La corte de Alatriste
M¨¢s de 10.000 trajes y extras, 97 localizaciones, 24 millones de presupuesto. Y Viggo Mortensen. El personaje de P¨¦rez-Reverte tomar¨¢ los cines en septiembre. Es 'Alatriste', una de las pel¨ªculas espa?olas del a?o. Un fresco del Siglo de Oro pintado con pasi¨®n por el director Agust¨ªn D¨ªaz Yanes
Me ha gustado mucho el gui¨®n, y si de verdad quieres que haga yo este personaje, y resulta que se puede, ser¨ªa un honor para m¨ª, me gustar¨ªa". As¨ª de sencilla y contundente fue la respuesta que le dio el actor neoyorquino Viggo Mortensen al director Agust¨ªn D¨ªaz Yanes cuando ¨¦ste le propuso encarnar a Alatriste, el perverso soldado del convulso siglo XVII espa?ol, creado por Arturo P¨¦rez-Reverte. Se conocieron en la habitaci¨®n de un hotel de lujo en Berl¨ªn, en diciembre de 2003. Viggo Mortensen estaba all¨ª promocionando la tercera parte de El se?or de los anillos. D¨ªaz Yanes viaj¨® acompa?ado del escritor y cineasta Ray Loriga, amigo de ambos y el que est¨¢ en el inicio de este encuentro m¨¢gico y provechoso para la gran aventura de Alatriste, el filme que se estrena el pr¨®ximo 1 de septiembre. "La primera vez que le vi sal¨ªa descalzo de una habitaci¨®n en la que hab¨ªa puesto una toalla en la puerta para que no se cerrara. Entramos y vi la habitaci¨®n hecha un desastre. Viggo abri¨® una botella de vino, empezamos a hablar, nos llev¨® al estreno de El se?or de los anillos, salimos a cenar y volvimos de nuevo a la habitaci¨®n. As¨ª hasta las seis de la ma?ana. Nos trat¨® como Dios, nos reimos como Dios, y a partir de ah¨ª fueron todo facilidades", recuerda ahora el realizador Agust¨ªn D¨ªaz Yanes en otra habitaci¨®n de hotel, tambi¨¦n de lujo, pero esta vez en Madrid.
El viaje part¨ªa ya con posibilidades. Parte del camino estaba allanado. El realizador de Nadie hablar¨¢ de nosotras cuando hayamos muerto y Sin noticias de Dios lleg¨® a Berl¨ªn sabiendo que Mortensen hab¨ªa le¨ªdo el gui¨®n (enviado por Loriga), le hab¨ªa gustado y lo quer¨ªa hacer, pero conociendo tambi¨¦n las grandes presiones que iba a tener una estrella del cine mundial para aceptar un papel en una pel¨ªcula espa?ola. "Un se?or que acaba de terminar El se?or de los anillos, que es probablemente la cara m¨¢s conocida a nivel internacional, ?se va a venir a Espa?a a trabajar con un director espa?ol sobre un espadach¨ªn del Siglo de Oro espa?ol?? Sus agentes, sus amigos le quitar¨ªan esa idea suicida de la cabeza. Regres¨¦ a Madrid con la confianza de que la iba a hacer, pero con el reparo de que nada m¨¢s llegar a Estados Unidos le dijeran que estaba loco. A los dos meses me llam¨® y me dijo que s¨ª. S¨¦ que tuvo presiones para que no la aceptara; no lo querr¨¢ contar, pero as¨ª es", a?ade D¨ªaz Yanes.
