Eufemiano Fuentes recetaba los parches de testosterona
Despu¨¦s de varios a?os en los que la facilidad con la que se detectaba su abuso por v¨ªa oral o inyectable la hac¨ªan desaconsejable para los deportistas, la testosterona, la hormona masculina, secretada por los test¨ªculos, volvi¨® a contar entre el arsenal de los tramposos cuando los laboratorios pusieron en el mercado una novedosa forma de administraci¨®n, mediante parches que se pegan en la zona perineal y permiten una liberaci¨®n prolongada y tenue, silente, de las dosis necesarias para aumentar el rendimiento. Entre la documentaci¨®n incautada a Eufemiano Fuentes por la Guardia Civil figuraban planificaciones que indicaban a algunos corredores el uso de esta clase de parches en las etapas m¨¢s duras del pasado Giro para mejorar la recuperaci¨®n, acompa?ados de reinfusiones de sangre o de la tambi¨¦n indetectable hormona HMG, conocida como fuerza en el argot.
Los parches de testosterona cuentan con la ventaja de que no influyen exageradamente en la relaci¨®n testosterona / epitestosterona, que hasta hace poco tiempo era el ¨²nico m¨¦todo de laboratorio para detectar su abuso, ya que no hab¨ªa medios para diferenciar entre testosterona end¨®gena, la producida por el organismo, y la sint¨¦tica, fabricada artificialmente. En cualquier ser humano sin problemas hormonales la relaci¨®n entre ambas hormonas es de 1:1, y las autoridades antidopaje, que aplican un margen de seguridad, s¨®lo consideran positivo un resultado en el que el cociente sea superior a 4: 1.
Los medios de los tramposos
Los tramposos contaban con tres medios para superar estos controles. Uno era el uso de testosterona s¨®lo en los periodos sin competici¨®n. El segundo, y en el caso Balco se dieron pruebas documentales de ello, el uso simult¨¢neo de testosterona y epitestosterona para enga?ar a los controles. El otro era lograr que un laboratorio oficial certificara que algunos deportistas sufr¨ªan la particularidad de que su cuerpo produc¨ªa m¨¢s testosterona que el de la media de las personas. Algunos ciclistas que coincidieron en el Kelme con Eufemiano Fuentes como m¨¦dico -como Santiago Botero y Miguel ?ngel Mart¨ªn Perdiguero, ahora compa?eros de Landis en el Phonak-, han contado con certificados de ese tipo.
Sin embargo, la puesta a punto los ¨²ltimos meses en los mejores laboratorios antidopaje del mundo de la espectrometr¨ªa de masas de relaci¨®n isot¨®pica (IRMS), un m¨¦todo que permite diferenciar testosterona end¨®gena y ex¨®gena, ha solucionado este problema, como comprob¨® en sus carnes hace un a?o I?igo Landaluze, ciclista que contaba con un certificado de testosterona pero que result¨® positivo en un an¨¢lisis por IRMS en el mismo laboratorio de Par¨ªs que Landis. Absuelto por le federaci¨®n espa?ola, su caso est¨¢ ahora en el Tribunal Arbitral del Deporte tras el recurso de la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI).
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