La aventura de construir un minisat¨¦lite

Construir un sat¨¦lite, aunque s¨®lo vaya a volar unos minutos, no es nada f¨¢cil. Y menos si las manos y mentes de quienes lo construyen son de estudiantes. El coordinador cient¨ªfico de la Asociaci¨®n Juvenil Doira, David P¨¦rez-Pi?ar, ingeniero de telecomunicaciones, instruye a sus pupilos con la ayuda de otros profesionales. "Luego hemos puesto los conocimientos en pr¨¢ctica", dice Fernando Gallego, de 17 a?os, que se encarga de las placas electr¨®nicas del picosat¨¦lite viguense. La tarea le ha gustado: "Pienso continuar investigando en ingenier¨ªa", dice. Adri¨¢n Bas ha aprendido a programar los algoritmos de navegaci¨®n "paso a paso". Y su colega Nico Cuevas, de 15 a?os, se estrena en esto de investigar, pero ya tiene claro que lo suyo es la aeron¨¢utica.

"Cuando se encuentran con un problema saben buscar una soluci¨®n, han aprendido a manejarse por s¨ª mismos", se?ala el coordinador. Desde marzo, se afanan los fines de semana para tener a punto el sat¨¦lite. El aparato alcanzar¨¢ cuatro kil¨®metros de altura y durante los 20 minutos de ca¨ªda frenada por un paraca¨ªdas simular¨¢ las comunicaciones de un sat¨¦lite en ¨®rbita real. Luego se dirigir¨¢ a un punto concreto. En el Certamen de J¨®venes Investigadores de M¨¢laga, el grupo gan¨® el segundo premio por su cohete con combustible s¨®lido.