Mortensen s¨ª lo cuenta, pero sin dar muchas pistas ni ahondar demasiado. Descalzo, tomando mate, fumando en el balconcillo del hotel cigarrillos que ¨¦l mismo se l¨ªa y con un castellano suave y ronco, el actor neoyorquino, que vivi¨® nueve a?os de ni?o en Argentina, aclara: "Alguna gente se extra?¨® en Espa?a que viniera a hacer este cuento. En Estados Unidos, algunos me preguntaron que c¨®mo iba a hacer esto. Yo les contest¨¦ que el gui¨®n era buen¨ªsimo, que era lo mejor que hab¨ªa le¨ªdo; que no s¨®lo me gustaba el cuento de Alatriste, sino tambi¨¦n la ¨¦poca. Es un proyecto valioso, un personaje interesante, un periodo hist¨®rico muy desconocido fuera del mundo acad¨¦mico. Me interesaron mucho los paralelismos que tiene con el presente del imperio mundial de Estados Unidos. La decadencia actual del imperio americano es muy parecida a la que se vivi¨® en el imperio espa?ol en el siglo XVII. La deuda internacional que tenemos, el desgaste de vidas y recursos; tenemos tropas, y fortalezas, y gastos militares imposibles, estamos en tierras extra?as pobladas por gentes extra?as, donde nos temen y nos odian y jam¨¢s nos dar¨¢n tregua, igual que dice Alatriste en la pel¨ªcula en respuesta al conde-duque de Olivares. F¨¢cilmente, si este cuento fuera contempor¨¢neo, Alatriste ser¨ªa un sargento norteamericano veterano que estuvo en Irak en 1991, que tambi¨¦n estuvo en Panam¨¢ y en la guerra sucia de Centroam¨¦rica, y que, aunque sabe que es un poco in¨²til invadir la ciudad iraqu¨ª de Faluya, lo hace. No hay un prop¨®sito fijo, sino p¨¦rdida de vidas, y de oro, y de reputaci¨®n".
La pel¨ªcula, con gui¨®n del propio Agust¨ªn D¨ªaz Yanes (Madrid, 1950) construido a partir de las cinco novelas de Arturo P¨¦rez-Reverte, muestra a un Alatriste de bellos ojos azules que esconde un coraz¨®n oscuro, un perverso soldado y asesino a sueldo del Siglo de Oro espa?ol, un hombre de mirada desafiante y tierna a la vez. "La imagen rigurosa de un h¨¦roe cansado", como le ha descrito P¨¦rez-Reverte. El filme se adentra en la historia de este valeroso soldado que, despu¨¦s de combatir en la Espa?a imperial del siglo XVII en una guerra en las fr¨ªas tierras de Flandes, regresa a Madrid y se encuentra con un imperio moribundo. La misma Espa?a en la que Quevedo y G¨®ngora escriben sus versos, Vel¨¢zquez pinta sus cuadros y Lope de Vega estrena sus comedias, se desmorona ante la impasibilidad del rey Felipe IV, en una corte dominada por las intrigas y la corrupci¨®n, manejada a su antojo por el conde-duque de Olivares apoyado por la Santa Inquisici¨®n.
La gloria y la decadencia. La grandiosidad y la intimidad. Alatriste es una bella pel¨ªcula llena de contrastes. Junto a las grandes batallas, miles de extras, escenas de espadas, desembarcos en el mar?, est¨¢ la intimidad del amor, de la amistad, de las cosas m¨¢s peque?as, del sufrimiento de los m¨¢s m¨ªseros. Alatriste, con una producci¨®n digna de los m¨¢s grandes estudios de Hollywood, no se detiene s¨®lo en la aventura, indaga tambi¨¦n en la pobreza de la gente del XVII en Espa?a; entra en la vida de un soldado y, a trav¨¦s suyo, cuenta la gloria y la decadencia de Espa?a, la del poder, pero tambi¨¦n la del pueblo. Producida por Antonio Cardenal (Origen) junto a Tele 5 y Universal Estudios, Alatriste es una de las mayores producciones cinematogr¨¢ficas espa?olas hasta la fecha -un presupuesto de 24 millones de euros de capital ¨²nicamente espa?ol-, en la que han trabajado 50 actores y m¨¢s de 10.000 extras. Manadas de caballos, galeones en el mar, descargas de artiller¨ªa, explosiones? Alatriste tiene un reparto espectacular, en el que se encuentra lo mejor de la cinematograf¨ªa espa?ola. Excepto Mortensen y el italiano Enrico Lo Verso, que hace el papel de Gualterio Malatesta, todos los actores son espa?oles. Eduard Fern¨¢ndez (en el papel de Copons, el fiel amigo de Alatriste), Ariadna Gil (la bell¨ªsima Mar¨ªa de Castro, el gran amor de Alatriste), Javier C¨¢mara (conde-duque de Olivares), Eduardo Noriega (duque de Guadalmedina), Unax Ugalde (??igo Balboa), Elena Anaya (Ang¨¦lica de Alqu¨¦zar), Blanca Portillo (Bocanegra) o Juan Echanove (Francisco de Quevedo) son algunos rostros de lujo que acompa?an al valiente Alatriste.
