La modesta vida del creador del karaoke
El japon¨¦s Daisuke Inoue vive sin saborear la gloria del ¨¦xito mundial de su invento
El japon¨¦s Daisuke Inoue es el creador de la primera m¨¢quina de karaoke, ese invento tan enormemente popular en el mundo. Sin embargo, su vida ha transcurrido al margen de la fama, a la que salt¨®, aunque s¨®lo en Asia, y, como todo en ¨¦l, de forma modesta cuando un canal de la televisi¨®n de Singapur revel¨® en 1996 que ¨¦l era el creador de la primera m¨¢quina con la que millones de personas se atreven a ser cantantes por un d¨ªa.
Inoue es un hombre de 66 a?os, mirada inteligente y aspecto de rockero, con el pelo salpicado de canas y recogido en una minicoleta en la nuca, calzado con botos negros y vestido con camisa de cuadros, corbata y chaqueta informal, que cada vez es m¨¢s popular, como demuestran sus crecientes participaciones en programas de televisi¨®n en Jap¨®n.
"No soy un inventor, soy un hombre de ideas. Veo un art¨ªculo ordinario y pienso qu¨¦ otro uso podr¨ªa d¨¢rsele. Continuamente estoy ideando"
Ahora, cuando han transcurrido m¨¢s de tres d¨¦cadas desde su invenci¨®n en 1971, la m¨¢quina de karaoke se ha convertido en un producto de la globalizaci¨®n, que igual se emplea en chiringuitos de las costas espa?olas que en grandes hoteles de Estados Unidos y Asia.
En Jap¨®n se usa en hospitales, para curar la depresi¨®n y la soledad, y, en general, en todo el mundo, sirve para romper el hielo en reuniones y como complemento del aprendizaje de lenguas extranjeras. En algunas iglesias sirve para ayudar a cantar los salmos.
Sin embargo, excepto una fama tard¨ªa y escasa, Inoue no ha recibido ning¨²n royalty por su invenci¨®n porque no la registr¨®, como otros muchos art¨ªculos que ha creado y que ha preferido "que patenten otros, pues esa operaci¨®n cuesta mucho dinero", seg¨²n declar¨® en Osaka.
Eso es tambi¨¦n lo que ha ocurrido con un aparato que crea, con plantas, un detergente ecol¨®gico y multiusos, y de un repelente de cucarachas que, como el limpiador, se puede usar en los ahora sofisticados artilugios de karaoke, donde les gusta anidar, causando el 80% de sus aver¨ªas.
Ambos productos, creados por ¨¦l y patentados por otros, son vendidos por su empresa Inoue, y son, junto con su t¨ªtulo honor¨ªfico de asesor de la Asociaci¨®n Japonesa de Karaoke, lo ¨²nico que le vincula ahora a su invento, con el que habr¨ªa ganado, de haberlo registrado, 150 millones de d¨®lares, seg¨²n calcula su amigo, profesor universitario y traductor Robert Scott Field.
Un d¨ªa, el presidente de una acer¨ªa le pidi¨® que le acompa?ase en un viaje de su firma, pero, como no pod¨ªa, le grab¨® un casete con su m¨²sica.
Ese fue el comienzo de la m¨¢quina que cre¨® poco despu¨¦s y que, en tres a?os, se hizo muy popular. "Nunca pens¨¦ que iba a tener tanto ¨¦xito. Mi prop¨®sito era alquilar 200 aparatos de karaoke a otros tantos caf¨¦s en Kobe (vecina a su natal de Osaka) y ganarme as¨ª la vida mientras tocaba la bater¨ªa y el piano con mi banda musical, que era lo que realmente me gustaba", confiesa Inoue.
La gran acogida que tuvo su idea y el hecho de que no estuviera patentada llev¨® a que poco despu¨¦s aparecieran numerosos aparatos a imitaci¨®n del suyo, que multiplicaron la fama de ese sistema para cantar y que facilitaron que "m¨¢s gente se beneficiara de sus bondades".
Inoue dice sentirse "muy orgulloso de que el sistema que cre¨® siga existiendo 35 a?os m¨¢s tarde", y asegura que, a diferencia del juego del Monopoly, su idea "no era original", dado que "consisti¨® en conectar unos pocos elementos: una cinta grabada con canciones interpretadas por mi banda musical, un reproductor, una caja para las monedas, un micr¨®fono y un amplificador".
Pr¨¢ctico e idealista
"Eso fue todo. No soy un inventor, soy un hombre de ideas. Veo un art¨ªculo ordinario y pienso qu¨¦ otro uso podr¨ªa d¨¢rsele. Continuamente estoy ideando, desde que me levanto hasta que me acuesto. Soy una mezcla de hombre pr¨¢ctico e idealista, pues me gusta ayudar a los dem¨¢s y hacerles la vida m¨¢s f¨¢cil", afirma.
Su sue?o era ser uno de los mejores bater¨ªas y pianistas de Jap¨®n. "No lo fui porque, pese a trabajar muy duro, no ten¨ªa talento ni practicaba lo suficiente. Nunca aprend¨ª a leer m¨²sica", dice.
Actualmente, sue?a con "crear alg¨²n tipo de empresa, con inversores externos, en la que gente de edad avanzada, pero tambi¨¦n m¨¢s j¨®venes con problemas de soledad, psicol¨®gicos y otros, puedan beneficiarse de la terapia que genera la compa?¨ªa de los perros adiestrados".
Inoue, que se ha fijado esta meta para cuando est¨¦ asentada econ¨®micamente su firma, "quiz¨¢ a los 70 a?os", quiere ser, como con la m¨¢quina de karaoke, un pionero en esos servicios en Jap¨®n, donde los perros entrenados tienen s¨®lo labores de lazarillo para ciegos, de polic¨ªa y de rescate.
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