Amor y trabajo por los ni?os con c¨¢ncer

La funci¨®n va a comenzar. El grupo verde espera impaciente la se?al del maestro de ceremonias. Los voluntarios est¨¢n deseando subirse al escenario. Sus rostros pintados con ceras irradian ilusi¨®n. Los ni?os flotan enfundados en sus pijamitas azules, unos boquiabiertos y erguidos como ardillas oteando el horizonte, otros ensimismados con los vestidos chillones. Todo est¨¢ listo. El sal¨®n espera y un rumor expectante va de boca en boca.

El encuentro euro-mediterr¨¢neo F¨¢brica de sonrisas, coordinado por la asociaci¨®n Andex -la Asociaci¨®n Andaluza de Padres con Ni?os con C¨¢ncer- ha reunido en Sevilla desde el pasado viernes y hasta hoy a 43 voluntarios de Israel, Palestina, Portugal y Espa?a, todos entre 14 y 25 a?os, para intercambiar experiencias sobre su trabajo y reforzar sus lazos de amistad. Los voluntarios, que colaboran con organizaciones de sus pa¨ªses, tambi¨¦n han aprovechado para hacer turismo por Andaluc¨ªa.

El pasado mi¨¦rcoles lleg¨® el d¨ªa m¨¢s especial. Tuvieron la idea de organizar un espect¨¢culo de teatro y humor para los ni?os enfermos de c¨¢ncer en el sevillano Hospital maternal Virgen del Roc¨ªo.

El grupo verde sube por fin al escenario. Han preparado una peque?a obra de teatro que arranca las carcajadas de los ni?os -la mayor¨ªa de dos a cuatro a?os- desde que cantan We are the children, we are de World, un cl¨¢sico de Michael Jackson que han convertido en su himno particular. "Queremos regalarles un d¨ªa de felicidad a los ni?os", dice Luis Fern¨¢ndez. Se pregunte a quien se pregunte, todos coinciden en que Luis es el principal responsable de que este encuentro haya sido posible.

Todo se remonta al a?o pasado, cuando Luis, que ten¨ªa 21 a?os y colaboraba ya con Andex, viaj¨® a un congreso de voluntarios en Tel Aviv, Israel. All¨ª conoci¨® a Dalia, una israel¨ª que trabaja en la organizaci¨®n de voluntariado Ammen. Juntos se les ocurri¨® convocar un encuentro entre voluntarios del ¨¢mbito mediterr¨¢neo. "Ser voluntaria est¨¢ en mi naturaleza. Nac¨ª de unos padres sordos y s¨¦ comprender y ayudar a los dem¨¢s", dice Dalia, la coordinadora local de Ammen, que ha viajado desde Ramat Hasharon. Quedaba encontrar otros dos pa¨ªses. Lo m¨¢s cerca era Palestina. Luis se cogi¨® un autob¨²s al coraz¨®n de Cisjordania, a Bel¨¦n, y dio con Yazan, un palestino de la organizaci¨®n Maher Center. Portugal fue el ¨²ltimo invitado con la presencia de Acreditar. Todos pretenden con su ayuda hacer la vida m¨¢s feliz a los ni?os con c¨¢ncer.

Se suceden los espect¨¢culos previstos y los ni?os, muchos con las cabezas rasuradas y acompa?ados de las columnas de goteo, otros en sillas de ruedas, no quitan ojo del escenario. "Hemos aprendido mucho unos de otros en estas jornadas", explica Luis, "ha sido pura multiculturalidad. El martes en el viaje a Granada, la gente se puso a hablar del matrimonio. Los espa?oles que si la Iglesia s¨®lo te deja casarte una vez, los jud¨ªos hablando de que puedes anular el matrimonio cuando quieras, y los palestinos... Cada uno con su rollo."

Cuando las bombas estallan de nuevo en Oriente Pr¨®ximo como borbotones de sangre, aqu¨ª nadie quiere hablar de pol¨ªtica. "Estamos hermanados por los ni?os. Esto no tiene que ver con el conflicto", asegura Yazan, con un capirote de cartulina que todav¨ªa le cuelga del cuello. ?l y otros dos palestinos tuvieron problemas para conseguir salir de Israel. Otro participante espa?ol, ?scar, de 20 a?os, es voluntario desde que super¨® un c¨¢ncer que sufri¨® de los 5 a los 9 a?os, algo que consigue en torno al 60% de los ni?os enfermos.

Despu¨¦s de la obra de teatro del mi¨¦rcoles, ayer toc¨® hacer balance del encuentro. Han decidido volver a reunirse el pr¨®ximo noviembre en Tel Aviv para intentar convertir F¨¢brica de sonrisas en un programa estable y compartido con m¨¢s organizaciones. "Intentaremos reunirnos tambi¨¦n el verano que viene, esta vez en Lisboa", dice la coordinadora de Andex, Sonia Wbalet. "Hay que agradec¨¦rselo a los chicos."

Cuando caiga la noche de hoy, esos chicos de gran coraz¨®n estar¨¢n durmiendo en sus casas. En Portugal, en Espa?a, en Israel y en un pa¨ªs que tiene nombre pero que todav¨ªa no existe.