La risa socava el poder
Todos los m¨¢s o menos proclives o conjurados para cambiar el mundo deber¨ªan conocer los afanes y trabajos de The Yes Men. Se trata de un grupo de activistas que cree que claro que hay que cambiar el mundo, pero con el objetivo real de pas¨¢rselo bien, y cree asimismo que mientras se hace por cambiarlo ya hay que ir pas¨¢ndoselo bien. Predican con el ejemplo.
The Yes Men, especializados en suplantar p¨¢ginas web y en el manejo redomado de cualquier t¨¦cnica de distorsi¨®n que pueda afectar negativamente a los aut¨¦nticos y siempre agazapados poderes, empezaron parodiando la p¨¢gina oficial de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC). Luego, llevados por la propia din¨¢mica de su m¨¢s o menos estrategia, acabaron dando conferencias en las que, haci¨¦ndose pasar por miembros de esa organizaci¨®n que ejerce de responsable de que las reglas del comercio mundial favorezcan siempre casualmente a los mismos pa¨ªses y empresas, dieron doctrina surrealistamente contraria a los intereses de la OMC y del sistema.
LA VERDADERA HISTORIA DEL FIN DE LA OMC
The Yes Men
Traducci¨®n de Gemma Gald¨®n
El Viejo Topo. Barcelona, 2006
142 p¨¢ginas. 15 euros
El colmo de sus intervencio
nes mixtificadoras fue una vez (existe incontrovertible testimonio gr¨¢fico en la contraportada del libro) en que uno de los disfrazados de conferenciante procedi¨® en el estrado a despojarse de su traje serio, con lo que qued¨® vestido de una especie de mono de lam¨¦ dorado del que sobresal¨ªa un a modo de gran pr¨ªapo, cuyo pin¨¢culo era un presunto monitor de televisi¨®n por el cual el empresario occidental que as¨ª se equipase podr¨ªa controlar a todos sus empleados incluidos los del rec¨®ndito Oriente. La audiencia se trag¨® la bola y encima ovacion¨®. El perspicaz lector sacar¨¢ sin duda sus conclusiones sobre en manos de qui¨¦nes estamos. Tambi¨¦n constituy¨® un exitazo de cr¨ªtica y p¨²blico cuando los The Yes Men anunciaron, en calidad de miembros de la OMC, que la magna organizaci¨®n del comercio mundial se autodisolv¨ªa, arrepentida de su historial.
Leer estos sucesos pertinentemente documentados en forma de libro -sobre todo ahora que, tal como sospechaban las ONG y el magma de alternativos, la OMC acaba de proclamar con la necesaria compunci¨®n que la Ronda de Doha ha fracasado, o sea que la liberalizaci¨®n misma del comercio ha resultado de momento un fiasco- anima a estar atentos: las cosas no est¨¢n quietas ni muertas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.