La calidad de las instituciones
Uno de los pocos supuestos en los que parecen estar de acuerdo los partidos es en fortalecer la calidad de las instituciones que gobiernan o controlan a los poderes establecidos. M¨¢s all¨¢ de la cantidad de Estado necesario -sobre la que no hay consenso-, establecer unos topes m¨ªnimos de calidad de esas instituciones forma parte de todos los discursos. De los discursos, pero no de la realidad. Aznar ha hecho unas declaraciones sobre su liberalismo econ¨®mico que muestran lo fr¨¢gil que es la memoria. Adem¨¢s de estimular las privatizaciones, el PP cre¨® un sector privado gubernamental y eligi¨® al frente de la mayor parte de las empresas privatizadas a sus amiguetes; intervino en los medios de comunicaci¨®n para inventar un conglomerado multimedia af¨ªn, financiado con el cash-flow de Telef¨®nica, y puso en posici¨®n de combate a su favor a la televisi¨®n p¨²blica. El PSOE aprovech¨® esa contradicci¨®n e incorpor¨® a su programa electoral las interferencias de la pol¨ªtica en la econom¨ªa; en el mismo foro que Aznar, el asesor econ¨®mico de ZP, Miguel Sebasti¨¢n, dijo que los representantes genuinos del liberalismo econ¨®mico en Espa?a eran los socialistas, lo que gener¨® las sonrisas de muchos de los presentes... y de la mayor parte de los militantes del PSOE. El PSOE tambi¨¦n ha intervenido en el devenir de algunas empresas privadas o privatizadas (el acoso de Sacyr al BBVA, o la OPA sobre Endesa por Gas Natural y la alemana E.ON). No se trata ahora de valorar esas interferencias, sino de recordar su existencia.
La calidad de las instituciones se logra, por ejemplo, con la presencia al frente del Banco de Espa?a de dos economistas de tan reconocido prestigio como Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez y Jos¨¦ Vi?als. No tiene raz¨®n el PP en combatir las posibilidades de independencia del banco por no haber sido factible el consenso en esos nombramientos, pues la resultante es mucho mejor que las alternativas que daba la oposici¨®n. Como tampoco la tienen los socialistas que han criticado a Jaime Caruana, anterior gobernador, que tuvo el dif¨ªcil papel de continuar con la labor de Luis ?ngel Rojo en la direcci¨®n, y lo hizo con bastante ¨¦xito. El Banco de Espa?a no se ha resentido en ninguno de los dos casos.
Hace unos d¨ªas, la Secretar¨ªa General de Iberoam¨¦rica, a cuyo frente est¨¢ alguien tan indiscutido como Enrique Iglesias, organiz¨® un seminario sobre migraciones; a la reuni¨®n asisti¨® un representante italiano con categor¨ªa de viceministro para Am¨¦rica Latina. ?C¨®mo es posible que Espa?a no tenga un representante con la misma exclusividad y rango para esa zona, cuando nuestros intereses son superiores a los italianos? El secretario de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoam¨¦rica, Bernardino Le¨®n (otro excelente funcionario), reparte su tiempo entre Iberoam¨¦rica, Norteam¨¦rica Mediterr¨¢neo, Oriente Pr¨®ximo, ?frica y Asia-Pac¨ªfico.
"La suerte de la Constituci¨®n est¨¢ unida a la suerte del Tribunal Constitucional", ha declarado la presidenta de este ¨²ltimo, Mar¨ªa Emilia Casas, en un curso de los Colegios Notariales y la Escuela de Periodismo UAM/EL PA?S. Casi al mismo tiempo, Mariano Rajoy anunciaba la materializaci¨®n del recurso del PP sobre el Estatuto de Catalu?a, ante el Constitucional. El sentido com¨²n indica que ese recurso adquiere una prioridad dif¨ªcilmente rebatible. Si se siguiesen criterios cronol¨®gicos, el Constitucional no podr¨ªa abordar este recurso hasta dentro de muchos meses porque est¨¢ atascado en su funcionamiento: en el primer semestre del a?o, el n¨²mero de asuntos totales que ingresaron es superior en un 41% a los del mismo periodo del a?o anterior; los recursos de amparo se incrementaron un 41%, y los que entraron en materia de extranjer¨ªa, un ?225%! La dureza de la confrontaci¨®n entre los partidos no ha permitido hasta ahora el consenso para sacar la reforma de la ley org¨¢nica del Constitucional. ?No ser¨ªa ¨¦ste un buen motivo para que los partidos recuperasen la cordura y se pusiesen de acuerdo en esa reforma? Ello significar¨ªa creer en la calidad de las instituciones. M¨¢s all¨¢ de los discursos y la verborrea.
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