El t¨¦cnico sin nombre
Dom¨¦nech no es popular ni en su pa¨ªs ni en su vestuario
El aura que acompa?a al ¨¦xito no se ha depositado en Raymond Dom¨¦nech. Ni gran estratega, ni conductor de grupo ni seductor de masas. No hay elogios para el seleccionador franc¨¦s. Como mucho, un tipo inteligente que juega al ajedrez y que practic¨® el teatro aficionado. Basta. Todo lo dem¨¢s es peyorativo. Se le considera un provocador que genera conflictos para ver la reacci¨®n de la gente. El m¨¢s llamativo es el que ha mantenido con la vieja guardia, la generaci¨®n del 98, en el trayecto hasta la final. Los Zidane, Thuram, Makelele y Vieira nunca le nombran, sino que le denominan "t¨¦cnico o entrenador", y existe la hip¨®tesis de que quien lo nombre pagar¨¢ una multa.
Dom¨¦nech lleg¨® a la selecci¨®n el 12 de julio de 2004, el d¨ªa en que naci¨® su hija, Victorie, y desde el primer momento se enfrent¨® a los veteranos con tres imposiciones: entrenarse con espinilleras, reunirse tras los partidos incluso a altas horas de la noche y no usar el m¨®vil en las comidas. Poca cosa si se compara con sus primeras intenciones. Les advirti¨® de que quer¨ªa optar por un cambio generacional y las viejas glorias lo entendieron como una falta de respeto.
El t¨¦cnico acab¨® cediendo a medida que Francia fue avanzando. Primero abandon¨® la idea de colocar a Vieira como interior y le devolvi¨® al centro. Despu¨¦s accedi¨® a colocar como centrales a Thuram y Gallas en contra de lo previsto. M¨¢s que dirigir el equipo, ¨¦ste lo estaba arrastrando hasta un triunfo inesperado. Es la visi¨®n de la vieja guardia, que lo ha acusado de ser un perdedor en sus once a?os como entrenador en las categor¨ªas inferiores. Ning¨²n t¨ªtulo pese a contar con varias espl¨¦ndidas generaciones. Perdi¨® muchas veces ante Italia, su gran rival.
Hijo de un republicano catal¨¢n que huy¨® del franquismo, Dom¨¦nech (Ly¨®n, 1952) entiende el catal¨¢n y el espa?ol, pero apenas los habla. En contraste con Jacquet o Deschamps, sus sensibilidades son de izquierdas, aunque sus equipos hayan resultado conservadores. Fue un lateral duro, con un bigote impresionante, que gan¨® una Liga con el Estrasburgo en 1979. Internacional, pero sin participar en el Mundial del 78 ni en el del 82. Amante de la astrolog¨ªa, decidi¨® repetir una y otra vez que su objetivo es llegar al 9 de julio. ?La despedida de Zidane? "S¨®lo pienso en el 9 de julio". Una t¨¢ctica que ya utilizaba con los juveniles. Frases talism¨¢n.
La prensa francesa no le tiene estima. Y menos desde que su novia, Estelle Denis, periodista de 29 a?os de una cadena de televisi¨®n, le entrevistara en exclusiva tras salir la lista de los 23 convocados. La mala fama de Dom¨¦nech viene de m¨¢s lejos. En concreto, del Mundial de Estados Unidos 94, cuando era entrenador de la sub 21 y la polic¨ªa le pill¨® vendiendo entradas del Bolivia-Corea del Sur que hab¨ªan sido asignadas a la federaci¨®n francesa. Tuvo que pagar una fianza de 500 d¨®lares y pasar una noche en prisi¨®n. Aleg¨® que quer¨ªa recaudar dinero para la federaci¨®n. El t¨¦cnico sin aura se enfrenta a la noche m¨¢s c¨¦lebre de su carrera.
![Raymond Dom¨¦nech.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KLWI6C27GZOU73CVTS64UYAUGI.jpg?auth=fd835143b875efeb7510ef59a2dc9891ee4b1485bbe5733195996d449024a13f&width=414)
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