Frossi, el goleador con gafas

Italia juega ma?ana en Berl¨ªn la final del Campeonato del Mundo. Hace 70 a?os, en el mismo estadio, jug¨® otra. La gan¨®. El rival, Austria. El premio, el oro ol¨ªmpico. Fue el 15 de agosto de 1936 y jugaron Venturini; Foni, Rava, Baldo; Piccini, Locatelli; Frossi, Marchini, Bertoni, Biaggi y Gabriotti. El entrenador, el m¨ªtico Vittorio Pozzo, el ¨²nico t¨¦cnico capaz de ganar dos Mundiales consecutivos (1934 y 1938) y al tiempo un t¨ªtulo ol¨ªmpico. El camino de Italia en aquellos Juegos tuvo un h¨¦roe sorprendente: Frossi, el extremo miope.

Anibale Frossi naci¨® el 6 de agosto de 1911 y falleci¨® en 1999. Empez¨® a jugar en el Udinese, pero sin destacar. Comenz¨® una larga singladura en la serie B: Padova, Bari y Aquila le tuvieron en sus filas hasta que Pozzo decidi¨® llev¨¢rselo a los Juegos de Berl¨ªn.

Italia lleg¨® a la final despu¨¦s de golear a Jap¨®n (8-0, con tres goles de Frossi) ganar a Noruega (1-0, otro gol de Frossi) y vencer a Estados Unidos en el m¨¢s accidentado de todos los encuentros con un gol del delantero del Friuli. En ese encuentro, dos jugadores norteamericanos abandonaron el campo lesionados tras el tumulto que se produjo despu¨¦s de que el ¨¢rbitro, amenazado por los italianos, se volviera atr¨¢s de su decisi¨®n de expulsar a Piccini poco antes.

Austria, el otro finalista, tambi¨¦n protagoniz¨® una semifinal escandalosa. Empataba a dos con Per¨² cuando los aficionados suramericanos invadieron el campo. Per¨² marc¨® dos goles m¨¢s y acab¨® ganando por 4-2. La protesta de la delegaci¨®n austriaca hizo que se repitiera el partido a puerta cerrada. Per¨², enfadado, hizo las maletas y Austria jug¨® la final. En el Ol¨ªmpico, Frossi marc¨® dos goles por uno el austriaco Kainberger.

Frossi fue cinco veces internacional y marc¨® ocho goles.Un r¨¦cord de eficacia casi insuperable, m¨¢xime siendo miope y jugando con gafas.

Tras los Juegos, fich¨® por el Inter y se licenci¨® en Ingenier¨ªa Industrial. Colg¨® las botas, pero entren¨® al Lumezzane, G¨¦nova, N¨¢poles, Monza y M¨®dena, siempre con un esquema de 5-4-1. Fallecido en 1999, el goleador dej¨® una frase para la posteridad: "El partido perfecto es el que termina cero a cero".