Lugares comunes
Buenas noticias. Estamos en verano, y el verano, como dir¨ªa un cronista deportivo de la televisi¨®n, puede ser maravilloso. "La vida puede ser maravillosa", asegura el cronista, y el verano tambi¨¦n, qu¨¦ duda cabe. Soles fuertes y lunas pegajosas. Tiempo lento. Hamacas, playas llenas, libros que no leemos, vacaciones. Ni siquiera ese pobre somormujo que ha estirado la pata en Salburua lograr¨¢ desolar nuestra quimera y amargarnos la fiesta del verano. Todo est¨¢ controlado. Nuestra salud no corre ning¨²n riesgo y, en el peor de los casos, Euskadi cuenta desde enero con un plan m¨¦dico de choque contra la gripe aviar. Coman pollos y huevos, beban toda la sangr¨ªa que quieran y tu¨¦stense en la playa. La playa puede ser maravillosa, lo mismo que el verano, lo mismo que la vida. Cr¨¦anme. Y si, a pesar de todo, pertenecen a la estirpe ominosa de los pesimistas, consulten los resultados ¨²ltimos del Euskobar¨®metro.
Una ola de optimismo se ha instalado en el pa¨ªs. Hay gruesos porcentajes que corroboran este nuevo clima, pero quiz¨¢s lo m¨¢s interesante es que s¨®lo un miserable uno por ciento de la poblaci¨®n de esta comunidad apoya sin reservas la violencia de ETA. M¨¢s del 60 % de la ciudadan¨ªa se muestra convencido de que esto acabar¨¢ de la mejor manera, es decir, con el final definitivo de la banda que disparaba por la espalda. Todos son, por lo tanto, buenos augurios y mejores p¨¢lpitos. Somos m¨¢s optimistas que en 1998 y tambi¨¦n somos m¨¢s nacionalistas, concretamente cinco puntos m¨¢s, lo cual no deber¨ªa extra?ar a nadie teniendo en cuenta qui¨¦nes nos pastorean desde hace varias d¨¦cadas. Aumentan quienes se definen como s¨®lo vascos o m¨¢s vascos que espa?oles y apuntan a la baja quienes se consideran espa?oles y vascos o vascos y espa?oles entreverados. Consecuentemente, el 63 % de los consultados est¨¢ persuadido de que el actual Estatuto de Autonom¨ªa est¨¢ agotado. Unos creen que habr¨ªa que reformarlo con m¨¢s autogobierno, otros que deber¨ªa demolerse sin demora con una voladura controlada y, por ¨²ltimo, un porcentaje m¨ªnimo cree que el actual marco pol¨ªtico est¨¢ bien como est¨¢. Ya lo ven. Este es, aproximadamente, el nuevo tiempo del que tanto se habla ¨²ltimamente. Este es, por el momento, nuestro lugar com¨²n, nuestro resumen, nuestra fotograf¨ªa al minuto o, si prefieren, nuestro retrato en el fotomat¨®n de la estad¨ªstica. Lo que sucede es que esta clase de fotograf¨ªas no pueden aspirar a una resoluci¨®n de alta calidad ni excesivos matices. Pero el perfil es bueno. Ha bastado con que la banda terrorista deje de asesinar y poner bombas (no digo extorsionar) para que la ciudadan¨ªa estalle de optimismo. La vida puede ser maravillosa (sobre todo sin ETA y sus campa?as de verano, ?recuerdan?). Estamos en verano y el terrorismo ya no nos asusta, puede inquietarnos m¨¢s un somormujo muerto que la sombra de un feroz etarroide. As¨ª es la vida, ese lugar com¨²n.
Despu¨¦s de dialogar con Patxi L¨®pez, el gran Arnaldo Otegi, tras meditar unos segundos sobre el futuro de la patria, acab¨® definiendo la playa de la Concha como "un marco incomparable". Despu¨¦s de ETA, por tanto, los lugares comunes, los delitos comunes, los veranos comunes, las postales comunes. Es lo que nos espera. Es la fotograf¨ªa veraniega: una postal redicha de la Concha que augura, felizmente, todo el aburrimiento de este mundo. Una fotograf¨ªa tal vez deleznable desde un punto de vista b¨¢sicamente est¨¦tico, pero hasta cierto punto tranquilizadora. No esperen nada nuevo, sino m¨¢s incursiones y excursiones y afincamientos en lugares comunes. Hojas de ruta y di¨¢logos sin exclusiones y toda una ferreter¨ªa de frases hechas para uso de pol¨ªticos y analistas pol¨ªticos expertos en met¨¢foras pilladas por los pelos. Una fotograf¨ªa cada vez m¨¢s borrosa ("nebulosa", nos dec¨ªa el domingo Ignacio Sotelo) de un proceso que promete ser "largo, duro y dif¨ªcil" y que lo que ser¨¢, ante todo, es aburrido y pardo. Imagino que tanto -tan tedioso, turbio y embarullado- como el proceso que llev¨® al nuevo Estatuto catal¨¢n, mu?ido entre partidos e ignorado por una buena parte de la sociedad (esa que nunca sale en las encuestas pero que, irremisiblemente, aparece con nombres y apellidos en el censo). ?Qu¨¦ podemos hacer los ciudadanos? No mucho. Disfrutar del verano y de todos sus lugares comunes. Ver¨¢n como el oto?o nos depara nuevas fotograf¨ªas, postales nebulosas, marcos incomparables que habr¨¢ que comparar.
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