Cambio de rumbo
Si nos atenemos a su ¨²ltima edici¨®n, la que se celebr¨® el pasado mi¨¦rcoles, la Noche de la Econom¨ªa Alicantina parece haber entrado en una senda de relativa normalidad. Si as¨ª fuera, estar¨ªamos ante una buena noticia. En econom¨ªa, la normalidad siempre es deseable, y esto lo saben los empresarios serios, a los que no suelen gustarle los sobresaltos. En cambio, quienes pretenden situarse por encima de las leyes, es decir, los especuladores y los arribistas, prefieren las aguas revueltas que se adaptan mejor a sus prop¨®sitos. Comparar el acto de este a?o con los celebrados tiempo atr¨¢s, cuando Eduardo Zaplana controlaba hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de la sociedad valenciana, es un excelente ejercicio para la memoria. La Noche de la Econom¨ªa Alicantina despertaba en aquel tiempo una expectaci¨®n desacostumbrada. Pese a ello, las consecuencias pol¨ªticas siempre fueron muy superiores a las econ¨®micas.
Tal vez esta falta de expectativas haya llevado a exagerar el conflicto surgido entre Fern¨¢ndez Valenzuela y el empresario Eliseo Quintanilla. Si bien es cierto que el desacuerdo se ha producido, su importancia parece muy limitada. En cualquier caso, la diferencia entre el n¨²mero de asistentes al acto de la C¨¢mara de Comercio y al de la Fundaci¨®n Universidad Empresa, convocado por Quintanilla, es sustancial. Tambi¨¦n la atenci¨®n que la prensa ha prestado a cada acontecimiento marca con claridad las diferencias. Y es que Quintanilla, pese a que todav¨ªa mantenga alg¨²n peso en ciertos sectores, es un hombre que ya ha cubierto su tiempo p¨²blico.
Aunque estas cuestiones tengan un innegable aliciente, y ayuden a poner un poco de sal en las conversaciones, no dejan de ser un asunto menor, destinado al consumo interno. Mayor inter¨¦s tiene, en mi opini¨®n, el discurso que Fern¨¢ndez Valenzuela pronunci¨® en el acto, un discurso poco habitual y que, por ello mismo, ha provocado reacciones muy diferentes. La tradici¨®n quiere que las palabras del presidente de la C¨¢mara de Comercio en la Noche de la Econom¨ªa Alicantina tengan un car¨¢cter reivindicativo. Se aprovecha la presencia de los pol¨ªticos en la gala para formular las reclamaciones ordinarias: mejoras en las infraestructuras, llegada del AVE, y la acostumbrada exigencia de agua para la provincia. No es que estas cuestiones quedasen olvidadas en la intervenci¨®n de Valenzuela del pasado mi¨¦rcoles pero, al parecer, no fueron dichas con la intensidad requerida. La verdad es que el presidente de la C¨¢mara de Comercio prefiri¨® pasar de puntillas sobre ellas y dirigirse a los empresarios para pedirles un cambio de mentalidad. Valenzuela considera que la econom¨ªa alicantina tendr¨¢ futuro si abandona la manufactura masiva, invierte en tecnolog¨ªa y se abre al escenario que ha creado la globalizaci¨®n. Nada que no venga aconsejando cualquier economista sensato desde hace tiempo.
La ausencia de reivindicaciones pol¨ªticas en el discurso de Valenzuela se ha interpretado de muy diversas maneras. Se ha se?alado, por ejemplo, que la proximidad de las elecciones habr¨ªa obligado al presidente de la C¨¢mara de Comercio a mostrarse m¨¢s comedido. Es probable que quienes han indicado este motivo tengan raz¨®n. Valenzuela es un hombre prudente en el manejo de sus intereses, como ha puesto de manifiesto repetidas veces. Pero quiz¨¢ podamos tambi¨¦n considerar sus palabras desde otro punto de vista. A fin de cuentas, no son tan distintas de las que han manifestado diversos dirigentes empresariales valencianos en las ¨²ltimas semanas. La multiplicaci¨®n de las cr¨ªticas -m¨¢s o menos veladas- al modelo econ¨®mico vigente en la Comunidad Valenciana no parece una casualidad. Otra cosa es que, como algunos pretenden, adelanten un cambio pol¨ªtico.
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