Libertinaje

Libertad vigilada (Antena 3) es un reality competitivo (est¨¢ en juego un a?o de salario y un apartamento) ideado para retratar la ociosa existencia de 14 j¨®venes clandestinamente vigilados por la mirada cr¨ªtica, aterrorizada, c¨®mplice, resignada o impotente de sus padres. El mecanismo es lo bastante perverso para triunfar (24% de audiencia la primera noche), y si uno prescinde de cualquier principio se engancha r¨¢pidamente a las peripecias de esta juventud de vacaciones en un paradisiaco hotel de Fuerteventura. El criterio de selecci¨®n no es inocente: se eligen j¨®venes con un palmito que pueda provocar alg¨²n tipo de deseo m¨¢s o menos inmediato y se discriminan gordos, bajitos, calvos, jorobados, t¨ªmidos, tartamudos y cualquier tipo de ortodoncia demasiado visible. Esta selecci¨®n fomenta uno de los comentarios m¨¢s escuchados desde que se invent¨® la televisi¨®n: "Eres mucho mejor en persona que en el v¨ªdeo". Nosotros, los espectadores, tambi¨¦n. Cuando no vemos la televisi¨®n somos mucho mejores que cuando miramos seg¨²n qu¨¦ programas.

Los concursantes no saben que sus padres est¨¢n viendo c¨®mo se desmadran en las fiestas, y ¨¦ste es el elemento m¨¢s transgresor, ya que rompe con la sensata tradici¨®n de que los unos no sepan lo que hacen los otros. Las pruebas a las que se someten mutuamente juegan con fuego: el coqueteo, la insinuaci¨®n, incluso una pol¨¦mica sesi¨®n de seudotorturas que provoca a los m¨¢s primarios (que es, por si alguien no lo sab¨ªa, de lo que se trata). Los padres, c¨®mplices de participar en el montaje, pueden ver las reacciones chulescas o est¨²pidas de sus hijos, comentarlas en una especie de terapia de grupo y preguntarse cu¨¢nta responsabilidad tienen en sus vomitonas, resacas o contoneos de petarda en celo. La secuela l¨®gica y coherente de este formato ser¨¢ un concurso en el que los hijos descubran lo que han tenido que hacer sus padres para darles una educaci¨®n y unas condiciones de vida m¨¢s o menos decentes. Eso s¨ª que ser¨ªa dram¨¢tico.