Arco mete en el lavavajillas a la ultraderecha
La feria reivindica la bajada del IVA para el arte contempor¨¢neo en la primera jornada de una edici¨®n marcada por la reciente muerte de Helga de Alvear y un acusado tono pol¨ªtico


Hay dos rituales que se repiten cada edici¨®n de Arco. Por un lado, el que protagonizan los coleccionistas el primer d¨ªa que la gran feria internacional de arte contempor¨¢neo madrile?a abre sus puertas, cuando comienzan con el juego de pujas entre susurros con los galeristas. Aqu¨ª los precios no se ense?an, es dif¨ªcil encontrar el valor de una pieza en las cartelas. Todo queda entre unos pocos, los que son capaces de acceder a este tipo de arte. Y luego est¨¢ la liturgia de los periodistas que cada edici¨®n, y van 44 con esta, se plantean la misma pregunta con la esperanza de encontrar alguna certeza: ?qu¨¦ historia del arte quiere contar Arco este a?o?
?El auge de la IA?, ?nuevas maneras de descolonizar?, ?ser un espejo de la actualidad?, ?la mirada al sur global? Las respuestas son tan variadas como las propuestas de las 214 galer¨ªas de 36 pa¨ªses que conforman una edici¨®n que este a?o ha cambiado de mes y se celebra desde este mi¨¦rcoles hasta el 9 de marzo, con el Amazonas como proyecto central con el programa Wametis¨¦: ideas para un amazofuturismo, comisariado por Denilson Baniwa y Mar¨ªa Wills, en colaboraci¨®n con el Institute for Postnatural Studies.

La primera galer¨ªa que, un a?o m¨¢s, se muestra cristalina es ADN con la obra White Washing, de Eugenio Merino. El creador que meti¨® a Franco en una nevera, realiz¨® un ninot del rey y organiz¨® la capilla ardiente de Picasso ha elegido en esta ocasi¨®n un lavavajillas preparado para el programa de carga m¨¢xima con 17 platos estampados con las caras de los principales representantes de la ultraderecha mundial, entre ellos Giorgia Meloni, Javier Milei y Donald Trump. Santiago Abascal, l¨ªder de Vox, es el representante espa?ol.
¡°La idea era hablar del blanqueamiento de la extrema derecha que se ha ido desarrollando en las ¨²ltimas d¨¦cadas¡±, contaba Merino frente a su obra, valorada en 22.000 euros. Ese ¡°lavado¡±, tambi¨¦n en palabras de Jordi Vernis, uno de los responsables de ADN, se repite cada vez que se enchufe este aparato que, recalcan, funciona.
Queda saciada as¨ª la curiosidad de periodistas y otros visitantes de Arco, cuya br¨²jula en el recorrido por los dos pabellones del recinto ferial de Ifema siempre suele indicar el camino de ¡°la obra pol¨¦mica¡± de la edici¨®n. La otra necesidad, parece que imperiosa, entre los corrillos es conseguir el precio de la obra m¨¢s cara y, con suerte, la m¨¢s barata. La ma?ana de este mi¨¦rcoles, las apuestas estaban en galer¨ªas como Guillermo de Osma, Leandro Navarro, Mayoral, Thaddaeus Ropac y Lelong con piezas de Juan Gris, Mir¨® y Barcel¨®, todas valoradas en m¨¢s de un mill¨®n de euros.




La francesa Lelong exhibe una cabeza de Jaume Plensa, pintura de Paula Rego y una serie de dibujos de Mir¨® de los a?os cuarenta que no se hab¨ªan ofrecido en el mercado, seg¨²n los responsables de la galer¨ªa. Quien por ejemplo compre el collage Nocturne del pintor catal¨¢n, valorado en 1,2 millones de euros, tendr¨¢ que sumarle ¡°solo el 5% de IVA¡±, el porcentaje que se aplica en Francia a este tipo de transacciones porque se factura en el pa¨ªs de los due?os, como aclaran ellos mismos. Este es uno de los ejemplos de ¡°desigualdad¡±, en palabras de Maribel L¨®pez, directora de Arco, que se produce en cada operaci¨®n en la feria entre galeristas de distintos pa¨ªses. Por eso, a las 12.30 de este primer d¨ªa, los espacios espa?oles, tras ser avisados por megafon¨ªa por la organizaci¨®n, han apagado las luces de sus estands durante unos minutos en forma de protesta. ¡°Apoyamos a las galer¨ªas en su reivindicaci¨®n de una bajada del 21% al 10 o al 4%¡±, ha dicho L¨®pez horas antes de que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se paseara con los Reyes en la comitiva que ha inaugurado oficialmente Arco por la tarde.
Un poco antes, a las 10.45, con el champ¨¢n de bienvenida en la mano, decenas de personas se han congregado en el espacio de Helga de Alvear para rendir homenaje a la galerista y coleccionista fundamental del arte en Espa?a, fallecida a los 88 a?os el pasado febrero. Tras unas breves palabras de Alberto Gallardo, responsable de la galer¨ªa, su hija Patricia y Sandra Guimar?es, la directora de su museo en C¨¢ceres, se ha escuchado un largo aplauso que, de alguna manera, ha sido la inauguraci¨®n oficiosa de Arco.

