Naturaleza por un tubo

En 1918, un zahor¨ª contratado por el Ayuntamiento de Cercedilla descubri¨® en el valle de la Fuenfr¨ªa una rica mina de agua, el Helechar¨®n, con cuya canalizaci¨®n se acab¨® el tener que cogerla de las fuentes del pueblo: la del Bolo, la del Barranc¨®n, la del Pil¨®n... y, la m¨¢s usada hasta entonces, la del Moco.

Luego se captar¨ªa, en el mismo valle y con igual prop¨®sito, el agua de Matalobos, que dicen que es la mejor de la sierra. Y al final, como la demanda no dejaba de crecer, fue represado en 1961 el r¨ªo de la Venta, el principal curso de un valle al que m¨¢s agua, no se le puede pedir. El sendero que acompa?a a la tuber¨ªa, desde el embalse hasta el pueblo, es el camino del Agua, nuestro camino de hoy.

La excursi¨®n la emprenderemos en la estaci¨®n de Cercedilla, subiendo por la orilla de la carretera de las Dehesas. En media hora, nos plantaremos en el centro de educaci¨®n ambiental Valle de la Fuenfr¨ªa, donde, adem¨¢s de una exposici¨®n sobre el valle y una senda bot¨¢nica, encontraremos informaci¨®n de la ruta que nos ocupa, la cual se adentra aqu¨ª mismo en el pinar, bien se?alizada con c¨ªrculos de pintura azul claro.

Enseguida rebasaremos el albergue juvenil Las Dehesas, que est¨¢ junto a una pradera muy maja, asombrada por pinos silvestres de a?osa corpulencia, y cruzaremos el r¨ªo de la Venta por una pontecilla de madera. Cierto que no es un caudal amaz¨®nico -y menos en est¨ªo-, pero pocos r¨ªos habr¨¢ en el mundo, de s¨®lo ocho kil¨®metros de curso, que puedan presumir de enhebrar cuatro puentes romanos y un pinar tan bello como el que riega este r¨ªo que, encima, generoso ¨¦l, se deja gran parte de su caudal para que un pueblo beba.

R¨ªo arriba, descubriremos otro peque?o puente de madera -que no hay que cruzar, salvo que se quiera coger agua en la fuente del Tercer Ret¨¦n- y, acto seguido, alcanzaremos la alambrada que cierra la finca del embalse. Aqu¨ª, a una hora del inicio, veremos c¨®mo la senda se?alizada gira a la derecha, casi en direcci¨®n contraria a la que tra¨ªamos, haci¨¦ndonos ganar suavemente altura por la ladera oriental del valle, con un ojo puesto en la tuber¨ªa de hierro -que aparece a trechos, desenterrada por la erosi¨®n- y otro en el panorama, bell¨ªsimo al llegar a la despejada cabecera del arroyo de Cercabarranco.

Despu¨¦s de esto, bordearemos el cerro Colgado, que es la ¨²ltima altura del valle y, como su nombre sugiere, domina a vista de p¨¢jaro los tejados del pueblo. Y luego ya, bajando por la calle de los Dep¨®sitos -donde est¨¢n los dep¨®sitos en los que finiquita la conducci¨®n de agua- y la de Francisco Ruano, iremos a dar a la v¨ªa del tren el¨¦ctrico Cercedilla-Cotos, la cual nos conducir¨¢ de vuelta a la estaci¨®n.