Si algo ten¨ªa claro desde un principio D¨ªaz Yanes era que la pel¨ªcula que le encargaron hace tres a?os deb¨ªa rodarse en espa?ol y con una gran estrella de cine. En otro caso no hubiera aceptado el proyecto. Tard¨® un segundo en dar el s¨ª al encargo. Por muchas cosas. Por su formaci¨®n de historiador, D¨ªaz Yanes se encontr¨® ante la oportunidad de su vida. Cine e historia juntos, el director ten¨ªa, adem¨¢s, la posibilidad de enfrentarse al siglo que m¨¢s le gusta, el XVII, y realizar una pel¨ªcula hist¨®rica, por las que siente verdadera pasi¨®n. "Era una oportunidad que s¨®lo puedes rechazar si las condiciones de trabajo no son las adecuadas, si no tienes el dinero suficiente o no consigues a los actores que quieres. Si no, es imposible decir que no", explica el realizador, que no niega el punto de inconsciencia que tiene hacer cine. "Es como si de repente te dicen que vas a ser el n¨²mero 9 de la selecci¨®n espa?ola para un mundial de f¨²tbol o te anuncian que vas a torear en la Feria de San Isidro de Madrid. No puedes decir que no. Adem¨¢s, soy de la opini¨®n de que en Espa?a parece que tenemos un mal rollo con nuestra historia. Los franceses han hecho magn¨ªficas pel¨ªculas hist¨®ricas, tambi¨¦n los ingleses. Espero que con Alatriste, al margen de que guste o no a la gente, abra un camino en este d¨¦ficit que tenemos en Espa?a con filmes hist¨®ricos".
Y esas dos circunstancias (el espa?ol y la gran estrella) se un¨ªan en un casi ¨²nico nombre: Viggo Mortensen, int¨¦rprete de t¨ªtulos como Crimen perfecto, Marea roja, Psicosis, Oc¨¦anos de fuego o Una historia de violencia, adem¨¢s de El se?or de los anillos. "Viggo reun¨ªa las condiciones perfectas. Siempre pens¨¦ que el personaje de Alatriste lo ten¨ªa que hacer una gran estrella. El cine es as¨ª. Adoro a los actores, pero no creo que se pueda hacer El padrino sin Marlon Brando o El cazador sin Robert de Niro. Son estrellas porque llevan detr¨¢s suyo proyectos gigantescos que sacan adelante. Sab¨ªa que necesit¨¢bamos un gran actor, pero que al mismo tiempo fuera una estrella. De ah¨ª no me mov¨ªa". Pero Viggo ha sido mucho m¨¢s que una estrella que habla perfectamente castellano. Todo el equipo, y m¨¢s los actores que le han acompa?ado en esta aventura, hablan maravillas. Ha sido el compa?ero perfecto. Fue el que m¨¢s ley¨® acerca de la historia del Siglo de Oro. Envi¨® libros y discos para que todos sus colegas de reparto saborearan la ¨¦poca -"no era para seducir ni controlar lo que hac¨ªan otros, era para compartir lo que hab¨ªa encontrado yo", advierte Mortensen-. Hac¨ªa regalos a diario. Llegaba al rodaje con bolsas de caramelos, chicles y dem¨¢s para repartir entre el equipo. Tambi¨¦n flores, y mate, y alfajores argentinos. Se encarg¨® de dise?ar camisetas. El ejemplo de lo que ha sido la participaci¨®n de Viggo Mortensen en este proyecto espa?ol lo explica Unax Ugalde: "Cuando conoci¨® mi gran afici¨®n infantil por los caramelos sugus, me encontr¨¦ un d¨ªa en mi camerino la silueta con mi nombre en el suelo realizada toda con sugus".
