Antibi¨®ticos, s¨®lo el tiempo justo
Los especialistas aconsejan limitar el tratamiento para combatir las resistencias bacterianas
El arsenal de antibi¨®ticos lo bastante potentes como para aniquilar las bacterias m¨¢s peligrosas est¨¢ menguando r¨¢pidamente en todo el mundo. Esto hace que los m¨¦dicos especialistas en enfermedades infecciosas a los que el asunto les preocupa est¨¦n m¨¢s decididos que nunca a que los medicamentos s¨®lo se empleen cuando sea estrictamente necesario. Los infect¨®logos saben que todo antibi¨®tico entra?a sus riesgos y que, cuanto m¨¢s frecuente y generalizado sea su uso, m¨¢s probable es que los microbios perjudiciales desarrollen estratagemas para eludirlos.
Un equipo de investigadores de Holanda, donde el uso selectivo de los antibi¨®ticos ha llevado a unos niveles reducidos de bacterias resistentes, considera que los dedos acusadores de la medicina no han llegado lo bastante lejos. "Como m¨¦dicos, hemos prestado mucha atenci¨®n a cuestiones como qu¨¦ antibi¨®ticos deber¨ªamos utilizar para tratar cierta clase de infecci¨®n, pero nos hemos centrado mucho menos en cu¨¢nto deber¨ªa prolongarse ese tratamiento", se?ala Jan Prins, del Centro M¨¦dico Acad¨¦mico de Amsterdam.
Expertos en infecciosas sugieren que el tratamiento antibi¨®tico de una neumon¨ªa debe reducirse a tres d¨ªas en vez de los siete o diez actuales El tratamiento con antibi¨®ticos puede inducir resistencias en las bacterias tanto por defecto como por exceso en el tiempo de administraci¨®n
En un peque?o pero provocador estudio publicado en el n¨²mero de junio de la revista EMJ, Prins y otros especialistas de nueve hospitales indican que incluso algunos casos de neumon¨ªa (una enfermedad potencialmente mortal) podr¨ªan tratarse con un r¨¦gimen de antibi¨®ticos de tres d¨ªas, en lugar del tratamiento convencional de 7 a 10 d¨ªas.
El estudio holand¨¦s evalu¨® los ¨ªndices de curaci¨®n de 186 adultos hospitalizados por neumon¨ªa leve o moderadamente grave. Todos recibieron un tratamiento inicial con amoxicilina intravenosa durante tres d¨ªas. Despu¨¦s, se dividi¨® aleatoriamente en dos grupos a los 119 pacientes que mostraron una mejor¨ªa considerable; alrededor de la mitad de ellos continuaron con otro r¨¦gimen de amoxicilina oral de cinco d¨ªas, y el resto recibi¨® unas pastillas de az¨²car de aspecto similar (placebo). Ni los pacientes ni los m¨¦dicos supieron qui¨¦n estaba recibiendo cada tratamiento hasta el final de su participaci¨®n en el estudio (a doble ciego).
Al final del tratamiento, aproximadamente el 89% de los pacientes de cada grupo se recuperaron de sus infecciones pulmonares sin m¨¢s intervenciones. En un comentario que acompa?a al estudio, John Paul, microbi¨®logo del hospital Sussex County de Brighton (Inglaterra), dice que, al menos para un subgrupo de pacientes con neumon¨ªa no complicada y adquirida en la comunidad, el hallazgo "sugiere que deber¨ªan revisarse las directrices actuales que recomiendan un tratamiento de siete a 10 d¨ªas".
Prins no est¨¢ dispuesto a llegar tan lejos. "?ste es tan s¨®lo el primer estudio, pero espero que otros tengan el coraje de ponerlo a prueba", se?ala. Las decisiones sobre los tratamientos, a?ade, deber¨ªan guiarse por la ciencia, y no por la tradici¨®n.
Michael Fine, un experto en neumon¨ªa de la Universidad de Pittsburgh, dice coincidir con Prins en que los m¨¦dicos deber¨ªan reducir el uso de antibi¨®ticos, sobre todo contra numerosas infecciones respiratorias que son causadas por un virus o mejorar¨ªan por s¨ª solas sin tratamiento. "Pero yo no empezar¨ªa por la neumon¨ªa, en la que el riesgo de tratamiento insuficiente es muy elevado", afirma Fine. "En lo relativo a la resistencia a los medicamentos, tenemos cosas m¨¢s importantes que hacer".
En Estados Unidos, la amoxicilina ni siquiera es el antibi¨®tico de referencia para tratar la neumon¨ªa, comenta Fine, en parte porque el uso excesivo de penicilinas y otros antibi¨®ticos de amplio espectro para bronquitis aguda, dolores de o¨ªdo, obstrucci¨®n de senos nasales, dolor de garganta y resfriados ha estimulado una resistencia generalizada en los microorganismos.
