Reconversi¨®n en RTVE
Una p¨¦sima gesti¨®n econ¨®mica y la persistente inhibici¨®n de todos los gobiernos durante d¨¦cadas convirtieron la radiotelevisi¨®n p¨²blica (RTVE) en un pozo sin fondo condenada a la ruina permanente y a una insana dependencia de la buena o mala voluntad de los ministros de Hacienda de turno. Como cualquier empresa en crisis -RTVE acumulaba un endeudamiento de 7.500 millones de euros y produc¨ªa un d¨¦ficit anual de unos 500 millones de euros-, su supervivencia depend¨ªa de un primer paso dr¨¢stico que cauterizase la sangr¨ªa financiera. Es el que se dio ayer con la firma de un plan de saneamiento, suscrito por la directora general del Ente, Carmen Caffarel, y los sindicatos.
El plan implica un Expediente de Regulaci¨®n de Empleo que procurar¨¢ una jubilaci¨®n anticipada y paulatina para 4.150 empleados. A cambio de esta reconversi¨®n, como las que proliferaron en los sectores maduros de la econom¨ªa espa?ola a principios de los ochenta, el Gobierno asumir¨¢ la onerosa deuda de RTVE y los gestores del ente p¨²blico podr¨¢n afrontar las tareas necesarias sin el pesado lastre financiero. Es muy dif¨ªcil explicar por qu¨¦ un ajuste tan l¨®gico, fundamentado en diagn¨®sticos bien conocidos durante los ¨²ltimos tres lustros, se ha demorado durante tanto tiempo. Desde cualquier punto de vista que se considere, la primera condici¨®n de independencia de un medio de comunicaci¨®n, p¨²blico o privado, es evitar una cuenta de resultados ruinosa.
Aunque el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero cumpli¨® con escasa fortuna su compromiso de ofrecer un modelo de televisi¨®n independiente basado en las recomendaciones de la llamada Comisi¨®n de Sabios, ahora ha mostrado decisi¨®n para enfrentarse a un ajuste laboral inapelable. El punto de partida para la nueva gesti¨®n ya est¨¢ situado en el mapa. Con una plantilla m¨¢s reducida, menos gastos de personal y una carga financiera m¨¢s peque?a, los responsables de RTVE tienen que enfrentarse a dos problemas. El primero es de naturaleza empresarial: construir una cuenta de ingresos que le permita sobrevivir sin generar p¨¦rdidas anuales encadenadas. No resulta f¨¢cil componer los ingresos por publicidad y la venta de producciones propias -hoy por hoy, una entelequia- en un mercado de competencia abierta con las privadas y la aparici¨®n de la televisi¨®n digital terrestre.
Ninguna propuesta debe ser excluida, y todos los esquemas y posibles soluciones deben examinarse sin ning¨²n tipo de anteojeras ideol¨®gicas. Un esfuerzo parecido debe aplicarse para subir sus cuotas de audiencia. Porque tampoco es f¨¢cil ganar espectadores con el pie forzado de una programaci¨®n que debe huir de la televisi¨®n basura.
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