El gregario aplicado
Emerson, de 30 a?os, firm¨® ayer un contrato por tres temporadas con el Madrid, tercer equipo en el que le dirigir¨¢ Fabio Capello
La carrera de Emerson, presentado ayer por el Real Madrid, ha seguido una pauta de progresi¨®n tan acompasada como segura, avalado por el equilibrio defensivo que aporta en el medio campo y que los entrenadores veneran. Cada vez que ha cambiado de club ha dado un salto cualitativo en su trayectoria, consiguiendo adem¨¢s mejorar siempre a su equipo de destino. Del Gremio de Porto Alegre, donde con 21 a?os era el alumno m¨¢s aventajado del t¨¦cnico Luiz Felipe Scolari, al Bayer Leverkusen. Cuatro temporadas en el Roma, guardando con eficaz celo las espaldas de Totti, y despu¨¦s un fichaje por la Juve, donde form¨® con el franc¨¦s Vieira una rocosa pareja de volantes defensivos.
El itinerario profesional de Emerson Ferreira da Rosa (Pelotas, 1976) parece dise?ado por un paciente escalador que sabe medir sus fuerzas, esperar su momento y aprovechar con determinaci¨®n las fugaces oportunidades que le concede el duro clima de la monta?a para hacer cumbre. Eso lo puede acreditar bien Franco Baldini, que reclut¨® para la Roma al centrocampista brasile?o compr¨¢ndolo al Leverkusen en 2000. Baldini acaba de incorporarse al organigrama t¨¦cnico del Madrid y en el verano de 2004 era todav¨ªa director deportivo del Roma. Emerson hab¨ªa cumplido su cuarta temporada con la camiseta giallorossa mostrando un notable nivel de prestaciones. Le quedaba un a?o de contrato. Pero el club, inmerso en graves problemas econ¨®micos, hab¨ªa entrado en barrena vi¨¦ndose obligado a traspasar a algunas de sus figuras. "Deseo escoger mi futuro junto al Roma porque considero una traici¨®n no honrar la camiseta o no comportarse como un profesional", declar¨® entonces.
Emerson, de 30 a?os, firm¨® ayer un contrato por tres temporadas con el Madrid, tercer equipo en el que le dirigir¨¢ Fabio Capello
La amenaza de desbandada general en el Roma comenzar¨ªa a concretarse con Fabio Capello, que abandonaba el barco con destino al Juventus, y con Walter Samuel, traspasado al Real Madrid. Entre las primeras exigencias de Capello en Tur¨ªn destacaba la contrataci¨®n de Emerson, pero los clubes no terminaban de llegar a un acuerdo econ¨®mico. Entonces el brasile?o modific¨® su talante poco dado a los conflictos y forz¨® una soluci¨®n de forma pol¨¦mica: no acudi¨® a la pretemporada del Roma alegando, bajo certificaci¨®n m¨¦dica, padecer una profunda depresi¨®n por la ansiedad que le estaba generando la fallida operaci¨®n de traspaso.
Los tifosi romanos no le perdonaron jam¨¢s aquella declaraci¨®n de rebeld¨ªa. Luciano Moggi, que por aquel entonces gobernaba en el Juventus y por lo que ahora se sabe en buena parte de las estructuras del calcio, se puso una careta sensible: "Emerson est¨¢ efectivamente estresado y espero que, por ¨¦l, este asunto termine rapidamente". Mientras Capello mandaba mensajes conciliadores a las partes, el Roma pensaba en acudir a los tribunales de la FIFA, pero Franco Baldini acab¨® encontrando una salida digna para su club: "Estamos obligados a vender. Emerson tiene la cabeza en otra parte por su acuerdo con el Juventus. Llegados a este punto, mejor dos heridos que un muerto". Corr¨ªa julio de 2004, y Emerson era traspasado por 14 millones de euros. Dos a?os despu¨¦s vuelve a tener a Baldini en los despachos y a Capello en el banquillo.
Con 30 a?os -ha formado por tres temporadas con el Madrid- Emerson afronta nuevos retos. Quiz¨¢s ya no pueda cumplir su sue?o de proclamarse campe¨®n del mundo con Brasil. Se qued¨® a las puertas del t¨ªtulo en 1998, cuando entr¨® en la convocatoria de Zagallo a ¨²ltima hora sustituyendo a Romario. En 2002, elegido por Scolari como capit¨¢n de la canarinha, se lesion¨® de gravedad ejerciendo de portero en el entrenamiento previo al debut de su selecci¨®n y tuvo que volver a casa. Y en 2006 Brasil cay¨® eliminado ante Francia en el ¨²nico partido del Mundial que Emerson se perdi¨® por lesi¨®n. Para atenuar esa decepci¨®n ahora busca sus propios l¨ªmites en Madrid. Siempre con ese aire laborioso, ajeno a la demagogia y a toda frivolidad que no tenga que ver con su papel de gregario aplicado.
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