Intensidad e imaginaci¨®n

La euforia de la final del Mundial de f¨²tbol no les va a coger esta vez en medio a Pierre Boulez y Klaus Michael Gr¨¹ber. Su inteligente espect¨¢culo uniendo obras de Falla, Stravinski y Sch?nberg ya soport¨® suficientes ruidos externos de los trabajadores temporales en el festival de 2003. Se tuvo que suspender y los pocos privilegiados que pudieron a duras penas asistir no paraban de contar sus maravillas. Se repuso en el teatro an der Wien, de Viena, con fama de espect¨¢culo fantasma. Hab¨ªa entrado en la leyenda. Ahora vuelve a su lugar de origen, una vez que Boulez se ha desembarazado de sus compromisos en Bayreuth de las dos ¨²ltimas temporadas con su excepcional direcci¨®n de Parsifal.

El viernes, la trilog¨ªa unitaria obtuvo el mayor ¨¦xito de todo lo representado en el teatro Jeu de Paume en Aix desde El retorno de Ulises a la patria, de Monteverdi, que dirigi¨® en 2000 William Christie. Pero hoy es d¨ªa de final de Mundial y est¨¢ la selecci¨®n francesa en lance. Por si las moscas, se han suspendido los espect¨¢culos al aire libre de los festivales de Avi?¨®n y Aix programados a horas de posible celebraci¨®n. Ya en d¨ªa de semifinal, 11.000 personas aparcaron su pasi¨®n futbol¨ªstica en la Provenza para escuchar a la Filarm¨®nica de Berl¨ªn con Simon Rattle. No es cuesti¨®n de tensar la cuerda. Boulez y Gr¨¹ber han tenido suerte en esta ocasi¨®n. Su espect¨¢culo estaba programado en sesi¨®n de tarde.

Espect¨¢culo redondo

La trilog¨ªa citada es uno de esos espect¨¢culos realmente redondos. Para las transiciones se utilizan tres piezas de clarinete solo de Stravinski, excelentemente tocadas por Alain Damiens. Gr¨¹ber se apoya para los decorados de Falla y Stravinski en la pintora italiana Titina Maselli, y para los de Sch?nberg, en el tambi¨¦n pintor, aunque franc¨¦s, Gilles Aillaud.

Casi sin quererlo, les ha salido un homenaje a C¨¦zanne desde la diversidad. En la representaci¨®n de marionetas de Falla, en el enigm¨¢tico y virtuoso ballet animal de Stravinski, en el ritual con mono y m¨²sicos en escena de Sch?nberg, las sugerencias y juegos de asociaciones se multiplican. Es un monumento a los valores culturales de la transversalidad. Gr¨¹ber firma uno de sus trabajos m¨¢s sugerentes.

Y luego, la presencia en vivo de Boulez es fundamental. No es ¨²nicamente cuesti¨®n de carisma. Es conocimiento, reflexi¨®n, entusiasmo renovado. Boulez es un monstruo y cada d¨ªa ejerce m¨¢s de enfant terrible a sus m¨¢s de 80 a?os. Le ha perdido el respeto a la edad. Como la cantante-recitadora Anja Silja, que ah¨ª sigue haciendo Pierrot con la misma convicci¨®n de siempre. Memorable espect¨¢culo, de una intensidad e imaginaci¨®n, como se ven pocos.