El ¨²ltimo de la saga

Lo explic¨® el experto en necrol¨®gicas del New York Times en un memorable reportaje de Gay Talesse: Se sorprend¨ªa al leer que hab¨ªa muerto de verdad gente que ya llevaba tiempo en la nevera del diario. ?l les hab¨ªa dado por fallecidos al cerrar su necrol¨®gica por anticipado. Eso me ha pasado leyendo la necrol¨®gica de uno de los dos maridos que tuvo, al mismo tiempo, Ana?s Nin. Estaba convencido de que su historia personal estaba cerrada porque hace a?os que convers¨¦ con el ¨²ltimo Nin, el music¨®logo que llev¨® con elegancia que los periodistas nos acerc¨¢semos para saber m¨¢s cosas de su hermana que de ¨¦l. A trav¨¦s de la culta Elvira Farreras, esposa del galerista Joan Gaspar, convers¨¦ varias veces con Joaqu¨ªn Nin. Me explic¨® que con uno de los dos ex maridos de su hermana segu¨ªa manteniendo una entra?able amistad, al punto de convivir juntos y compartir los recuerdos de Ana?s, a la que Joaqu¨ªn llamaba p¨¢jaro mosca de acero por la fragilidad y la fuerza de su personalidad. Imagin¨¦ a los dos hombres paseando, cocinando, llevando ropa a la lavander¨ªa mientras hablaban con normalidad de la edici¨®n de los diarios de Ana?s, sexo duro de una ¨¦poca. Me perd¨ª en la relaci¨®n de maridos y amantes, pero percib¨ª que Ana?s dej¨® respeto y amor, pese a que hizo sufrir a los que la quer¨ªan, y vi claro que Joaqu¨ªn Nin detestaba a Henry Miller. Como escritor le parec¨ªa genial, pero sin talento. Como persona, ego¨ªsta. Los dos ex maridos compart¨ªan esas ideas.