A esas horas, De Alvear ya se habr¨ªa gastado unos cuantos millones de euros en obras de la feria y estar¨ªa sentada en su estand ofreciendo mandarinas a quien fuera a visitarla. Un plato de esos c¨ªtricos reposa junto a una imagen suya sobre una mesa del estand de su galer¨ªa, que en esta edici¨®n (habr¨ªa sido su 30? participaci¨®n) no vender¨¢ piezas, sino que se ha convertido en un peque?o espacio expositivo con las obras que compr¨® la coleccionista en Arco durante los ¨²ltimos 15 a?os.
El reflejo de la realidad
En este salvaje comienzo de a?o, casi de siglo, en el que los consensos de la realidad se resquebrajan, Arco ofrece varias lecturas del mundo en el que el arte tambi¨¦n trata de habitar no solo desde la diletancia. Hay obras que recuerdan que en Ucrania se sigue combatiendo, im¨¢genes del genocidio palestino, una foto de la artista Marina Vargas en la que se autorretrata con el pu?o en alto despu¨¦s de haber sido sometida a una mastectom¨ªa ante la mirada de un grupo de hombres a los que reta a retratar su belleza no normativa. Esta pieza, tambi¨¦n de la galer¨ªa ADN, est¨¢ situada al lado de una reinterpretaci¨®n de La libertad guiando al pueblo, de Eug¨¨ne Delacroix, que Julio Anaya Cabanding ¡°desacraliza¡± al representarla sobre cartones que ha recogido por la calle para remozarla de ¡°una visi¨®n m¨¢s humanista¡±, explican en la galer¨ªa.

Carlier Gebaur ha vuelto a Arco con artistas como el estadounidense Paul Pfeiffer que, entre otras piezas, presenta Incarnator, una talla de madera de las piernas de Jesucristo hechas a partir de las piernas de Justin Bieber. ¡°Cuando comenz¨® la serie, Bieber era un icono de masas, una figura permanente a la que de alguna manera se le rob¨® la temporalidad¡±, dice uno de los responsables de la galer¨ªa.
En la galer¨ªa Mois¨¦s P¨¦rez de Alb¨¦niz hay dos piezas que mantienen esa mirada hacia la actualidad. Una foto tama?o lona publicitaria de Muntadas de 1983 con formato de negativo en la que est¨¢n reunidos en una mesa los herederos de Picasso tras el fallecimiento del artista. Detr¨¢s de ellos, de pie, un grupo de asesores y abogados. ¡°La pregunta que parece que se hacen es: ¡®?Qui¨¦n se queda con qu¨¦?¡±, plantea el propio P¨¦rez de Alb¨¦niz. ¡°?En qu¨¦ se convierte la obra de un artista al morir? En pura especulaci¨®n. Pasa a otro segmento de gente que ni est¨¢ vinculada con el arte¡±.

Cerca est¨¢ la artista Noem¨ª Iglesias Barrios con su obra Dat-Astral Chart (2024). Parece una m¨¢quina de tarot, algo as¨ª como la versi¨®n actualizada de la Zoltar que aparece en la pel¨ªcula Big. La diferencia es que no concede deseos, sino que hace una radiograf¨ªa de qui¨¦nes somos a partir de los movimientos que hacemos con nuestros m¨®viles. ¡°Tiene una pantalla t¨¢ctil vinculada a un ordenador port¨¢til. El sensor registra los movimientos, luego pones tu tel¨¦fono y a partir de ah¨ª sale una tarjeta con un s¨ªmbolo y una breve explicaci¨®n¡±, dice la artista que lleva meses analizando comportamientos digitales para programar su artefacto. El resultado se parece al del hor¨®scopo, con la diferencia de que Iglesias pretende que ¡°la gente sea m¨¢s consciente de lo que implica ser usuario de dispositivos electr¨®nicos¡±.
La Freijo Gallery ha reunido a Olalla G¨®mez y Ram¨®n Mateos con dos piezas de marcado car¨¢cter pol¨ªtico. ¡°Mi videoinstalaci¨®n con escultura se llama Smile y simboliza esa sonrisa perversa que provoca la esclavitud invisible del sistema capitalista¡±, dice G¨®mez frente a un v¨ªdeo en el que ¡°un hombre blanco encadenado¡± salta con una cuerda hecha con el contorno de las monedas de dos euros en un ejercicio en bucle, agotador, ante el que siempre pone una sonrisa. Al lado, la cortina de metal de Mateos recuerda las 7.291 v¨ªctimas de las residencias madrile?as durante la pandemia. La pregunta que sobrevolaba este espacio al abrirse las puertas de la feria por la ma?ana era: ?pasar¨¢ por aqu¨ª Isabel D¨ªaz Ayuso en su visita a Arco por la tarde? La visita a la galer¨ªa no figuraba en el itinerario de la comitiva oficial.

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