Reforma universitaria

El Consejo de Ministros ha aprobado el anteproyecto que modifica la Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU), impulsada por el Gobierno del Partido Popular y aprobada en 2001, ley que no supuso un cambio de esquema en la organizaci¨®n de la ense?anza universitaria tan radical como el propiciado por la Ley de Reforma Universitaria (LRU). El borrador de reforma ahora aprobado, que pretende corregir aspectos insatisfactorios en la pr¨¢ctica tanto de la LRU como de la LOU, aporta la novedad relevante de exigir igual representaci¨®n entre los dos sexos en todos los ¨®rganos de gobierno universitario.

Junto con esta garant¨ªa de equidad entre hombres y mujeres, probablemente el otro tema de mayor calado de la reforma sea la selecci¨®n del profesorado. La LRU propon¨ªa un sistema en el que las comisiones que juzgaban a los candidatos estaban formadas por dos profesores designados por la universidad a la que pertenec¨ªa la plaza y tres m¨¢s elegidos por sorteo. Ese modelo fue fuertemente criticado por permitir y fomentar la endogamia, es decir, la preponderancia en muchos casos del car¨¢cter "local" de un candidato frente a los m¨¦ritos acad¨¦micos de otros. Pero la endogamia no es una consecuencia ¨²nicamente de los sistemas de selecci¨®n, sino que se alimenta tambi¨¦n de la inmovilidad general de la sociedad espa?ola y del bajo nivel cient¨ªfico de muchos departamentos universitarios. As¨ª, con ese sistema, los departamentos mediocres han "profundizado" en su mediocridad mientras los de mejor nivel han podido consolidarlo.

La habilitaci¨®n prevista en la LOU supone que las pruebas para examinar los m¨¦ritos de los candidatos son realizadas por comisiones de ¨¢mbito nacional, que "habilitan" a quienes tienen nivel suficiente, y luego las universidades escogen entre los habilitados. La propuesta se ha revelado de muy dif¨ªcil aplicaci¨®n pr¨¢ctica debido al car¨¢cter de "oposici¨®n" que tienen las pruebas de habilitaci¨®n, lo que implica una severa limitaci¨®n de los posibles habilitados, en funci¨®n de las plazas que las universidades deciden cubrir y no del n¨²mero de candidatos con nivel suficiente, y una desproporcionada movilizaci¨®n de recursos por cada plaza cubierta.

As¨ª que lo que ahora propone la LOU reformada es sustituir esas pruebas por una simple "acreditaci¨®n" de nivel acad¨¦mico por parte de comisiones de ¨¢mbito nacional, basadas en el examen del curr¨ªculum v¨ªtae de los candidatos, dejando libertad luego a las universidades para que escojan entre los que hayan obtenido la acreditaci¨®n. Es de temer que la existencia de este ¨²ltimo tr¨¢mite en manos exclusivas de cada universidad sirva a algunas precisamente para aumentar sus pr¨¢cticas endog¨¢micas. Pero conjugar la autonom¨ªa universitaria, la existencia de instancias de ¨¢mbito nacional que ejerzan de filtro para evitar abusos y el desbloqueo del sistema en vigor comportan dificultades que probablemente ni este ni ning¨²n otro sistema podr¨¢ solventar de forma generalizada.