Algo m¨¢s que 'chat', juegos y descargas
La 10? Campus Party cierra con un aumento de las actividades cient¨ªficas y t¨¦cnicas
Con la participaci¨®n de 6.900 personas (5.200 con ordenador) concluy¨® ayer en Valencia la Campus Party 2006. La salida de los participantes y alg¨²n acto, como la retransmisi¨®n del Gran Premio de Alemania de F¨®rmula 1, fueron los coletazos finales que marcan el verdadero cierre del evento, porque mientras no les cortan la corriente el¨¦ctrica algunos rezagados siguen conectados. Este a?o, aparte del mensaje inaugural del cient¨ªfico Stephen Hawking, la campus ha aumentado su cartel internacional, con la presencia de Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York, Eveline Herfkens, coordinadora de la ONU para la campa?a del desarrollo de los Objetivos del Milenio, y David Calkins, presidente de la Robotics Society of America. Con todo, y pese a que las actividades cient¨ªficas, divulgativas y t¨¦cnicas aumentan su peso de manera notable, esta semana dedicada a los internautas sigue contando con el chat, los videojuegos online y las descargas como principales signos de identidad.
Uno de los triunfos de esta edici¨®n ha sido su taller de astronom¨ªa recreativa, destinado a aproximar a los interesados una ciencia que est¨¢ aprovechando de manera espectacular los avances t¨¦cnicos m¨¢s corrientes. "Los descubrimientos que hace 10 a?os realizaban los observatorios son los mismos que los aficionados consiguen hoy en d¨ªa. Las cosas que hacen los observatorios astron¨®micos ahora ser¨¢n moneda corriente en unos cinco a?os". Lo explica Pedro Le¨®n, coordinador del ¨¢rea de Astronom¨ªa de la Campus Party y de la web especializada sondasespaciales.com. El hecho de mirar al cielo por la noche siempre ha tenido un punto intermedio entre el romanticismo y la ciencia. Un punto que se acerca cada vez m¨¢s a la ciencia, ya que miles de aficionados a la astronom¨ªa colaboran en hacer un an¨¢lisis detallad¨ªsimo del cielo y descubren diariamente cometas y asteroides con c¨¢maras digitales, telescopios y ordenadores comunes. Un equipo de hoy que incluya todos estos elementos cuesta menos de 1.200 euros y permite que una persona de a pie pueda ponerle nombre a su propio cometa. "En realidad", explica Le¨®n, "el descubridor env¨ªa el nombre a la Uni¨®n Astron¨®mica Internacional y ellos suelen aceptar el nombre, siempre que no sea ofensivo o improcedente". No es esperable de momento que aparezcan objetos en el firmamento con nombres de marcas comerciales, a pesar del notable inter¨¦s del sector privado por determinados aspectos del espacio.
"La NASA invierte mucho dinero en vuelos tripulados", dice Pedro con la aprobaci¨®n de Rub¨¦n Ray¨®n, ingeniero aeron¨¢utica y tambi¨¦n organizador del ¨¢rea de astronom¨ªa de la campus, "pero obtiene escasos rendimientos cient¨ªficos. En Europa los resultados est¨¢n siendo significativamente mejores con una inversi¨®n diez veces menor, gracias a que hay m¨¢s constancia, menos cambios".
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