"El teatro, por mucha competencia que tenga, siempre va a ser ¨²nico"
Norka Chiapuso (San Sebasti¨¢n, 1963) asumi¨® en 2000 la direcci¨®n de la Feria de Teatro donostiarra, que abre hoy su duod¨¦cima edici¨®n con una doble propuesta: danza en Gazteszena (Dueto, de Idoia Zabaleta y Filipa Francisco) y comedia teatral en el Kursaal (Todos somos vascos, de Glu Glu). El festival, un mercado de referencia de las artes esc¨¦nicas, ofrecer¨¢ hasta el s¨¢bado 22 espect¨¢culos de teatro, danza y circo. Entre ellos, Mi misterio del interior, de Ron Lal¨¢, Lorca eran todos, de Fila 7; Sit, de Clownic, y montajes internacionales de calle.
Pregunta. ?El peso del humor y los musicales en el cartel refleja el momento actual del teatro?
Respuesta. Es m¨¢s una coincidencia que una tendencia. Hemos encontrado propuestas interesantes donde el humor y la m¨²sica ten¨ªan protagonismo; por ejemplo, Hop!era, una comedia sobre la ¨®pera de Focus, o El malo de la pel¨ªcula, de Albert Pl¨¢, que mezcla teatro, cine y m¨²sica.
"El sector es, a veces, obst¨¢culo para este arte. En vez de ilusionar nos regodeamos en miserias"
P. ?Qu¨¦ novedades presentan con respecto a otras ediciones?
R. Nos hemos propuesto ofrecer espect¨¢culos de mayor formato y hacer una feria de grandes p¨²blicos. La intervenci¨®n en la calle es muy fuerte por eso, para buscar su complicidad, para que viva, aunque no quiera, el teatro, el circo o la danza.
P. La compa?¨ªas extranjeras act¨²an en la calle. ?Es imposible programarlas en salas por dinero?
R. Es dif¨ªcil encajarlo, b¨¢sicamente por el problema del idioma; tiene que coincidir que sean sin textos. Los de calle son generalmente espect¨¢culos m¨¢s gestuales, de ah¨ª su presencia.
P. ?2006 ser¨¢ a?o de m¨¢s rosas o tomates en los escenarios?
R. Espero que muchas m¨¢s rosas. Pero el p¨²blico tiene que buscar. Detr¨¢s de las obras que m¨¢s suenan, los espectadores pueden encontrar perlas para disfrutar de la danza contempor¨¢nea vasca, que vive un momento de auge con grupos como Asier Zabaleta o Blanca Arrieta, o iniciar a los m¨¢s peque?os en el teatro.
P. ?La Feria ha perdido credibilidad por la suspensi¨®n de 2004?
P. No lo creo. Este a?o se han presentado, como siempre, unas 300 compa?¨ªas. Siguen viniendo. Lo que s¨ª percibimos es que las ferias viven un momento de reconversi¨®n. Est¨¢ cambiando la forma de llegar al mercado. Y nosotros tratamos de adaptarnos, manteniendo esa vertiente, pero transform¨¢ndonos en un festival al que por su atractivo y prestigio vengan programadores -hay 140 inscritos y este a?o no les invitamos-, compa?¨ªas y p¨²blico.
P. ?Realmente funciona como mercado?
R. Es complicado saberlo, porque unos contratos se cierran aqu¨ª, pero otros gestados en San Sebasti¨¢n se firman fuera. Vamos a hacer un estudio para conocer su repercusi¨®n real. En todo caso, la impresi¨®n es buena; espect¨¢culos que han pasado por aqu¨ª han tenido larga vida. Somos la segunda feria en volumen, despu¨¦s de T¨¢rrega. Y tenemos mejor infraestructura esc¨¦nica que otras ferias. Quiz¨¢ a partir del a?o que viene, con la reapertura del Victoria Eugenia, m¨¢s que cantidad tendremos que buscar calidad, que la feria sea un delicatessen.
P. ?Tiene presupuesto para conseguirlo?
R. Ahora disponemos de 250.000 euros; habr¨¢ que reorganizar el funcionamiento econ¨®mico.
P. ?Se siente muy limitado?
R. Ese presupuesto est¨¢ bien para una programaci¨®n nacional, pero es insuficiente si se quieren montajes internacionales.
P. ?C¨®mo se va adaptando el teatro al nuevo escenario de ocio?
R. El teatro, por mucha competencia que tenga, siempre va a ser ¨²nico, ni Internet ni los Dvds le pueden hacer sombra. En el momento que alguien se emociona en un teatro, se engancha. Uno de sus mayores obst¨¢culos somos la gente del sector que, en lugar de ilusionar nos regodeamos en miserias que no interesan a nadie. A veces se env¨ªan mensajes distorsionados, como que el teatro est¨¢ en crisis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.