Barroco alucin¨®geno mexicano
Horror al vac¨ªo en una peque?a iglesia de los alrededores de Cholula
Como un secreto, de frente a los volcanes Ixtlaccihuatl y Popocatepetl, se erige en el Estado de Puebla la ciudad milenaria de Cholula, uno de los centros econ¨®micos y ceremoniales m¨¢s importantes del M¨¦xico prehisp¨¢nico. Si no la ciudad m¨¢s antigua, una de las m¨¢s antiguas.
1 LAS IGLESIAS DE CHOLULA
Aqu¨ª, en el lugar que posee m¨¢s iglesias de toda la Rep¨²blica por metro cuadrado, nadie se atreve a contar los templos: 100, 200, 365..., especulan residentes, acad¨¦micos, franciscanos, promotores de turismo. Son cientos: en las alturas, adornando el horizonte como un paisaje que despierta, lo ¨²nico que se ven son c¨²pulas. Se sabe con exactitud, en cambio, que es en las cercan¨ªas de Cholula -"el lugar del que huyeron" o "lugar de huida", seg¨²n la etimolog¨ªa nahuatl- donde se encuentran las dos m¨¢ximas expresiones del barroco popular mexicano; el esplendor del sincretismo de dos mundos opuestos, el del conquistador y el del conquistado. Una singular cosmovisi¨®n que sintetiz¨® el churrigueresco espa?ol a manera de imitaci¨®n y que a la vez dio origen a la aut¨¦ntica expresi¨®n de los indios: la iglesia de Santa Mar¨ªa, en Tonantzintla, y la de San Francisco, en Acatepec, dos joyas ¨²nicas.
Pero quien llega a Cholula lo hace principalmente por su mayor atracci¨®n: la pir¨¢mide de Tepanapa, dedicada al Dios de la Lluvia, tambi¨¦n conocida como la Gran Pir¨¢mide, el monumento prehisp¨¢nico m¨¢s grande de mesoam¨¦rica, con una base de 400 metros de largo por lado y 65 metros de altura -cuatro veces m¨¢s grande que la de Keops, en Egipto-. Y con un particular encanto a¨²n vigente: innumerables t¨²neles por los que se puede andar, emulando a un explorador moderno en busca de excavaciones o de un tesoro secreto -cerca de ocho kil¨®metros, de los que se puede visitar una parte-, resultado de una edificaci¨®n por etapas en las que se fueron superponiendo, ampliando y remodelando cuatro distintas pir¨¢mides que terminaron formando una sola. Tras la conquista, coronando su cima, los espa?oles construyeron la iglesia de los Remedios.
2 TONANTZINTLA
Todav¨ªa hoy esta zona, a casi 25 siglos de haber sido habitada por primera vez -desarrollada paralelamente a Teotihuac¨¢n-, guarda en cada rinc¨®n un pedazo de historia, un aura m¨ªstica, una especie de viaje por un mundo desconocido que se aprecia y puede sentirse si el recorrido comienza en Tonantzintla. Cuando se accede a la iglesia de Santa Mar¨ªa, tras su fachada de ladrillo y azulejo sobreviene la belleza de golpe, la sorpresa que lo ilumina todo. ?C¨®mo puede ser posible tanto asombro? All¨ª est¨¢n los ¨¢ngeles de ojos grandes y abiertos, figuras antropomorfas con fisonom¨ªa ind¨ªgena; los ornatos en relieve, coloridos y rebuscados; nichos con penachos de plumas; frutas tropicales, todo recargado en estuco; el llamativo retablo donde san Miguel Arc¨¢ngel con la espada al aire pisa al demonio: un viaje por el universo ind¨ªgena que pasa siempre por los c¨®dices; el sincretismo llevado al m¨¢ximo. "Es tal la profusi¨®n del adorno que se opaca el estilo; no es un barroco culto ni ordenado, sino ingenuo; es un barroco popular: de ah¨ª su singular belleza", dice sobre Santa Mar¨ªa de Tonanzintla Francisco Gonz¨¢lez C¨¢rdenas, arquitecto y maestro en restauraci¨®n de monumentos de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico. En ning¨²n otro sitio en M¨¦xico puede entenderse mejor el amor del indio a los dioses.
