El b¨¢lsamo de la vieja almazara
MOLINO LA NAVA, silencio entre los olivos de la sierra cordobesa
En esta atalaya de la sierra cordobesa, la aceituna es fuente de vida. Su n¨¦ctar se vende embotellado por todo el mundo. El paisaje enhebra olas verdes sobre la raya del Guadalquivir. Las almazaras inspiran delicadas obras de arquitectura, algunas muy antiguas, ahora convertidas en hoteles desde la l¨ªrica del agroturismo. Como el Molino la Nava, cuya piedra de moler comenz¨® a dar vueltas en el siglo XVIII y no par¨® hasta que Roberto y Jacqueline Barrabino, un matrimonio suizo, se dispuso a invertir el giro del reloj en Ginebra y fijar su residencia en el olivar de Montoro. Llegar hasta ¨¦l tiene su intr¨ªngulis, especialmente de noche, dada la mala se?alizaci¨®n de los accesos. Antes de iniciar el viaje, conviene seguir las indicaciones publicadas en su p¨¢gina web.
MOLINO LA NAVA
Categor¨ªa: casa rural. Carretera CO-511, kil¨®metro 7,800. Montoro (C¨®rdoba). Tel¨¦fono: 957 33 60 41. Fax: 957 33 64 22. 'Web': www.molinonava.com. Instalaciones: jard¨ªn, piscina, salas de convenciones (40 personas), sal¨®n, restaurante al aire libre. Habitaciones: 4 dobles, 4 j¨²nior 'suites'; todas con sauna-ducha, calefacci¨®n, aire acondicionado, tel¨¦fono, TV sat¨¦lite, secador de pelo, carta de almohadas, habitaciones para no fumadores. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, mascotas admitidas. Precios: temporada alta, 80 euros + 7% IVA; temporada baja, 68 euros + 7% IVA; desayuno incluido. Tarjetas de cr¨¦dito: MasterCard, Visa.
Arquitectura ... 6
Decoraci¨®n ... 5
Estado de conservaci¨®n ... 7
Confortabilidad habitaciones ... 6
Aseos ... 6
Ambiente ... 6
Desayuno ... 3
Atenci¨®n ... 8
Tranquilidad ... 9
Instalaciones ... 6
El primer elogio que se merece el establecimiento parte de la amabilidad de sus propietarios en facilitar a los hu¨¦spedes el tr¨¢nsito a su habitaci¨®n y aliviarle de las malas pulgas adquiridas durante las revueltas del camino. Un refrigerio a tiempo y la atm¨®sfera de serenidad que transmite el patio ayudan a expurgar el estr¨¦s.
Museo-restaurante
Frente a un sauce enorme se abren las instalaciones, el zagu¨¢n de recepci¨®n, la vieja almazara transformada en museo-restaurante y la escalera vertebral que da acceso por el costado exterior a la mayor¨ªa de las habitaciones. En otro ¨¢ngulo, junto a la vivienda de los due?os, permanece aislada entre rejas la piscina del complejo, siempre limpia y azul¨ªsima. L¨¢stima que un sinf¨ªn de postes el¨¦ctricos estropeen el horizonte.
Las mejores vistas son las de los aperos, las cubas y la maquinaria de exposici¨®n dispersos por el comedor, donde antiguamente se desarrollaba la actividad molinera. Esta decoraci¨®n etnogr¨¢fica y la molesta resonancia de sus muros infunden al desayuno un ambiente t¨®pico de mes¨®n. Sorprende la banalidad de su propuesta, tan ins¨®lita en una almazara como el estuchado del aceite en un envase similar al de la mantequilla o el de la mermelada.
Desazona en un lugar as¨ª el tono discreto de las habitaciones, una recreaci¨®n on¨ªrica de lo que el campo fue. El kit cosm¨¦tico es modesto, poco acorde con el deseado en un hotel con encanto. Alineadas a lo largo de un corredor exterior, la 5 sobresale en decoraci¨®n por sus tonos almagre y la 7 es una minisuite muy tranquila con vistas al olivar. Abajo, aislada de las dem¨¢s, la 8 es otra minisuite muy bonita orientada a la piscina, por lo que es la preferida de las familias con ni?os.
A cualquier hora del d¨ªa y de la noche, el silencio es una bendici¨®n en este enclave andaluz y el suave olor a azahar, un b¨¢lsamo. De aceite, claro.
ALREDEDORES
LLEGAR HASTA el molino requiere un mapa. Salvado el puente de las Donadas, en la ronda de Montoro, hay que tomar la A-3102 en direcci¨®n a Villa del R¨ªo y seguir siete kil¨®metros hasta unos 200 metros pasado el punto kilom¨¦trico 8. Un camino asfaltado a la derecha conduce durante otro kil¨®metro hasta el hotel. Conviene anotar las diferentes denominaciones que adquiere la A-3102, seg¨²n el moj¨®n que se encuentre: CO-511, A-2100 y A-2201.Olivar sobre suelos rojos, pinar de repoblaci¨®n, bosque de matorral mediterr¨¢neo, dehesas... ?ste es el entorno natural del hotel, el paisaje genuino del parque natural de las Sierras de Montoro y Carde?a. El r¨ªo Guadalquivir y su ribera vertebran la comarca, una zona ideal para realizar excursiones.
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