El 'chat' sobrevive bajo las bombas
Lugares de encuentro y di¨¢logo entre libaneses e israel¨ªes florecen en la Red a trav¨¦s de 'blogs', v¨ªdeos y foros
"Aquellos afortunados que no han vivido una guerra quiz¨¢ creen entender lo que es mirando la CNN, la BBC o leyendo la prensa. Este v¨ªdeo es un intento de dar una visi¨®n m¨¢s realista del terror que supone un conflicto como ¨¦ste para civiles inocentes y para los ni?os". Este texto est¨¢ colgado en la Red en el sitio Youtube.com. El v¨ªdeo casero que lo acompa?a es una secuencia tomada desde un balc¨®n cualquiera de un bloque de Beirut.
En las im¨¢genes, se ve y se oye una noche libanesa, la del 16 de julio; silencio, durante algunos segundos; un rayo; una tremenda explosi¨®n; otra. No hay m¨¢s que eso. Lo suficiente, en todo caso, para que ya 319.000 usuarios hayan querido ver el v¨ªdeo -cuyo autor es Mohammad Soubra, un liban¨¦s de 27 a?os- y 4.100 comentarlo. En s¨®lo 10 d¨ªas.
Al d¨ªa siguiente de ese ataque israel¨ª, al otro lado de la frontera, en Haifa, una chica corre hacia un refugio. Se llama Galya, tiene 15 a?os. Cuando las sirenas empiezan a sonar, una videoc¨¢mara est¨¢ sobre su mesa... la coge y graba la carrera. Luego la colgar¨¢ en la Red. 21 segundos son suficientes para entender lo que es correr hacia un refugio.
Se trata s¨®lo de dos fragmentos del animado puzle de v¨ªdeos, comentarios, relatos, denuncias y di¨¢logos que se est¨¢ tejiendo alrededor de la guerra en Oriente Pr¨®ximo. Hay piezas con car¨¢cter period¨ªstico, otras con intenciones art¨ªsticas, muchas con esp¨ªritu de desahogo o de recriminaci¨®n.
No es la primera guerra acompa?ada por un fen¨®meno parecido. Pero quiz¨¢ s¨ª sea la primera en la que ciudadanos de dos pueblos enemigos se comunican con tanta frecuencia y facilidad entre ellos.
?Qu¨¦ se dicen? De todo, evidentemente. "Uno de los temas m¨¢s recurrentes es la sensaci¨®n de impotencia y tristeza", observa Lisa Goldman, una periodista residente en Israel cuyo blog es de los m¨¢s visitados y apreciados. "Naturalmente hay tambi¨¦n muchas reivindicaciones, un juego a echarse rec¨ªprocamente la culpa". Mucha rabia. Pero entre una acusaci¨®n y otra, entre diatribas ideol¨®gicas y rencores inagotables, no es nada dif¨ªcil encontrar actitudes dialogantes. "?Es una revoluci¨®n!", comenta Soubra en un e-mail.
Los sitos Hello Lebanon, Hello Israel o Joint Voices, son buenos ejemplos de ello. Este ¨²ltimo, por ejemplo, organizado por Bash, un hombre de Beirut de 28 a?os, y Lilu, una estudiante universitaria de Tel Aviv de 24, se presenta as¨ª: "Se busca un poco de di¨¢logo inteligente entre nacionalidades -un lugar para expresar opiniones-. A lo mejor sirve para que algo, aunque poco, cambie".
Poco, o m¨¢s probablemente nada, en el presente. Pero en el futuro... "Muchos de estos bloggers representan en sus pa¨ªses una ¨¦lite, con buen grado de formaci¨®n y liberal. Estoy segura de que entre ellos hay muchos futuros l¨ªderes", comenta Goldman en su blog.
"Cuando esta nueva ronda de destrucci¨®n y muerte acabe, cuando la rabia se disipe, quiz¨¢ ellos recordar¨¢n sus conexiones personales con los enemigos. No olvidar¨¢n que, incluso con una guerra en curso, fue posible dialogar. No es tan f¨¢cil matar alguien que conoces".
"La comunicaci¨®n en la Red es ¨²nica", observa Soubra, "porque en ella todos los usuarios pueden ser activos, a diferencia de los medios tradicionales que convierten los ciudadanos en receptores pasivos".
"Por otra parte", prosigue Soubra, "el material en la web permanece all¨ª indefinidamente, y eso permite que el debate se desarrolle e involucre cada vez m¨¢s gente". Como en el caso de su v¨ªdeo. "Me enorgullece que un peque?o intento como ese haya despertado tanta atenci¨®n, porque mi objetivo era precisamente conectar con la gente".
?El diario de Ana Frank ser¨ªa hoy un blog?, se preguntan algunos. Pero la pregunta sobre todo es: ?Cu¨¢nta gente podr¨ªa haberlo le¨ªdo y comentado en tiempo real? ?Qu¨¦ efecto habr¨ªan tenido -y pueden tener- los di¨¢logos encendidos por este tipo de iniciativas?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.