AQUI, UNOS AMIGOS
Jorge Valdano. Estar¨¢s contenta.
Eva Hache. S¨ª, lo estoy, claro.
J. V. En este Mundial me he puesto en tu lugar. ?Hac¨ªa periodismo de noche! Pero fue interesante el Mundial. La gente mezcl¨¢ndose con la gente, la necesidad de disfrazarse en las gradas, de identificarse con un equipo, las camisetas, los colores...
E. H. Y mira c¨®mo ha acabado, con lo de Materazzi y Zidane. Materazzi, qu¨¦ bicho.
J. V. El f¨²tbol nos educa en la hipocres¨ªa. ?Lo que dijo Materazzi se oye todo el rato en el campo! Y uno busca vengarse si el ¨¢rbitro no se da cuenta... Zidane fue el hombre m¨¢s sincero del mundo: respondi¨® como hac¨ªamos de peque?os en el colegio...
E. H. Es como un maestro del zen, y de pronto se le va la pinza.
J. V. : "Me siento culpable cuando pierdo el tiempo. ?Y a ti, qu¨¦ te hace feliz?"
E.H.: "A m¨ª me gusta comer nueces dentro de higos secos"
J. V. Ha tenido en su carrera como quince desconexiones de ese tipo, y suele coincidir con momentos importantes... Y tira el penalti, en un gesto de gran valent¨ªa, y luego hace una despedida fuera de todo protocolo... Todos nos sentimos muy mal...
E. H. Y luego pasa al lado de la copa que no va a tocar...
J. V. Lo pas¨¦ muy mal, como si a alguien de mi familia le hubiera ocurrido algo malo... Representaba una frustraci¨®n: uno quer¨ªa el bien para alguien, y de pronto ese alguien no lo quiere para s¨ª... Era el ¨²nico personaje del Mundial que le daba grandeza...
E. H. ?Hab¨ªa tanta presi¨®n!
J. V. Pero el Mundial puso de fiesta durante un mes a un pa¨ªs entero. ?Una invasi¨®n pac¨ªfica de ciudadanos! Fumas, por cierto. ?Fumas mucho?
E. H. El que fuma, ya fuma mucho.
J. V. ?Y en el programa?
E. H. Se te olvida. En el estudio se me van hasta las necesidades fisiol¨®gicas.
J. V. Te desconectas.
E. H. ?Se te olvida todo lo que no es del programa! Me ha ocurrido a veces, haciendo mon¨®logos: tengo un pis que me meo, se encienden los focos, me acerco al micr¨®fono y, zas, se me quita... ?En el f¨²tbol no pasa?
J. V. Hay desfiles de futbolistas yendo al ba?o, y los hay que vomitan...
E. H. La tensi¨®n. Hubo un sueco que celebr¨® un gol qued¨¢ndose quieto; durante a?os fue un h¨¦roe, los ni?os le imitaban, sub¨ªan el brazo, y se quedaban hier¨¢ticos. ?Y el t¨ªo explic¨® despu¨¦s que era que se estaba cagando!
J. V. En la Ciudad Deportiva del Real Madrid los ni?os se besan el anillo ?como Ra¨²l! ?Creen que debe ser as¨ª, que besarse el anillo es el gesto que hay que hacer!
E. H. Ahora Ra¨²l no se besa el anillo.
J. V. Es que no mete goles.
E. H. T¨² dec¨ªas lo del miedo del futbolista al salir a escena...
J. V. Una tensi¨®n nerviosa...
E. H. Miedo al imprevisto, y al rid¨ªculo: hay 100.000 personas vi¨¦ndote, y est¨¢s buscando su aprobaci¨®n... El que est¨¢ en un escenario lo puede salvar con el humor...
J. V. A ti te salvan los ojos.
E. H. Yo lo que tengo es muy poca verg¨¹enza... Pero es verdad que si aprendes a disfrutar del v¨¦rtigo sales bien de cualquier cosa. ?T¨² te lo pasabas bien cuando jugabas?
J. V. Yo corr¨ªa para los dem¨¢s; empec¨¦ a sentirme bien cuando comprend¨ª que pod¨ªa ser un buen gregario. En una ¨¦poca pens¨¦ que pod¨ªa liderar un equipo, pero fue un malentendido. Me degrad¨¦ con gusto, pas¨¦ de l¨ªder a gregario. Pero disfrut¨¦ m¨¢s: eso era lo que estaba en mi naturaleza...
E. H. Hay veces que los futbolistas pasan de la casa de sus padres a los clubes, no han sido chicos callejeros. Y luego son gente joven forrada de pasta. ?Que cobra un mont¨®n por jugar! A los actores tambi¨¦n nos pagan por jugar. Te pones una peluca, dices las tonter¨ªas que tienes que decir, ?y te pagan!
J. V. La gente te reclamar¨¢ que seas siempre el personaje...
E. H. Es normal, la gente espera eso... A m¨ª lo que me molesta es la mala educaci¨®n...
J. V. ?Y c¨®mo te defiendes?
E. H. Pues ahora me defiendo no saliendo los fines de semana. ?Es muy inc¨®modo que te est¨¦n incordiando!
J. V. ?Y qu¨¦ haces los fines de semana?
E. H. Me gusta estar en casa; ver la vida pasar. Perder el tiempo es muy agradable...
J. V. Una conquista. Yo no soy capaz. La p¨¦rdida de tiempo la resuelvo s¨®lo con culpa. Incomod¨ªsimo. ?Y qu¨¦ te hace feliz?
E. H. A m¨ª me gusta comer nueces dentro de higos secos. Turr¨®n de pobres. Abres un higo, metes la nuez... Y tambi¨¦n me gusta hacer en mi casa un minih¨¢bitat, un lugar para m¨ª sola. Y cuando llego a un sitio nuevo me acomodo tan r¨¢pido que me da la impresi¨®n de que me pierdo la sorpresa...
J. V. La manera de romper una actividad es con otra. Cuando leo y no hallo nada que me gratifique, pienso que estoy perdiendo el tiempo que podr¨ªa usar para otra cosa... El accidente me ha ayudado a entender mejor el valor del tiempo. Ha sido el efecto positivo del accidente.
E. H. El tiempo es tan relativo, es un invento humano. Yo os envidio; soy tan pancha... Creo que tengo alma de jubilada. Hago crucigramas, leo...
J. V. Me encanta ver, me sienta bien tu programa...
E. H. Y a m¨ª t¨² me caes muy bien. ?Una persona que habla con mucho vocabulario! Le quitaste al f¨²tbol eso de "el f¨²tbol es as¨ª, no hay rival peque?o...".
J. V. Lo que pasa es que el f¨²tbol hay que jugarlo, no hablarlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.