De camino al mundo
Hay viajes que son extrav¨ªos y otros que son iniciaciones. En Los ¨¢rabes del mar, Jordi Esteva a¨²na ambas experiencias. Tenemos a un hombre que, cuando era ni?o, devoraba Simbad el marino, volaba sobre las alfombras de las leyendas soleadas de Las mil y una noches, y no dejaba de huir de esta "Espa?a gris de los a?os cincuenta". Ya de adolescente, su anhelo de Oriente se agazapaba en los a?os de agon¨ªa del franquismo, aguardando el d¨ªa de la "salida", la que le conducir¨ªa a este mundo abigarrado, hacia la Europa desarrollada, fuerte, pero v¨ªctima de las ¨²ltimas angustias de la descolonizaci¨®n. Una vez adulto, emprendi¨® el viaje a Egipto, al coraz¨®n del nacionalismo ¨¢rabe laico, roto ya por la conjunci¨®n de sus propias contradicciones internas con el odio jam¨¢s desmentido que los pa¨ªses occidentales sent¨ªan hacia Naser. En esta ¨¦poca, hacia finales de los a?os setenta, se abr¨ªa ya la v¨ªa a la victoria cultural del islamismo, apoyada por Estados Unidos.
LOS ?RABES DEL MAR
Jordi Esteva
Pen¨ªnsula. Barcelona, 2006
480 p¨¢ginas. 20 euros
Esta historia, entremezclada con los sentimientos de una experiencia existencial, empujar¨¢ al fot¨®grafo Jordi Esteva a intentar el reto de la escritura, no s¨®lo para narrar esta huida, este extrav¨ªo en un mundo ¨¢rabe fascinante, sino tambi¨¦n para hacernos descubrir, lejos de las im¨¢genes estereotipadas, a unos hombres y mujeres arrastrados por el remolino de la historia y que a veces siguen viviendo, al menos en su mundo imaginario, como en los primeros tiempos de las conquistas del islam. Tras este mundo ¨¢rabe se perfila ?frica Oriental; las relaciones tan dif¨ªciles y, por tanto, tan conflictivas entre el mundo blanco y el mundo negro; la esclavitud pero, tambi¨¦n, la fe compartida en la liberaci¨®n; la dominaci¨®n y, a la vez, las sacudidas a menudo sangrientas de las identidades nacionales en construcci¨®n. M¨¢s lejos a¨²n, como si lo empujase una b¨²squeda insaciable y tal vez bajo los efectos de una decepci¨®n que el autor nunca confiesa pero que el lector puede adivinar, la salida al mar, el mar de Om¨¢n y de Zanz¨ªbar, la recuperaci¨®n del mundo de la infancia m¨¢s all¨¢ de la amargura frente a las sociedades ¨¢rabes a¨²n zarandeadas por las incertidumbres de la historia.
Este libro, fruto de varios
viajes y de una aut¨¦ntica emigraci¨®n a Egipto, da fe de la aut¨¦ntica obsesi¨®n del autor por este pa¨ªs. Instalado de nuevo en Europa, no ha dejado de regresar a ¨¦l, embargado por un amor hacia Oriente que pervivir¨¢ durante toda su vida. Extrav¨ªo e iniciaci¨®n, relaci¨®n con el Otro que es una b¨²squeda de s¨ª mismo; Jordi Esteva revela en este relato no s¨®lo la imposible separaci¨®n entre norte y sur de la esencia mediterr¨¢nea, sino tambi¨¦n la poderosa atracci¨®n de las prolongaciones, tanto hacia ?frica como hacia la pen¨ªnsula ar¨¢biga. De esta forma, el autor narra su deambular en el curso de una primera estancia en Sud¨¢n, en 1977, que le condujo de Jartum al desierto y que finaliz¨® en los barrios populares de El Cairo en compa?¨ªa de un grupo de gitanos, que improvisaban como m¨²sicos y malabaristas de circo; luego vino el segundo viaje, en 2002, siempre m¨¢s lejos en su descenso hacia las fronteras africanas del mundo ¨¢rabe, que le llev¨® hasta esas ciudades de nombres tan raros como atrayentes: Mombasa, Zanz¨ªbar, la costa de los Zenj, Mascate y el universo de los pescadores ¨¢rabes. Recogido en los relatos de los narradores del mar surge todo un mundo, el de la tradici¨®n marina ¨¢rabe. Pero antes que la realidad de estas historias, lo que interesa al autor es la relaci¨®n misma del viaje, esta distancia entre el viajero y el objeto de su viaje que no se borra jam¨¢s.
Es sabido que todo viajero es un mir¨®n. Y que todo mir¨®n juzga a la vez que disfruta. El autor de Los ¨¢rabes del mar es consciente de ello y por eso se decide de golpe a hablar de sus "huidas" en un tono muy subjetivo y personal, muy volcado en las modificaciones que se producen en su propia mirada. Este libro, que hay que leer para sentir mejor las aspiraciones cotidianas y las heridas de pueblos muy presentes en nuestra imaginaci¨®n, es por tanto el balance de una experiencia humana. M¨¢s all¨¢ del desierto y del mar, y porque el desierto es el lugar secreto del absoluto y el mar, como dice uno de los personajes, es el "camino" hacia el mundo.
Traducci¨®n de News Clips.
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