Retrasar el infarto

La esperanza de vida viene aumentando en los pa¨ªses occidentales a un ritmo constante de dos o tres a?os cada d¨¦cada, y Valent¨ªn Fuster vaticina que ese ritmo se sostendr¨¢ durante varias d¨¦cadas m¨¢s. Seg¨²n sus c¨¢lculos, un beb¨¦ nacido hoy en un pa¨ªs rico ya tiene una esperanza de vida de 100 a?os. Pero la raz¨®n casi exclusiva de este incremento son los avances en el tratamiento del infarto. Son t¨¦cnicas caras e imperfectas, y ¨¦sa es la raz¨®n de que el aumento de la vida no haya ido correlacionado con un ahorro en el gasto sanitario. La gente se sigue muriendo de infarto, aunque unos a?os m¨¢s tarde.
Lo peor es que ese gasto no puede m¨¢s que crecer en las pr¨®ximas d¨¦cadas. Para saberlo, a Fuster le basta consultar la evoluci¨®n de la dieta que ha experimentado Occidente, que es casi id¨¦ntica a la del Tercer Mundo ahora: las grasas que compon¨ªan el 15% de las calor¨ªas ingeridas invaden ahora el 40%, y los carbohidratos complejos (como el almid¨®n del pan y las patatas) han cedido a la presi¨®n de los mucho m¨¢s perjudiciales az¨²cares simples (los dulces).
Estas tendencias alimentarias se traducir¨¢n pronto en un incremento proporcional de la diabetes de tipo 2, muy asociada al sobrepeso. Puesto que la diabetes es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, cabe predecir con certeza un correspondiente aumento de los infartos y accidentes cerebrovasculares. Y de los gastos asociados a su tratamiento.
"Esos costes ser¨¢n insoportables", predice Fuster. "La soluci¨®n s¨®lo puede venir de la investigaci¨®n. Y la clave es saber qui¨¦n tiene talento para investigar". El cient¨ªfico menciona medio en broma el caso de Singapur, que obliga a los j¨®venes de talento a pasar dos a?os en un laboratorio extranjero... Pero luego los obliga a volver a Singapur.
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