No casar¨¢s
Los populares de Madrid est¨¢n perplejos. El arzobispo ha lanzado una bronca pontificia al alcalde por casar ayer a una pareja gay del PP. Tanto los novios como el regidor ¨²nicamente hicieron uso de la legislaci¨®n vigente en un Estado de derecho. Parece que estas cosas no gustan a la Iglesia, que sigue queriendo interferir en la vida civil y en la cama de los ciudadanos. El principal partido de la oposici¨®n tiene que tragar, o eso parece, con las filosof¨ªas de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica. ?De d¨®nde salen las directrices del PP?: ?de la calle de G¨¦nova?, ?de la Conferencia Episcopal?, ?de Roma? ?Qui¨¦n manda de verdad en ese partido? Son preguntas que debieran contestar de inmediato, porque de lo contrario la gente podr¨ªa pensar que su programa est¨¢ dictado por una potencia extranjera que mangonea en nuestra naci¨®n.
El gesto de Ruiz-Gallard¨®n, perteneciendo a lo que pertenece, es todo un poema ¨¦pico. Ya s¨®lo le queda al regidor, para rematar la faena con coherencia, exigir a su partido la retirada del recurso de inconstitucionalidad contra la ley de matrimonios homosexuales. Ahora mismo, esa ley est¨¢ vigente, fue aprobada por las Cortes Generales el 30 de junio de 2005 y nadie est¨¢ eximido de su cumplimiento. La gente podr¨ªa pensar que esos se?ores son dem¨®cratas solamente para lo que les gusta o lo que les sugiere el cardenal Rouco Varela. Es decir, como en el siglo XIII. Pero ah¨ª est¨¢ don Alberto para ordenar el cotarro.
Da toda la impresi¨®n de que el PP "recita" consignas for¨¢neas. Pero, como dijo viperinamente la actriz Katharine Hepburn, "recitar es un don menor y no es una forma demasiado elegante de ganarse la vida. De hecho, Shirley Temple lo sab¨ªa hacer con s¨®lo cuatro a?os". ?Por qu¨¦ tantos pol¨ªticos parece que siempre andan por ah¨ª haciendo declaraciones al dictado?
Madrid es muy divertido. La presidenta de la Comunidad y el alcalde son del mismo partido, pero todo el mundo sabe que se llevan como el perro y la gata. Para dar m¨¢s animaci¨®n, los obispos se meten por medio. El alcalde pretende mantenerlos a distancia, pero Esperanza Aguirre mira hacia otro lado y saca una disculpa para no asistir ayer a la boda de sus chicos (ambos tienen cargos oficiales).
Pasen y vean.
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