en un Mundial: marqu¨¦ en unas semifinales del 82 ante Alemania; y fall¨¦ en los cuartos del 86 ante Brasil". Fue el noveno gol de Totti en 53 partidos en la azzurra, el primero en una Copa del Mundo.
"Su penalti fue un gesto t¨¦cnico y psicol¨®gico", dice Marcello Lippi
Platini elogi¨® su coraje "por asumir la responsabilidad de tirar penalti" ante Australia
Totti es una mina de oro por explotar en medio del drama. Un talento oculto tras la extensi¨®n imparable de la trama de corrupci¨®n ideada por Luciano Moggi; el impacto que ha causado en la selecci¨®n que el dirigente del Juventus Gianluca Pessotto se precipitara desde una buhardilla; o las cr¨ªticas de la revista alemana Der Spiegel al conservadurismo de los azzurri, a los que llam¨® "par¨¢sitos" para despu¨¦s tener que pedir perd¨®n. Una manera de jugar que es el espejo del campeonato y el sistema futbol¨ªstico de un pa¨ªs. "No es culpa de Lippi", reflexiona Sacchi. "Ante la incertidumbre, dejamos la iniciativa, el juego y la posesi¨®n de la pelota al adversario, cualquiera que sea, para despu¨¦s sorprenderlo. Tenemos grandes jugadores, aunque este sistema no les permite expresarse". Y Lippi se defiende: "Decir que el f¨²tbol italiano es retr¨®grado es exagerado. Durante un a?o han reconocido que jug¨¢bamos un f¨²tbol moderno. Tambi¨¦n contra Ghana. Decir esto por dos partidos...".
El 10 del Roma lleg¨® al Mundial tras haberse entrenado como un poseso durante la temporada. Rechaz¨® todas las entrevistas y apret¨® los dientes ante las patadas de los rivales, que fueron muchas puesto que es un jugador envidiado. Por ser el que m¨¢s cobra. El m¨¢s querido. Por ser Totti. En febrero pasado, Vanigli, un defensa del Empoli, le rompi¨® el peron¨¦ izquierdo. Trabaj¨® duro durante estos tres meses para recuperarse. Tiene la fuerza y la confianza en s¨ª mismo de los chavales de los suburbios de Roma y N¨¢poles, una energ¨ªa que no procede del cerebro sino de la inconsciencia. Nunca ha pisado una librer¨ªa. Siempre habit¨® a 25 metros del gol. Derrocha inteligencia dentro de la cancha.
Totti naci¨® en 1976, cinco d¨ªas despu¨¦s de Ronaldo y dos antes que Schevchenko. La leyenda comienza a los 10 meses cuando se niega a soltar un bal¨®n durante unas vacaciones estivales en el Adri¨¢tico. Contin¨²a con su primer trofeo de f¨²tbol: a los cinco a?os. Y con nueve, sentado en la grada, devuelve un bal¨®n de cabeza justo al lugar del campo de donde hab¨ªa venido, recibiendo la ovaci¨®n de la gente. La mamma Fiorella siempre estuvo a su lado. Si su ni?o estaba resfriado, llamaba a Trigoria, campo de entrenamiento del Roma, y preguntaba por el entrenador: "?C¨®mo est¨¢ mi hijo?". Lleg¨® el Milan, le ofreci¨® el oro y el moro, pero Fiorella se neg¨®: "No se mueve ni un cent¨ªmetro de Roma. Podr¨ªa vivir sin comida, sin bebida y sin aire, pero no sin mi hijo".
Cuando los insurgentes iraqu¨ªes secuestraron a la periodista italiana Giuliana Sgrena, en febrero 2005, una muchedumbre march¨® por las calles de Roma pidiendo su liberaci¨®n. Totti sali¨® ese domingo al campo con una camiseta que pon¨ªa: "Liberad a Giuliana". El mensaje llegar¨ªa a una de las celdas del cautiverio de Bagdad. "Uno de los secuestradores adoraba a Totti y lo vio por la televisi¨®n pidiendo mi libertad", explic¨® despu¨¦s Sgrena. Hay fans de Totti en Tokio y en Ankara, es el favorito de Robbie Williams e incluso Pel¨¦ ha dicho que ser¨ªa el mejor si no tuviera tan mala suerte. La mala suerte de un pa¨ªs que desconf¨ªa de sus mayores talentos.
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