Muchos m¨¦dicos citan con frecuencia la presi¨®n a la que los someten los pacientes como motivo para recetar un antibi¨®tico "por si acaso" cuando la fuente de una infecci¨®n del tracto respiratorio superior no se puede determinar con precisi¨®n. Pero Prins se?ala que los m¨¦dicos holandeses rara vez tratan un dolor de garganta o una bronquitis aguda con antibi¨®ticos, y sus pacientes parecen aceptarlo, tal vez por el lenguaje que emplean para describir la infecci¨®n. "Es m¨¢s probable que la definamos como un mal resfriado o una gripe, y que los mandemos a casa a descansar y beber muchos l¨ªquidos", dice.
Los resultados de un ensayo de 2002 que comparaba el uso de antibi¨®ticos entre m¨¦dicos holandeses y belgas en dos comunidades similares corroboran esa cuesti¨®n. Los s¨ªntomas que los m¨¦dicos de familia belgas atribu¨ªan a una bronquitis, los holandeses los describ¨ªan como una gripe o un resfriado. Los m¨¦dicos belgas tambi¨¦n ten¨ªan muchas m¨¢s probabilidades de recetar antibi¨®ticos. "Mi idea para el tratamiento de la neumon¨ªa o cualquier otra cosa es que me gustar¨ªa utilizar tantos antibi¨®ticos como sean necesarios, pero no m¨¢s", se?ala Prins. En cada caso particular, tambi¨¦n deber¨ªan tenerse en cuenta los riesgos de un tratamiento insuficiente, afirma, "pero, al final, el consumo de antibi¨®ticos determina las tasas de resistencia, y tanto el individuo como la comunidad estar¨¢n mucho peor si un d¨ªa ya no quedan antibi¨®ticos con los que tratar su afecci¨®n".
Recientemente, Ralph Gonzales, m¨¦dico internista de la Universidad de California, en San Francisco, fue miembro de un grupo al que los Centros para el Control y la Prevenci¨®n de Enfermedades de EE UU encargaron que desarrollara una gu¨ªa para el uso racional de antibi¨®ticos en diversas enfermedades. En su evaluaci¨®n de la bibliograf¨ªa, se?ala Gonzales, el grupo descubri¨® que las pruebas sobre cu¨¢nto tiempo debe administrarse un medicamento var¨ªan notablemente de una enfermedad a otra.
Para algunas -una simple infecci¨®n urinaria, por ejemplo-, un tratamiento breve con el antibi¨®tico adecuado funciona tan bien como los reg¨ªmenes m¨¢s prolongados, al menos en mujeres menores de 60 a?os. En otras, como la bronquitis aguda, el mejor estudio aconseja que casi nunca se receten antibi¨®ticos, ya que la infecci¨®n es v¨ªrica, o de lo contrario se resuelve por s¨ª sola; los medicamentos no aceleran la recuperaci¨®n. En otros casos, como la sinusitis aguda y los dolores de garganta, los antibi¨®ticos sin duda ayudar¨¢n a un reducido porcentaje de los pacientes, afirma Gonzales. La clave est¨¢ en averiguar a cu¨¢les. "Existen pruebas s¨®lidas de que un tratamiento de 10 d¨ªas con penicilina mitiga la inflamaci¨®n de garganta", comenta Gonzales, "mientras que si se interrumpe su administraci¨®n al cabo de tres o cinco d¨ªas, el paciente tiende a recaer. Pero la inflamaci¨®n de garganta s¨®lo supone alrededor de un 10% de los dolores de garganta".
Los principales indicadores de que una infecci¨®n puede ser bacteriana son la repentina aparici¨®n de dolor, garganta enrojecida y salpicada de placas blancas, fiebre y gl¨¢ndulas linf¨¢ticas hinchadas, pero no se observan tos ni congesti¨®n nasal.
"Los pacientes nunca deber¨ªan dar por sentado que ellos mismos pueden disminuir con seguridad el tratamiento cuando empiecen a encontrarse mejor", comenta Gonzales. "No s¨®lo se arriesgan a fortalecer al microbio y sufrir una reca¨ªda si una dosis incompleta del medicamento no llega a matar a la bacteria, sino que tambi¨¦n pueden contribuir al problema de las resistencias bacterianas".
"Puede resultar confuso para los pacientes, pero tanto un tratamiento insuficiente como excesivo con antibi¨®ticos fomenta la resistencia a los medicamentos", a?ade Gonzales. "El tratamiento insuficiente es la cerilla, pero su consumo excesivo es la gasolina que se echa al fuego".
? The New York Times
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