"Ya me siento l¨ªder"

"?Te das cuenta de que no hab¨ªamos cogido el maillot amarillo desde que se lo quitaste a Miguel?". En medio de la fiesta por la victoria el s¨¢bado de Voigt y el liderato de Pereiro, el manager del Caisse d'Epargne, Eusebio Unzue, se dirigi¨® a Bjarne Riis, director del CSC, para recordarle viejos tiempos. Riis hizo memoria, sonri¨® y levant¨® su copa en un brindis. Ayer se cumplieron 10 a?os desde que Indurain dobl¨® la rodilla ante el dan¨¦s en Hautacam, punto y final al sue?o de su sexto Tour. Ayer, el d¨ªa en que Indurain cumpli¨® 42 a?os y en que el conjunto navarro volvi¨® a lucir el liderazgo del Tour.

"Felicidades a Miguel. ?l hizo grande este maillot que hoy llevo con tanto orgullo", record¨® Pereiro despu¨¦s de la etapa. Hasta 60 veces se visti¨® Indurain con el jersey del l¨ªder -el r¨¦cord lo tiene Eddy Merckx con 111-. "Yo no me puedo comparar a Miguel", a?adi¨® Pereiro, "era un crack, yo s¨®lo un simulacro".

El gallego defendi¨® su primer puesto y complet¨® 24 horas de amarillo. Apenas se separ¨® de su maillot, salvo para cenar y dormir. Lleg¨® al autob¨²s, busc¨® su tel¨¦fono movil y... "ciento y pico llamadas perdidas", de amigos, familiares y pol¨ªticos. Se qued¨® sin bater¨ªa. La fiesta lleg¨® por la noche. Fue una fiesta doble, porque el Caisse d'Epargne compart¨ªa hotel con el CSC de Riis y Voigt, ganador de la etapa. Los dos triunfadores del d¨ªa estaban sentados a tres metros, brindando y posando. Entre ambos, otro espa?ol, Sastre, sexto en la general. Todo eran risas en el sal¨®n del hotel Les Chataigniers.

"Felicidades", le dijeron a Txente Garc¨ªa Acosta, gregario de Pereiro, durante la cena. "?Felicidades? ?Ahora tengo que trabajar toda la etapa para ¨¦l!", brome¨®. Y bien que tuvo que hacerlo. "Se hace duro controlar la carrera, te das buenas palizas. Espero que ?scar se estire y nos invite a algo", explic¨® Txente en Gap.

Durante el jolgorio del s¨¢bado, Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri se acerc¨® a Pereiro y le susurr¨®: "Acu¨¦rdate de Chiappucci". Quer¨ªa que su corredor pensara en el italiano, casi un desconocido cuando en la primera etapa del Tour de 1990 se col¨® en una escapada que lleg¨® a meta con nueve minutos. Todos los compa?eros de fuga de Chiappucci fueron hundi¨¦ndose. Menos ¨¦l. S¨®lo en el pen¨²ltimo d¨ªa, en una contrarreloj de 45 kil¨®metros, Lemond le arrebat¨® el amarillo.

Pereiro no era un desconocido cuando el pelot¨®n le dej¨® marchar. El chico que en su debut termin¨® llorando porque ?lvaro Pino, director del Phonak, no orden¨® a sus compa?eros que le esperaran en una contrarreloj por equipos cuando sufri¨® un pinchazo (y a¨²n as¨ª fue d¨¦cimo), se march¨® en una nube a su habitaci¨®n, la que comparte con Karpets desde que Valverde dijera adi¨®s. Apag¨® el tel¨¦fono y coloc¨® el maillot sobre su maleta, cerca de la cama. "No me cost¨® dormirme. Estaba rendido y a las doce ca¨ª. He so?ado que llegaba a Par¨ªs de amarillo", explic¨® consciente de que la clasificaci¨®n comenzaba por su nombre. "Ya me siento el l¨ªder. Espero sobrevivir a la etapa y seguir si¨¦ndolo. Ni quiero pensar en que puedo perder el maillot", a?adi¨®.

Comenz¨® como siempre, madrugando m¨¢s que nadie. "No aguanta en la cama", dicen. Los corredores estaban citados a las 9.30 para desayunar, pero Pereiro ya lo hac¨ªa a las 8.00 con los mec¨¢nicos. Desde ese momento todo cambi¨®: las ¨®rdenes para protegerle, la expectaci¨®n en el control de firmas... Hasta los detalles. Sustituyeron su casco de siempre, el que lleva el nombre de su hijo Juan, de ocho meses y medio, grabado en japon¨¦s, por uno amarillo. Un casco pensando en Valverde, pero que luci¨® Pereiro. Hubo relojes amarillos para todos. "?Guardad para Alejandro y para Isaac [G¨¢lvez, tambi¨¦n retirado]!", record¨® Pereiro. Despu¨¦s acudi¨® a saludarle Igor Gonz¨¢lez de Galdeano, manager del Euskaltel y ¨²ltimo espa?ol l¨ªder del Tour, en 2002.

Pereiro mantuvo su liderazgo a la espera de Alpe d'Huez. "Ha sido un privilegio ir delante", dijo. Hoy, jornada de descanso, se entrenar¨¢ dos horas. De amarillo.