"No lo esper¨¢bamos"

Brasil no ser¨¢ hexacampe¨®n en Alemania. De nada sirvieron los dos avisos de Carlos Alberto Parreira. "Hemos de evitar las faltas. No s¨®lo en la frontal, sino tambi¨¦n en los laterales", avis¨®. En una de las muchas que Caf¨² le hizo a Malouda lleg¨® el gol de Henry. "Sab¨ªamos que nos pod¨ªan hacer da?o en esas jugadas y nos lo hicieron". Sac¨® Zidane y la caz¨® Henry. "La defensa estuvo bien casi todo el partido", excus¨® Parreira en la sala de prensa cuando el vestuario lloraba su fracaso y el capeaba el temporal con cara de circunstancias. Tambi¨¦n lanz¨® otro aviso la v¨ªspera: "O mejoramos o nos echan". Pero no tuvo reproches para los suyos. No mejoraron y se vuelven a casa. "No lo esper¨¢bamos. Nadie estaba preparado para asumir una derrota antes de la final", descubri¨®.

El caso es que en el mata-mata, que es como llaman los brasile?os a los cruces, cayeron ante Francia. Brasil no mejor¨® pasadas actuaciones. Seg¨²n Parreira, falt¨® "preparaci¨®n f¨ªsica y de conjunto". Por eso perdi¨®. Tambi¨¦n, porque Francia "jug¨® bien, aprovech¨® su jugada a bola parada y se defendi¨® con gente fuerte y experta acumulando a nueve defensores". Llegados a este punto, lo que no aclar¨® es que ser¨¢ de su cargo: "No me preocupa eso ahora. Hablar¨¦ con los dirigentes y veremos. No es algo en lo que haya pensado. S¨¦ que cuando Brasil gana ganan los jugadores y cuando pierde la culpa es del entrenador".

Brasil hab¨ªa encadenado tres finales consecutivas, de las que gan¨® dos. Desde 1996, en M¨¦xico, no se quedaba a las puertas de una semifinal y fue tambi¨¦n, contra les bleus. Entonces tambi¨¦n los ech¨® Francia en una tanda de penaltis ag¨®nica. Ayer no hizo falta llegar a tanto. Bast¨® con que las estrellas canarinhas siguieran sin lucir para que el fulgor de la amarelha no luzca en la final. ?Todas? Parreira defendi¨® a Ronaldo, al menos. "Las tres ¨²nicas ocasiones que hemos tenido han sido gracias a Ronaldo", dijo.

No habl¨® de Ronaldinho, que se fue abatido del c¨¦sped de Francfort. El delantero del Barcelona se va del Mundial y deja la sensaci¨®n de no haber comparecido en escena tanto como esperaba. Bien que le duele, bien lo sabe. Acostumbrado este a?o a romper los moldes, incluso los de su propio talento: nunca hab¨ªa marcado tantos goles (26 goles en 41 partidos) ni jugado un f¨²tbol de tanto nivel ni ganado la Copa de Europa y la Liga, ni el Bal¨®n de Oro y el FIFA Word Player... En comparaci¨®n, su paso por Alemania ha sido un verdadero fracaso: una triste asistencia, ning¨²n gol ni una maldita jugada para el recuerdo. En la maleta se lleva, s¨®lo, la camiseta que anoche le regal¨® su amigo Henry, que le busc¨® al final del partido para consolarle. "Me toca marcar", avis¨® despu¨¦s de eliminar a Ghana.

Por la ma?ana, en Francfort, un mensaje de sms circul¨® por movil entre sus amigos despu¨¦s de que alguien compartiera un rato con ¨¦l: "El Gaucho la l¨ªa esta noche". S¨®lo lio el petate. Brasil se fue a casa. El hexacampeonato debe esperar. Al menos, cuatro a?os. Lo que tardar¨¢ Ronaldinho en volver al escaparate del Mundial. Entonces, seguramente, no le encorsetar¨¢ ning¨²n cuadrado m¨¢gico y su talento podr¨¢ volar vestido de amarillo. Para Ronaldinho, la pesadilla alemana ha terminado. Brasil vuelve a casa.