Otro dato que habla no del actor, sino de la persona, es el recibimiento que Mortensen hizo un d¨ªa a Cristina, una chica enferma cuyo deseo era conocer al actor neoyorquino. Fue la ONG Fundaci¨®n Peque?o Deseo la encargada de que Cristina celebrara su 11? cumplea?os, el 31 de mayo de 2005, en Talamanca del Jarama (Madrid), junto a Mortensen. El actor se la llev¨® a su roulotte, estuvo con ella durante cerca de dos horas, y la llen¨® de regalos y sorpresas. La madre de Cristina asegura que su hija nunca olvidar¨¢ ese d¨ªa.
Poetas, pintores, escritores. Quevedo, Lope de Vega, las pinturas de Vel¨¢zquez. El XVII es el gran siglo cultural espa?ol, la ¨²nica vez en la que Espa?a fue la gran potencia mundial. Es el siglo del barroco. Un siglo de guerras y enfrentamientos. Un pueblo, el espa?ol, religioso y loco, con muchos contrastes de pensamiento, con genios que hac¨ªan cosas que no se hac¨ªan en ninguna parte del mundo, pero al mismo tiempo aislado. "Es un siglo conmovedor", dice Agust¨ªn D¨ªaz Yanes. "Desde el punto de vista cinematogr¨¢fico es fant¨¢stico; s¨®lo tiene un defecto, que creo que hemos solventado, y es que es muy feo. No es el XVIII franc¨¦s ni el XIX italiano. El XVII en Espa?a era oscuro y pobre", a?ade el director.
A todos ellos, a Quevedo, a Vel¨¢zquez y a muchos m¨¢s, se ha acercado Viggo Mortensen con devoci¨®n. Visit¨® el Museo del Prado una y otra vez. "Me quer¨ªa asegurar no solamente de c¨®mo era la ropa; como llevaban el pelo, los bigotes, las armas, las posturas. Son detalles que no vi s¨®lo en Vel¨¢zquez, tambi¨¦n en otros pintores", explica el actor. Tambi¨¦n, y siguiendo su costumbre de prepararse a fondo los personajes que interpreta, Mortensen quiso saberlo todo del soldado Alatriste. "Despu¨¦s de leer el gui¨®n, siempre quiero saber lo que no est¨¢ escrito, y empiezo con el lugar donde naci¨® el personaje, d¨®nde y c¨®mo se cri¨®, c¨®mo era su familia, c¨®mo era geogr¨¢ficamente la zona de su infancia, c¨®mo era su vida". Y todo esto le llev¨® a Castilla, la zona donde Arturo P¨¦rez-Reverte sit¨²a a Alatriste. "Le llam¨¦ y le dije que me iba a pasear por esa zona. Viaj¨¦ por Valladolid y Salamanca, donde dicen que se habla el castellano m¨¢s parecido al del Siglo de Oro. Llegu¨¦ a Le¨®n, alquil¨¦ un coche y empec¨¦ a moverme. En la monta?a, en unos pueblos pegados a la frontera con Asturias, encontr¨¦ algo. No s¨¦ el qu¨¦. Entr¨¦ en un bar y parec¨ªa un saloon de un western. Cuando entr¨¦, toda la gente se call¨® porque yo era un extra?o. Aunque yo me parec¨ªa a ellos -la mitad del pueblo eran rubios y de ojos claros-, nadie me dirigi¨® la palabra. Me tom¨¦ un caf¨¦ y me qued¨¦ un ratito porque fuera estaba nevando y hac¨ªa fr¨ªo. Me fui, pero segu¨ª pensando en ese sitio, en ese pueblo, en esas personas. Volv¨ª una segunda vez y, sin preguntarme nada, me pusieron lo mismo que hab¨ªa tomado la vez anterior. En esa ocasi¨®n, ya me hablaron. En mi tercera visita, ya era un amigo, ya se fiaban de m¨ª. Su forma de ser, de hablar, el tono que empleaban, ese tono seco, esa forma de ser tan escueta?, me pareci¨® que hab¨ªa llegado al lugar donde se hab¨ªa criado Alatriste. Llam¨¦ a P¨¦rez-Reverte y le dije que hab¨ªa sido en Le¨®n donde hab¨ªa encontrado el lugar de nacimiento de Alatriste. '?Puede ser?', le pregunt¨¦. 'Bien puede ser de ah¨ª', me respondi¨®. Volv¨ª muchas veces durante la preparaci¨®n de la pel¨ªcula a ese valle, a esa zona del norte de Le¨®n, en las monta?as, y cada vez que volv¨ªa, m¨¢s me daba cuenta de que mi elecci¨®n hab¨ªa sido la correcta".
