Antirrevolucionario y conciliador
Conversaciones de emigrados alemanes es un divertimento literario que Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) concibi¨® para la revista miscel¨¢nea de Schiller Las Horas, donde se public¨® por entregas en 1795. Alba presenta ahora esta obra ¨ªntegra, en un exquisito volumen y excelente traducci¨®n; es la primera vez que aparece de este modo en castellano. Tres historias de fantasmas y dos relatos morales, as¨ª como el c¨¦lebre Cuento -tambi¨¦n conocido como La serpiente verde-, fant¨¢stica invenci¨®n goetheana, libre, vital y luminosa, componen un libro que es asimismo una reflexi¨®n sobre la funci¨®n de la literatura en "tiempos de oscuridad", y cuya aparente desenvoltura naci¨® como reacci¨®n de Goethe a las presiones de una circunstancia pol¨ªtica concreta.
CONVERSACIONES DE EMIGRADOS ALEMANES
Johann Wolfgang Goethe
Traducci¨®n de Isabel Hern¨¢ndez
Alba. Barcelona, 2006
160 p¨¢ginas. 12 euros
PREFACIO A GOETHE
Eugenio Tr¨ªas
Acantilado. Barcelona, 2006
140 p¨¢ginas. 11 euros
En 1792, tras el triunfo de la Revoluci¨®n Francesa, el Ej¨¦rcito franc¨¦s bajo el mando del general Custine invadi¨® Alemania y lleg¨® hasta Francfort del Meno y Maguncia en un intento de extender la revoluci¨®n por el pa¨ªs vecino. La guerra provoc¨® una oleada de refugiados de noble cuna, procedentes de la orilla izquierda del Rin, que abandonaban sus heredades temerosos de la convulsi¨®n pol¨ªtica que amenazaba terminar con sus privilegios; pero lo parad¨®jico era que tambi¨¦n entre ellos hab¨ªa algunos j¨®venes fogosos e idealistas defensores de las nuevas ideas. As¨ª, por motivos pol¨ªticos estallaban discusiones entre los propios compatriotas "emigrados", caldeando a¨²n m¨¢s los ¨¢nimos de todos y aumentando la desdicha general; unos declaraban que deber¨ªa colgarse a los simpatizantes de la revoluci¨®n; otros, que la guillotina hallar¨ªa una buena cosecha de pelucas empolvadas en Alemania. Semejantes desavenencias quebraban la armon¨ªa social que siempre rein¨® entre los miembros de las clases elevadas, para quienes las buenas maneras y la cortes¨ªa constitu¨ªan la barrera protectora que alejaba o burlaba la iniquidad humana, garantizando el trato cordial entre las personas.
Goethe plasm¨® literariamente dicho estado de desavenencia pol¨ªtica en la obra que rese?amos, caracterizando a un peque?o c¨ªrculo de familiares y amigos "emigrados", reunidos en torno a la baronesa de C., quien como piedra angular que equilibra el conjunto encarnar¨¢ la faz m¨¢s amable de esa "nobleza buena", culta y civilizada, que, engalanada con la m¨¢s esmerada educaci¨®n, posee tambi¨¦n los mejores sentimientos hacia sus semejantes. Esta "nobleza" era la que Goethe admiraba y la que a su juicio no deber¨ªa desaparecer, sino mantenerse como ejemplo a seguir incluso para los miembros de las clases inferiores. La baronesa, ofendida por las desavenencias pol¨ªticas que tambi¨¦n han trastornado a sus amigos, les propone que, en esos tiempos de penuria en que viven, olviden la pol¨ªtica y aprovechen el ocio al que les condena el exilio para contar historias curiosas que les entretengan e instruyan; de ah¨ª surgen las an¨¦cdotas y el cuento que narran los personajes, en un gui?o de Goethe al Decamer¨®n de Bocaccio. Para el autor de Werther, disconforme con las consecuencias de la revoluci¨®n, la epidemia moderna, la peste que asedia a los nobles en su obligado retiro, es el "politiqueo" general y las desdichas que de ¨¦l se derivan. De modo que, fiel a la m¨¢xima seg¨²n la cual en sociedad es mejor "no hablar de lo que divide sino de lo que une", Goethe mostr¨® su rechazo a la cara m¨¢s fea de la vida real: el derramamiento de sangre en nombre de la revoluci¨®n; a las miserias pol¨ªticas le enfrentaba el mundo del arte, m¨¢s moral, pues all¨ª lograba conciliar los opuestos sin tener que comulgar con posturas radicales.
Esta faceta del Goethe anti-
rrevolucionario y conciliador la resalta el fil¨®sofo Eugenio Tr¨ªas en el op¨²sculo que recupera Acantilado (la editorial Dopesa lo public¨® en 1979 bajo el t¨ªtulo Goethe y su obra). Tr¨ªas se muestra contundente al formular su tesis: Goethe, "el m¨¢s sabio y genial de todos los escritores" era "un hombre corriente cuya ¨²nica extravagancia fue dejar bien reveladas y exhibidas sus caracter¨ªsticas vitales". Con un estilo vehemente que recuerda algo a Ortega (cuyas ideas sobre Goethe se discuten en el ensayo, junto a otras de Lacan o Benjamin), el autor se propone derribar los t¨®picos m¨¢s comunes sobre el gran vate alem¨¢n, habituales al menos en Espa?a, pa¨ªs en el que poco se le ha tratado desde el punto de vista divulgativo. Si lo logra con su ensayo -que es muy personal, aunque algo desmadejado-, tendr¨¢ que decidirlo cada lector. Sorprenden opiniones de este calibre: "Como todo individuo interesante, Goethe era profundamente vanidoso"; o "como todas las personas enteras y verdaderas" era "profundamente envidioso". Pero se est¨¦ o no de acuerdo con el tono general de este Prefacio, lo cierto es que ofrece una perspectiva a tener en cuenta de la figura (que no de la obra) de Goethe.
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