Ziggy Marley saca su vena rom¨¢ntica en la gira espa?ola
En los cerca de 40 minutos de conversaci¨®n telef¨®nica desde California, la palabra que m¨¢s pronunci¨® Ziggy Marley, hijo de Bob Marley, fue love (amor). Puede que sea un discurso transitorio y adecuado a la promoci¨®n de su nuevo disco Love is my religion, o puede que Ziggy Marley (Kingston, Jamaica, 1968) crea profundamente en esos valores de paz y amor que tanto se asocian a los rastafaris.
?ste es su segundo disco grabado en solitario -el primero fue Dragonfly, publicado en 2003- y dice que es "especial". "Este disco tiene mensaje: la importancia de la filosof¨ªa del amor como el m¨¢s profundo sentimiento espiritual. He encontrado lo que estaba buscando dentro de m¨ª y ahora me propongo divulgarlo", explica Marley.
Las ciudades receptoras de ese mensaje este mes en Espa?a ser¨¢n Barcelona (donde act¨²a hoy), Cartagena (dentro del Festival La Mar de M¨²sicas, ma?ana), Valencia (el domingo) y Vigo (d¨ªa 25).
En Love is my religion le canta al amor en todas sus expresiones: amor espiritual, carnal, fraternal... "Me encanta amar", afirma a modo de justificaci¨®n. Y, a pesar de ser una tem¨¢tica compacta, la inspiraci¨®n ha brotado de muy diferentes fuentes: su padre, Miles Davies, el sol, las nubes...
Su nombre real es David pero ¨¦ste s¨®lo lo escucha de boca "de unos pocos, de gente especial", el resto lo conoce simplemente como Ziggy. ?l responde que no sabe por qu¨¦ su padre decidi¨® rebautizarlo as¨ª, pero las p¨¢ginas de Internet coinciden en que surgi¨® de la fascinaci¨®n que Bob Marley sent¨ªa por Ziggy Stardust -un alien de ambigua sexualidad y soberbia propia de una estrella del rock-, personaje que David Bowie cre¨® para el disco The rise and fall of Ziggy Stardust. Creaci¨®n completa
Ziggy Marley no s¨®lo ha escrito las 12 canciones que componen Love is my religion, sino que tambi¨¦n se ha encargado de la m¨²sica, de la producci¨®n, de todo. Su m¨²sica suena -como no pod¨ªa ser de otra manera- a reggae, aunque dice estar abierto a otros sonidos y no ser reacio a la experimentaci¨®n. Las horas de estudio quedaron atr¨¢s y, asegura, ahora le queda lo mejor, el contacto con el p¨²blico. "Me encanta ir de gira; adem¨¢s, ahora m¨¢s que nunca me siento motivado y muy en¨¦rgico para llevar a todos lados un mensaje espiritual", explica. "Esta vez lo hago por una raz¨®n superior", remata.
Le suele regalar al p¨²blico de los conciertos algunas de las canciones que cant¨® su padre. "No tengo ning¨²n problema con ser hijo de Bob Marley, no me importan las comparaciones", asegura. Aunque con estrictas condiciones: "S¨®lo canto canciones del repertorio de mi padre si el p¨²blico me cae bien".
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