Despu¨¦s de dos filmes ¨ªntimos, D¨ªaz Yanes se ha enfrentado a la gran aventura de la superproducci¨®n, con 10.000 extras y grandes batallas. "Antes de empezar a rodar dije que esta pel¨ªcula iba ser mi gran aventura, y as¨ª ha sido. Me acord¨¦ mucho mientras rodaba. El cine siempre es una aventura, independientemente del presupuesto y de que te salga bien o mal; pero en este caso ha sido una aventura muy agradable, en la que me lo he pasado francamente bien, en el sentido de que me he sentido director de cine, de que las cosas han salido como yo pensaba". No ha notado D¨ªaz Yanes una enorme diferencia entre sus dos pel¨ªculas anteriores y ¨¦sta de Alatriste. "Por una raz¨®n", aclara, "que se dice poco en el cine. En este tipo de pel¨ªculas es muy importante el director, no lo dudo, pero es tambi¨¦n fundamental el equipo. He tenido la suerte de que la preparaci¨®n que hizo mi ayudante de direcci¨®n [Charlie L¨¢zaro] fue extraordinaria porque est¨¢ muy acostumbrado. Todos los jefes de equipo, menos Paco Femen¨ªa, director de fotograf¨ªa, y yo, hab¨ªan hecho este tipo de pel¨ªculas. Eso te quita todos los problemas. Los reduce a que el actor logre conseguir la emoci¨®n que t¨² quieres, que logres terminar los planos que hayas pensado. Cuando tienes un equipo tan s¨®lido como el de Alatriste no encuentras grandes dificultades".
En el equipo t¨¦cnico se ha contado con grandes profesionales. Bob Anderson, creador de todos los grandes filmes de espadas, desde los protagonizados por Errol Flynn hasta Barry Lindon o El se?or de los anillos, fue el encargado de montar todas las escenas de combate. La figurinista de la pel¨ªcula ha sido la italiana Francesca Sartori, que, al frente de un gran equipo, prepar¨® la confecci¨®n de unos 10.500 trajes. El maquillaje ha sido obra del espa?ol Jos¨¦ Luis P¨¦rez, el mismo de El se?or de los anillos. La direcci¨®n art¨ªstica ha estado en manos del espa?ol Benjam¨ªn Fern¨¢ndez, quien ha realizado no s¨®lo grandes decorados, sino un gale¨®n espa?ol del siglo XVII de 45 metros de largo y 8,5 de ancho. Tambi¨¦n han contado con un asesor militar que se encarg¨® de encuadrar a toda la tropa, y con una segunda unidad de rodaje que hizo el trabajo m¨¢s duro y quiz¨¢ el menos vistoso, pero no menos importante. La grandiosidad de esta producci¨®n se ve tambi¨¦n en el n¨²mero de localizaciones donde se ha rodado: en total, 97. En las calles de ?beda y Baeza se rodaron escenas callejeras del Madrid de la ¨¦poca; la planicie del monasterio de Ucl¨¦s ha servido de escenario para la gran batalla de Rocroi; Sevilla, C¨¢diz y algunas playas gaditanas (Conil, Tarifa?) fueron el decorado real de los galeones y el del desembarco.
