Transexual y casada, a pesar del Gobierno austriaco
El cambio de sexo de un hombre convierte a un matrimonio en la primera pareja de mujeres legal del pa¨ªs
"Ya a los cinco a?os ten¨ªa yo la sensaci¨®n de que mi cuerpo no iba con mi persona. A los 14 casi estaba convencido. Hasta que conoc¨ª a Bettina a los 19 a?os. Entonces cre¨ª que s¨ª ser¨ªa capaz de vivir como hombre". As¨ª comienza a narrar Sandra Hofmann a EL PA?S su enredada historia, que trae de cabeza a los legisladores austriacos. El Ejecutivo (una coalici¨®n en la que conviven grupos conservadores con democristianos) tiene que decidir qu¨¦ va a hacer con su matrimonio con Bettina Hofmann, el primero entre personas del mismo sexo que se ha dado en el pa¨ªs.
Con la ley austriaca en la mano, Sandra y Bettina nunca se hubieran podido casar. Pero el matrimonio no empez¨® as¨ª. Hasta hace cuatro a?os Sandra era Adolf, un padre de familia experto en desarrollo de programas inform¨¢ticos.Seg¨²n la ley que regula la situaci¨®n de los transexuales en Austria, Sandra, que ahora tiene 41 a?os, deb¨ªa haber estado soltera para realizar el cambio de sexo. Pero no lo cumpli¨®. Despu¨¦s de ello, Sandra y Bettina se siguen queriendo, y mantienen contra viento y marea su relaci¨®n.
Hasta hace cuatro a?os Sandra era Adolf, un padre de familia experto en inform¨¢tica
Tras una larga lucha judicial, el Tribunal Constitucional, que en 2002 reconoci¨® la aut¨¦ntica identidad sexual de Sandra, ha anulado el decreto que exig¨ªa el divorcio de transexuales casados antes de permitirles registrarse con su nuevo nombre y sexo. La vida conyugal de la pareja tuvo un inicio convencional. Se casaron por la iglesia, y son padres de dos hijos, que hoy tienen 10 y 12 a?os. "Fue a partir de los embarazos que algo estall¨® en m¨ª. Sent¨ª unos celos excesivos, me hubiera gustado ser yo quien hubiera parido a mis ni?os", ha dicho Sandra. Ella cuenta que, incluso cuando era Adolf, fue siempre el car¨¢cter femenino y su esposa el car¨¢cter masculino de la familia. "Yo era quien proteg¨ªa a los ni?os, ella impon¨ªa las reglas". Bettina siempre sinti¨® que su c¨®nyuge era mujer. Tanto los hijos como los amigos y compa?eros de trabajo fueron asumiendo la nueva situaci¨®n con naturalidad.
"Aparentemente hay muchos dilemas. Somos una familia con padre y madre. Yo sigo siendo el padre de mis hijos aunque soy ahora mujer. Sigo siendo cat¨®lica aunque por muchas razones ya no practicante. Para la iglesia (que no concibe el divorcio) no he dejado de ser hombre", a?ade Sandra.
Este caso sin precedentes abre una posible brecha para la legalizaci¨®n de los matrimonios homosexuales, a los cuales se opone el partido mayoritario del Gobierno, liderado por Wolfgang Sch¨¹ssel, del democristiano Partido Popular Austriaco.
El abogado Helmut Graupner, que llev¨® el caso de Sandra, argumenta que la obligaci¨®n de que Adolf se divorciara es un "chantaje", basado en un decreto del Ministerio del Interior que siempre se ha aplicado en Austria pero carec¨ªa de base jur¨ªdica. As¨ª lo reconoci¨® tambi¨¦n la Corte constitucional, que anul¨® el jueves el decreto. La decisi¨®n del Constitucional fue aceptada de buena gana por la ministra de Justicia, Karin Garstinger, del partido BZ? del radical derechista J?rg Haider, favorable a los matrimonios gays. En contra est¨¢ su socio en la coalici¨®n gubernamental, el democristiano ?VP.
A partir de este caso, Graupner espera abrir una v¨ªa para combatir la prohibici¨®n de casamientos entre personas del mismo sexo seg¨²n el principio de igualdad de derechos. El abogado recuerda que "Austria ya reconoce a matrimonios homosexuales de extranjeros residentes en el pa¨ªs que legalizaron su situaci¨®n en sus pa¨ªses de origen, dado que las leyes de familia son asunto nacional. En vista de ambos casos, los dem¨¢s ciudadanos austriacos est¨¢n discriminados", afirma el letrado.
Varias organizaciones defensoras de los derechos de homosexuales, as¨ª como los partidos de oposici¨®n, el socialdem¨®crata y el verde, tambi¨¦n han aplaudido esta apertura. El antecedente queda pendiente de una regulaci¨®n. El Parlamento podr¨¢ emitir una nueva ley para llenar el hueco legal, pero, en vistas de que el pr¨®ximo oto?o se celebran elecciones gubernamentales, este asunto queda en vilo hasta que se defina cu¨¢l de los partidos dominar¨¢ el Parlamento. Entonces, seg¨²n Sandra Hoffman, "habr¨¢ que ver si la prioridad de los pol¨ªticos es, como ellos sostienen, la integridad de la familia para que los ni?os puedan crecer en su nido. El actual Gobierno lo que tiene es un miedo horrible al matrimonio homosexual", afirma.
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