Lo que caracteriza a Tonanzintla es lo que se dio por llamar horror vacui (horror al vac¨ªo), una forma de saturaci¨®n del espacio que ha llevado a especulaciones de todo tipo, en las que se ha relacionado a los ind¨ªgenas con drogas alucin¨®genas. Dado que los ornamentos de Santa Mar¨ªa est¨¢n desligados de todo lo ortodoxo y de alguna manera son un adelanto del ultrabarroco, se ha hecho leyenda que tanto la proliferaci¨®n del color como de los grandes ojos abiertos de los ¨¢ngeles son la representaci¨®n buscada por el supuesto cham¨¢n que guiaba a los indios en la construcci¨®n. Vale la pena percibir recostado -si no es ¨¦poca de turismo- la iglesia por dentro y sentir individualmente un viaje interior, una especie de mareo. El espectador no puede sino sentirse maravillado, pues el interior de la c¨²pula se abre hacia la luz: dif¨ªcil encontrar mayor majestuosidad del arte ind¨ªgena, ejemplo del esplendor que lleg¨® a tener el barroco en el mundo hisp¨¢nico, generoso en la riqueza para satisfacer un deseo colectivo de ofrenda.
3 ACATEPEC
A un kil¨®metro escaso en direcci¨®n a Puebla, lo que roba la atenci¨®n es una fachada del siglo XVII -columnas, cornisas y nichos- tapizada de cantera, ladrillo y azulejos (mosaicos de Talavera verdes, azules y amarillos); piezas artesanales mandadas hacer exclusivamente para su construcci¨®n, quiz¨¢ uno de los mayores ejemplos del barroco mexicano, esta vez m¨¢s cl¨¢sico que popular, menos ind¨ªgena: la iglesia de San Francisco, en Acatepec, de la que Manuel Toussaint escribi¨®: "Parece una peque?a iglesia de porcelana, digna de ser conservada bajo un capelo de cristal". Reconstruida tras un incendio en 1930, a¨²n se puede apreciar su decoraci¨®n interior de yeser¨ªa y la proliferaci¨®n de im¨¢genes y de formas.
De vuelta a Cholula, puede visitarse el convento de San Gabriel, un templo que sirvi¨® de modelo para toda la Nueva Espa?a, y que cuenta con una de las bibliotecas franciscanas m¨¢s completas, tras casi una d¨¦cada de restauraci¨®n -de 1992 a 2001- de espacios abandonados que datan de 1549. La biblioteca franciscana, como es conocida, cuenta con un acervo de 25.000 vol¨²menes de los siglos XVI-XIX, la m¨¢s completa de la orden en Hispanoam¨¦rica. A un costado de San Gabriel se erige la Capilla Real, originalmente una capilla abierta que guarda similitud con la mezquita de C¨®rdoba: nueve naves y multitud de columnas en su interior.
Transcurre el tiempo. Entre los sauces llorones que acordonan la iglesia de los Remedios, en la c¨²spide de la Gran Pir¨¢mide, se ve caer la tarde y con ella las ¨²ltimas luces del sol. Al fondo, una grabadora despide una tonada inconfundible: un mariachi canta una ranchera.
Juan Manuel Villalobos. (Ciudad de M¨¦xico, 1972) es escritor y periodista, autor de La vida fr¨¢gil de Annette Blanche (Losada, 2005)
GU?A PR?CTICA
C¨®mo llegar
- Air France (902 20 70 90; www.airfrance.com) vuela a Ciudad de M¨¦xico, desde Madrid, con escala en Par¨ªs, a partir de 718 euros, tasas incluidas.- Iberia (902 40 05 00; www.iberia.es) tiene vuelos directos a Ciudad de M¨¦xico a partir de 727 euros, m¨¢s tasas y gastos de emisi¨®n.
Informaci¨®n
- Cholula est¨¢ a seis kil¨®metros de Puebla (115 kil¨®metros al este de Ciudad de M¨¦xico). Su oficina de turismo es la del Estado de Puebla (www.turismopuebla.com.mx).- Oficina de turismo de M¨¦xico en Espa?a (915 61 18 27; www.mexicocity.com.mx).- www.cholula.org.
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