El cine siempre mira al cine. As¨ª lo cree D¨ªaz Yanes, que nunca ha negado que a la hora de enfrentarse a una nueva producci¨®n, sea cual sea, ve muchas pel¨ªculas. Para Alatriste, el director realiz¨® una selecci¨®n en tres aspectos: el t¨¦cnico ("Femen¨ªa y yo nos vimos todas las grandes batallas del cine m¨¢s o menos modernas, desde Barry Lindon hasta Braveheart o El ¨²ltimo samur¨¢i"), el personal ("he visto muchas veces El cazador, de Cimino, para empaparme de las emociones; mucho cine de ¨¦poca bueno, como La edad de la inocencia, de Scorsese; hice ver a todo el mundo El gatopardo, de Visconti, y como siempre volv¨ª a El padrino") y el m¨¢s concreto de la pobreza para retratar la miseria del pueblo espa?ol ("regres¨¦ al neorrealismo italiano; volv¨ª a ver mucho Rossellini, Giulano, mucho blanco y negro de pobres").
Aunque el peso de la pel¨ªcula recae sobre una estrella internacional, no es menos importante la presencia apabullante de algunos de los m¨¢s grandes actores del panorama espa?ol. "Estoy harto de que mucha gente de fuera y de dentro del cine me cuente tonter¨ªas sobre los actores espa?oles. Tenemos a 20 o 25 actores de primer¨ªsima l¨ªnea mundial, incluidos muchos que no est¨¢n en mi pel¨ªcula. Viggo, cuando lleg¨® y los vio actuar se qued¨® acojonado. Me parec¨ªa que esta pel¨ªcula necesitaba a lo m¨¢s granado de la industria espa?ola. Me gusta que la gente vea que Juan Echanove hace de Quevedo igual de bien que cualquier papel de Charles Laugthon, que Javier C¨¢mara es igual de bueno que Anthony Hopkins". Viggo Mortensen los ha conocido ahora, pero ya no se le olvidar¨¢n. "En mi vida he tenido que trabajar muchas veces sinti¨¦ndome un poco aislado. El caso de Alatriste ha sido bien diferente. Fue muy lindo el trabajo en grupo. Alquil¨¦ y vi pel¨ªculas en las que hab¨ªan trabajado el resto de los actores y me di cuenta de que estaba ante un reparto incre¨ªble. Si hubiera querido trabajar con todos ellos tendr¨ªa que haber hecho por lo menos 10 pel¨ªculas. Un actor tiene que sentir cierta confianza, sentirse c¨®modo, que te den la bienvenida. No s¨®lo es trabajar y cobrar. Nunca sent¨ª que nadie dijera que el papel de Alatriste lo tendr¨ªa que haber hecho un espa?ol. Me dieron mucha confianza y me ayudaron mucho".
