Ni coca ni hero¨ªna: teatro
Los pacientes de una narcosala catalana y sus educadoras crean e interpretan una obra como terapia
Los amores de Paco me vuelven loca. Yo me muero por Paco y Paco por otra es el t¨ªtulo de una peculiar funci¨®n de teatro. Peculiar por muchos motivos. El principal, que sus actores, guionistas, directores y apuntadores son dos educadoras y 10 enfermos de diferentes toxicoman¨ªas en tratamiento del Centro de Asistencia Sociosanitaria (CAS) del Vall d'Hebr¨®n de Barcelona. Y peculiar porque el viernes se represent¨® por primera y ¨²nica vez en el sal¨®n de actos del distrito de Horta-Guinard¨®.
La idea de montar una pieza teatral parti¨® de Irene Andr¨¦s, una de las educadoras de ese equipamiento que es conocido como narcosala donde los int¨¦rpretes de la obra, como muchos otros, est¨¢n en tratamiento de deshabituaci¨®n a las drogas. Coca¨ªna, hero¨ªna y tambi¨¦n alcoholismo. Algunos siguen consumiendo.
Adem¨¢s del tratamiento espec¨ªficamente m¨¦dico o/y psicol¨®gico, existe el programa de reducci¨®n de da?os y un espacio de duchas y de encuentro con los educadores. Es un espacio bautizado en catal¨¢n como Caliu y caf¨¦, una habitaci¨®n con mesas, sillas y m¨¢quinas de caf¨¦ y refrescos donde charlan, lloran, r¨ªen y piden orientaci¨®n a los educadores. El mi¨¦rcoles pasado, a las seis de la tarde, la sala era un hervidero. Estaban casi todos los que ten¨ªan que interpretar la funci¨®n ensayando los papeles en medio de una nube de tabaco.
"Que no me lo s¨¦, que se me olvida", repet¨ªa Carlos, Borja en la obra. "Es que llevo cuatro d¨ªas ensayando porque el papel lo ten¨ªa otro", explica. Ese "otro" tuvo una reca¨ªda en las drogas y lo dej¨®. "Con eso ya cont¨¢bamos porque es normal en el tratamiento, que haya reca¨ªdas y superarlas", comenta Irene.
Esta educadora est¨¢ convencida de que una representaci¨®n teatral es un buen sistema de reeducaci¨®n de personas que han estado o est¨¢n excluidas por su toxicoman¨ªa: "requiere concentraci¨®n, disciplina, constancia, discusi¨®n entre ellos de los papeles que interpretan. Y, sobre todo, porque es algo que ven el resultado del esfuerzo. Ayuda a la autoestima". Irene cree que experiencias como la suya son complejas pero m¨¢s ¨²tiles que talleres de marqueter¨ªa, por ejemplo.
El grupo, la mayor¨ªa en la veintena, est¨¢ radicado en ese distrito de Barcelona. Pocos viven con sus familias, alguno comparte habitaci¨®n y los m¨¢s viven como pueden en casas okupadas. No trabajan -o lo hacen de forma muy espor¨¢dica- y se pasan buena parte del d¨ªa en el centro. Y est¨¢n m¨¢s que hartos del rechazo de un grupo de vecinos que desde la apertura de la narcosala la han boicoteado con movilizaciones -como los cortes en la ronda de Dalt- y con intentos de agresi¨®n. De hecho, tambi¨¦n hay algo de contestaci¨®n en el empe?o de interpretar la funci¨®n. "Que se enteren", dice ?ngela, una de las toxic¨®manas que interpreta el papel de Lola en la obra y que ya tiene cierta experiencia en salir a los escenarios.
"La idea se fue complicando y creciendo. Empezamos en Semana Santa y hasta ahora", resume Irene, que junto con el grupo fue escribiendo el gui¨®n y el mensaje que quer¨ªan transmitir. Una historia de amor, enredo y m¨¢s amor con una idea: que no hay que renunciar a ser feliz. Y ellos asumiendo esa idea completamente para llegar a interpretarla. "Se ha generado una empat¨ªa muy dif¨ªcil de conseguir en estos casos", resume Irene, que no ahorra gestos de cari?o con ellos.
Claro que no faltan las discusiones y las broncas mientras preparan el escenario, colocando las tiras en el suelo de situaci¨®n. Se nota que hay cierta competitividad entre ellos y m¨¢s de uno tiene traza.
Interpretan y entre ellos mismos se hacen de apuntadores. Hasta las educadoras se convierten en palmeros en la interpretaci¨®n de la canci¨®n que Joaqu¨ªn Sabina dedic¨® a Camar¨®n. M¨²sica, risas, abrazos -tambi¨¦n gritos- en el ¨²ltimo ensayo antes de enfrentarse a la sala llena de los invitados a la funci¨®n.
Padres y madres de algunos, hijos de otros y muchos educadores que trabajan con toxic¨®manos les arroparon y les aplaudieron a rabiar. "Es que hab¨ªa que verlos hace unos meses, parecen otros", dec¨ªan algunos educadores. "Ha sido impactante. No se puede ni calcular la importancia de algo as¨ª. Esto hay que repetirlo", comentaba la tercera teniente de alcalde del Consistorio, Imma Mayol. Y el tel¨®n cay¨®.
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