Un h¨¦roe corriente
Justo L¨®pez es un ciudadano an¨®nimo, pero ha salvado el Toledo visigodo
Justo L¨®pez tiene 43 a?os, est¨¢ casado, tiene dos hijos, recibe una pensi¨®n por minusval¨ªa, le gusta la m¨²sica pop y por eso suele decir que naci¨® "el mismo a?o que el Love me do de los Beatles". Vive en Toledo y podr¨ªa pasar por un an¨®nimo ciudadano en una ciudad que es cualquier cosa menos an¨®nima. Es un hombre tranquilo. Nadie se lo imagina como un h¨¦roe, no al menos como los h¨¦roes que proliferan en las superproducciones de Hollywood.
Sin embargo, Justo L¨®pez acaba de culminar una tarea heroica. Un d¨ªa se indign¨® ante el rumbo que tomaba el Plan de Ordenaci¨®n Municipal de su ciudad. En Toledo se estaban parcelando los terrenos para construir varios miles de viviendas. Nada nuevo en la era del ladrillo. Pero a Justo L¨®pez le indignaba el desprecio por la vieja capital visigoda que se asienta en la Vega Baja. Descubiertas en 2001, las ruinas pasan por ser el gran vestigio urbano de la ¨¦poca de los visigodos en Europa. Pero no merecieron demasiada atenci¨®n del Ayuntamiento, que sigui¨® empe?ado en su plan. La venta de las parcelas iba a significar el ingreso de m¨¢s de 60 millones de euros en las arcas municipales, a trav¨¦s de la empresa municipal de la vivienda Vega Baja. ?Y la ciudad visigoda? Justo L¨®pez consider¨® que ¨¦sa era la pregunta.
En pocos meses logr¨® movilizar a miles de ciudadanos que clamaban por frenar la especulaci¨®n
Toledano de nacimiento, respondi¨® a su preocupaci¨®n con una idea que concret¨® con rapidez: la Plataforma Ciudadana por Toledo. El ciudadano an¨®nimo estaba dispuesto a encabezar un movimiento contra el expolio cultural de la ciudad. El combate se antojaba imposible de vencer. Pero Justo es un hombre tenaz, apasionado y curioso. Escribe desde hace 20 a?os en la prensa local. Tambi¨¦n participa en programas radiof¨®nicos. Ama su ciudad y no tiene inconveniente en rechazar los peligros que acechan a Toledo, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986.
La rabia de Justo L¨®pez estall¨® justo el mismo d¨ªa en que las excavadoras empezaron a morder la tierra, el pasado 17 de mayo. "Ese d¨ªa sabiendo que las m¨¢quinas iban a entrar me present¨¦ a las 8 de la ma?ana en el Seprona
[Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza, del Ministerio de Medio Ambiente]. Entonces, la guardia civil me mand¨® que fuera corriendo a la zona antes de que empezaran los trabajos y poder impedirlo, pero llegu¨¦ tarde porque hab¨ªan entrado con nocturnidad y alevos¨ªa, de madrugada".
A partir de ese momento, L¨®pez empez¨® a contactar con todos los medios de comunicaci¨®n, y se dirigi¨® a todas las administraciones. "A todas menos al Ayuntamiento, que era el que lo hac¨ªa porque le daba la gana. Nos dirigimos al presidente de Castilla-La Mancha, al delegado del Gobierno...". Mientras, el Seprona sin intervenir. Y la juez a quien le llega la denuncia dice que las v¨ªas para denunciarlo eran las pol¨ªticas y administrativas. "Y eso no es as¨ª, t¨² denuncias porque est¨¢n rompiendo el patrimonio hist¨®rico. En la Vega Baja se coron¨® a todos los reyes visigodos y es el ¨²nico resto visigodo en Espa?a, junto con la Rec¨®polis de Guadalajara", afirma.
Su lucha continu¨® contra viento y marea. "El delegado nos dijo que s¨®lo entran si fuera un tema de inter¨¦s nacional y nosotros le dimos hasta 11 motivos por los cuales el patrimonio espa?ol est¨¢ en peligro. Pedimos m¨¢s adhesiones. A la Real Fundaci¨®n de Toledo, a la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Hist¨®ricas de Toledo. Tambi¨¦n a la Unesco. Cuando intervino el Estado, supe que todo iba a cambiar". Y era verdad. Ha ganado la batalla.
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