El faro de Alejandr¨ªa
Suya es la luz. Tras varios meses de un amplio y profundo debate org¨¢nico entre Javier Arenas y sus propias circunstancias, el presidente del PP ha alumbrado el nuevo staff popular. Ha cambiado al candidato a la alcald¨ªa de Sevilla, al secretario general de su partido en la Comunidad y al portavoz en el parlamento andaluz. La designaci¨®n de Juan Ignacio Zoido como cabeza de c¨¢rtel electoral para Sevilla ha sido complicada. En la asamblea interna que celebr¨® Arenas en su propia casa se encontr¨® con la fuerte oposici¨®n de su almohada, con la que llevaba meses consultando la opci¨®n con m¨¢s posibilidades de arrebatar la alcald¨ªa al PSOE. Al final, Arenas consensu¨® con su almohada nombrar a Zoido, que fue inmediatamente aclamado como candidato por el la mesita de noche y el sinfonier del dormitorio, los ¨²nicos testigos en esta convocatoria interna tan importante. Este peri¨®dico cont¨® que hubo que esperar 48 horas tras su designaci¨®n para que Juan Ignacio Zoido se lo creyera: "Voy a ser el alcalde de Sevilla", dijo.
La nominaci¨®n de Zoido ha ido aparejada de una movilizaci¨®n de las estructuras internas del PP para elegir a su sustituto como n¨²mero dos del partido en Andaluc¨ªa. Tras una semana de asambleas en cada provincia, tan intensas que ni siquiera los militantes tienen constancia de que hayan existido, Arenas volvi¨® a mantener una dura negociaci¨®n con Arenas para designar a Antonio Sanz como secretario general del PP-A. Con esta decisi¨®n se cumple una tradici¨®n pol¨ªtica de gran arraigo en este partido: la de sucederse a s¨ª mismo. Arenas volvi¨® a la comunidad a sustituir a Arenas; y Antonio Sanz vuelve a la direcci¨®n regional a hacer lo propio, suceder a su sucesor. Se podr¨ªa decir que las puertas de la direcci¨®n regional del Partido Popular en Andaluc¨ªa son como las de las cantinas del oeste, por ellas de la misma manera que se entra se sale. S¨®lo hace falta empujar un poquito y ya est¨¢s a los pies de los caballos. Este sistema de alternancia pol¨ªtica de cargos de copiar y pegar en el PP andaluz lleva a?os funcionando con una solvencia demostrada. No hay que m¨¢s que fijarse en sus espl¨¦ndidos resultados.
Por el mecanismo de desvestir a un santo para vestir a otro, Sanz ser¨¢ sustituido de portavoz del PP en el Parlamento Andaluz por Esperanza O?a, que ya alcanz¨® una enorme notoriedad p¨²blica las pocas veces que su partido le dej¨® que hablara en la c¨¢mara auton¨®mica. Sus errores acerca del ¨¢rbol geneal¨®gico de los consejeros de la Junta y su dominio de la oratoria -lleg¨® a decir que Arenas era el dirigente m¨¢s guapo de Andaluc¨ªa- la han catapultado para el puesto. El PP andaluz ha realizado una profunda remodelaci¨®n de su direcci¨®n pol¨ªtica para impulsar el partido hacia donde ya estaba, y poder as¨ª seguir avanzando hacia los pr¨®ximos cuatro a?os anteriores.
Dicen que algunos dirigentes del PP intentaron convencer a Arenas de que Sanz no repitiera en el cargo. El presidente del PP andaluz lo ha negado. Arenas dice que lleg¨® a hablar hasta con 26 dirigentes del partido y que en ellos encontr¨® "cohesi¨®n". Que Arenas consulte algo con 26 dirigentes del PP en Andaluc¨ªa debe de ser como un refer¨¦ndum dentro de la organizaci¨®n. Sus propuestas siempre son infalibles. Como anta?o los griegos buscaban la sabidur¨ªa, los dirigentes del PP andaluz llevan a?os siguiendo sin fisuras el camino que se?ala Javier Arenas, su faro de Alejandr¨ªa.
La democracia interna en los partidos es una quimera. Siempre resulta m¨¢s f¨¢cil convencerse a uno mismo que a los dem¨¢s. Los militantes votan como los ciudadanos, una vez cada cuatro a?os y con las listas de candidatos tan cerradas como la boca. En el PP vuelve el "dedazo". En el PSOE las primarias pasaron a mejor vida. S¨®lo Izquierda Unida mantiene un m¨ªnimo de democracia interna. En esta formaci¨®n pol¨ªtica se re¨²nen cuatro militantes y son capaces de representar a cinco tendencias distintas. Del PA mejor no hablar. Juli¨¢n ?lvarez a¨²n est¨¢ consultando consigo mismo c¨®mo ha estrellado su partido contra los acantilados de Marbella. Claro que todos los partidos no tienen como el PP un faro que les ilumine tanto.
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