El Ararteko gana autoridad
Los 'ombudsman' vivos constatan el alto nivel de aceptaci¨®n de las recomendaciones de la Instituci¨®n
Xabier Markiegi, Mertxe Ag¨²ndez e I?igo Lamarca han desempe?ado el cargo de ararteko en situaciones pol¨ªticas y sociales dispares, pero su diagn¨®stico sobre la instituci¨®n, sus virtudes, sus fallas y su papel futuro en la defensa de los ciudadanos es pr¨¢cticamente id¨¦ntica. Ayer concidieron en que el ombudsman vasco debe defender a capa y espada su independencia frente a intereses pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales para poder desempe?ar una labor eficaz. Sobre todo, ahora que estrena un escenario de trabajo de paz incipiente y de multiculturalidad.
"El Ararteko no es un ¨®rgano ejecutor, no tenemos poder, pero tenemos auctoritas", dijo Markiegi durante su participaci¨®n en el la mesa redonda Pasado, presente y futuro del Ararteko, en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV). Y esa autoridad se gana d¨ªa a d¨ªa, continu¨®, con el trabajo bien hecho, convenciendo con argumentos, trabajando con las ONG, divulgando la instituci¨®n... Pero tambi¨¦n encarnando "los principios de independencia y firmeza".
Hasta ahora, coinciden los tres arartekos vivos, no le ha ido mal con esos criterios a esta instituci¨®n, copia de un invento sueco del siglo XIX, que se instituy¨® en Espa?a con la Constituci¨®n de 1978 y se aprob¨® para Euskadi en 1985. Lamarca, actual defensor del pueblo, Markiegi (1995/2000), Ag¨²ndez (en funciones entre 2000 y 2004) y su predecesor, el fallecido Juan San Mart¨ªn, han gozado de autonom¨ªa y han logrado as¨ª, seg¨²n dicen, investir a la instituci¨®n de autoridad. El actual ararteko, que tercia en cuestiones como los Alardes de Ir¨²n y Hondarribia o la construcci¨®n de plantas de incineraci¨®n, lo ilustr¨® con un dato elocuente: en 2005, cuando se atendieron 4.065 consultas, las administraciones asumieron el 91% de sus recomendaciones.
"Es bueno" que las resoluciones no sean vinculantes, porque eso obliga a razonarlas para persuadir a las admistraciones de que deben considerarlas, dijo Lamarca. Lo cierto es que alg¨²n que otro ciudadano ha descubierto ah¨ª un fil¨®n y se ha aprovechado de esta instituci¨®n para argumentar sus causas y luego interponer denuncias por su cuenta.
La primera sesi¨®n del curso El Ararteko: un Ombudsman para el siglo XXI dio ayer para radiografiar la instituci¨®n del derecho y del rev¨¦s y poner las cosas en su sitio, ahora que surgen nuevas defensor¨ªas como la de la igualdad. "Nosotros no nos oponemos a estos organismos adscritos al ¨¢mbito gubernamental", dijo Lamarca, "pero no deben asumir funciones que realiza el Ararteko". Esta instituci¨®n dispone de un presupuesto anual de 3,6 millones de euros para gestionar las quejas de los ciudadanos. "No hay que olvidar que este alto comisionado emana del Parlamento y que tiene una visi¨®n transversal sobre sus ¨¢reas de trabajo", a?adi¨®. Ahora bien, eso no es ¨®bice para que la colaboraci¨®n con dichos organismos "sea inexcusable", como ha ocurrido por ejemplo con el Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde.
El Ararteko debe anticiparse e intuir las nuevas necesidades de la ciudadan¨ªa en la sociedad del siglo XXI en Euskadi. Coincidieron en ello los tres ponentes de la mesa redonda. Markiegi, hoy director del Instituto Cervantes en Rabat, y Ag¨²ndez les pusieron adem¨¢s nombre a los que, a su juicio, son los principales retos de futuro del Ombudsman vasco: garantizar los derechos de los ciudadanos en el ascenario de paz que parece abrirse y los de la inmigraci¨®n. "Yo entr¨¦ en funciones en el a?o 2000, con 22 personas asesinadas por ETA. No s¨¦ si estamos en el principio del fin, pero tendremos que trabajar parea hacer una cultura en la que quepamos todos", dijo Ag¨²ndez, en la misma l¨ªnea que su precesor, del que fue adjunta durante cinco a?os. "Pero tambi¨¦n hay un reto en las personas extranjeras. Estamos en un mundo globalizado en el que hay una tentaci¨®n de limitar derechos por conseguir eficacia y seguridad. Ah¨ª siempre habr¨¢ un papel para el Ararteko".
Tambi¨¦n Xabier Markiegi lo ve as¨ª. "El Ombudsman nos vino del Norte, nosotros hemos ayudado a que vaya hacia el Oeste; y ahora el Sur nos llega, ya est¨¢ en el Primer Mundo como cuarto mundo. Hay que trabajar por una ciudadan¨ªa un¨ªvoca, en la que todas las personas tengamos los mismos derechos civiles, econ¨®micos y sociales", apunt¨®. Los tres ponentes coinciden en un tercer asunto: ese trabajo debe hacerse mucho m¨¢s visible que hasta ahora. "Dicen que una imagen vale m¨¢s que mil palabras y no hemos estado lo suficiente en los medios", sentenci¨® Mertxe Ag¨²ndez.
Las propuestas
Ni Lamarca, ni Markiegi ni Ag¨²ndez pusieron sobre la mesa propuestas radicales de cambio del Ararteko, ahora que se ha abierto la reflexi¨®n sobre su reforma. Pero s¨ª realizaron peque?as sugerencias sobre lo que se debe hacer y lo que no, si se quiere preservar su autonom¨ªa y, por tanto, su eficacia para servir a "las sociedades del siglo XXI, que van a tener que ser altamente democr¨¢ticas", seg¨²n el actual Ombudsman. Markiegi lanz¨® la primera reflexi¨®n: "Soy partidario de alargar el mandato de cinco a siete a?os y no permitir la reelecci¨®n. As¨ª no caer¨ªa en la tentaci¨®n de hacer cosas para agradar a quienes le tienen que volver a votar".
El Ararteko se elige por tres quintos de la C¨¢mara. Y eso no deber¨ªa modificarse, seg¨²n Lamarca, porque "se facilitar¨ªa la elecci¨®n, pero podr¨ªa afectar a su independencia, dejando herida de muerte a la instituci¨®n". Ambos abogaron adem¨¢s porque, al final de los mandatos, se establezcan compensaciones (cesant¨ªas) para quienes se han dedicado plenamente a servir a la ciudadan¨ªa.
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