La ordenanza de Barcelona persigue la mendicidad organizada
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La ordenanza de civismo y convivencia de la ciudad de Barcelona que entr¨® en vigor el pasdo mes de febrero persigue la mendicidad organizada. Esto es, la que se articula en forma de redes, como las mujeres que piden en la calle con ni?os -muchas de ellas procedentes de pa¨ªses del este de Europa- y la que puede suponer cierta coacci¨®n al ciudadano. El ejemplo m¨¢s claro de este ¨²ltimo caso son los limpiaparabrisas que se instalan en los sem¨¢foros y que impiden la libre circulaci¨®n del conductor de un veh¨ªculo que se siente atrapado. Para estos dos casos, la ordenanza establece sanciones econ¨®micas que pueden ir entre los 750 y los 1.500 euros.
Pero respecto a la mendicidad m¨¢s habitual, la de personas en exclusi¨®n social por todo tipo de causas, la ordenanza de Barcelona pretende atajar el fen¨®meno con pol¨ªticas de inclusi¨®n. En este sentido, el articulado precisa que los agentes de la autoridad y los servicios sociales deber¨¢n informar a los indigentes de las dependencias municipales y centros de atenci¨®n a los que pueden recurrir.
Dispositivo especial
S¨®lo en casos muy excepcionales, como los d¨ªas de bajada de temperaturas en invierno, se pone en marcha un dispositivo especial para conducir a los mendigos a albergues municipales. En el caso de la ordenanza de Barcelona, precisamente el cap¨ªtulo y el tratamiento que se le da a la mendicidad provoc¨® un enfrentamiento entre los socios del tripartito. Y junto con la cuesti¨®n de la prostituci¨®n lleg¨® a provocar una situaci¨®n bastante ins¨®lita en el gobierno de la ciudad: que una de las formaciones, Iniciativa per Catalunya-Verds, votara en contra de la norma marco que rige la conviviencia en Barcelona.
Pr¨¢cticamente de forma paralela a la aprobaci¨®n de la ordenanza, el consistorio barcelon¨¦s dot¨® de m¨¢s fondos al plan de inclusi¨®n. Y tambi¨¦n de m¨¢s recursos materiales, especialmente m¨¢s plazas de albergues y centros de d¨ªa, y tambi¨¦n programas de inserci¨®n social a los que se han acogido las personas que se han encontrado en la calle por problemas laborales, familiares y de vivienda de forma s¨²bita. Se les facilita un sitio para dormir -al principio son los albergues municipales, luego plazas en pensiones y en un tercer paso pisos sociales- si se avienen a cierto compromiso con los programas sociales que tienen como objetivo su reinserci¨®n. Sin embargo, hay un sector de indigencia reacio a programas de ayuda. Suelen ser colectivos con problemas cronificados de alcoholismo y drogadicci¨®n que m¨¢s all¨¢ de ayudas puntuales siguen viviendo en la calle o en cajeros.
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