Ese h¨¦roe tendr¨¢ ya para siempre el rostro de Viggo Mortensen. Desafiante y tierno. Grandes ojos azules y mirada orgullosa. Como dice el propio Mortensen, la heroicidad est¨¢ en las cosas peque?as. "Un h¨¦roe no tiene por qu¨¦ ser un l¨ªder pol¨ªtico, o un deportista, o un famoso, tampoco un soldado. Una persona heroica es alguien que se porta bien, que trata bien a los dem¨¢s cuando le van mal las cosas. Alatriste y sus compa?eros son gente de mucho aguante. ?ste no s¨®lo es un cuento de aventuras, es un cuento complicado y dif¨ªcil al que hay que prestar un poco de atenci¨®n. Todos los personajes son complicados. ?se es el cine que a m¨ª me interesa hacer y ver. El que espere s¨®lo un cuento de aventuras como Los tres mosqueteros se va a sorprender. Es mucho m¨¢s que una aventura, da mucho que pensar. Es una historia triste y dif¨ªcil. Un cuento que tiene honra, que provoca mucho sentimiento y conmueve. Estoy muy orgulloso. Creo que los ciudadanos de todo lo que se llama Espa?a, sean de donde sean y sin ninguna verg¨¹enza, se pueden sentir orgullosos de lo que es esto". Esto es Alatriste.
Una mirada propia
Por Juan Cruz
"El capit¨¢n Alatriste no soy yo. Lo que pasa es que Alatriste mira como yo". Cuando public¨® en Alfaguara la primera entrega de Las aventuras del capit¨¢n Alatriste, hace ahora una d¨¦cada, Arturo P¨¦rez-Reverte ten¨ªa escritos en una cuartilla los t¨ªtulos de los siguientes cap¨ªtulos de la saga; eran para ¨¦l como una obligaci¨®n, un reto que se hab¨ªa planteado, y que iba a cumplir a rajatabla. El regalo literario que le deb¨ªa a su hija Carlota, a la gente de su tiempo. Luego lleg¨® el fen¨®meno editorial. "Se han vendido cuatro millones y medio de vol¨²menes, se han hecho c¨®mics, ?ha habido una verdadera alatristeman¨ªa!, y ahora es cine. ?C¨®mo iba a pensar que el personaje estar¨ªa tan vivo una d¨¦cada despu¨¦s?". La pel¨ªcula llega tras la publicaci¨®n de El pintor de batallas, su ¨²ltima novela, en la que la guerra es el lienzo en el que se reflejan miradas vencidas de personajes cansados.
Le puso tanta pasi¨®n P¨¦rez-Reverte a la escritura de su saga, que hab¨ªa concebido como una lecci¨®n sobre la Espa?a del siglo XVII, que la gente le preguntaba si Alatriste era ¨¦l. Se estrena la pel¨ªcula que se basa en sus novelas, y P¨¦rez-Reverte respondi¨® lo mismo a id¨¦ntica pregunta: "Alatriste es Alatriste, pero la mirada es m¨ªa. Es el que yo invent¨¦. Y lo que ha hecho Agust¨ªn D¨ªaz Yanes es recoger esa mirada, conmovida, a veces inc¨®moda, que tiene Alatriste sobre la tragedia de ser espa?ol".
No es, dice, "una mirada patriotera o nacional", sino una forma de poner ante el retrato de los espa?oles una ¨¦poca fundamental de la historia de Espa?a, "manipulada por unos y contaminada por otros; unos quisieron borrarla, y otros, ya que no pod¨ªan borrarla, o limpiarla, porque la consideraban sucia, decidieron olvidarla". Se enfrent¨® a esa historia tratando de darle a Alatriste el contenido de un h¨¦roe moderno, en el que la gente se pudiera poner en perspectiva los problemas de hoy; en Espa?a, cree, "a¨²n nos acuchillamos de la manera cainita del siglo XVII". "No es un personaje arcaico, un personaje antiguo; la gente ve el mundo a trav¨¦s de ¨¦l", dec¨ªa el novelista, y era esa impronta de modernidad la que quer¨ªa en el cine. Cuando D¨ªaz Yanes le propuso el gui¨®n, el autor le dio el visto bueno. Fue muy poco al rodaje; ocho de sus novelas han sido o ser¨¢n materia de cine, y ya sabe que "es mejor que el director vaya haciendo su trabajo, sin otras interferencias que las que ¨¦l quiera". As¨ª que se limit¨® a dar el visto bueno al gui¨®n y al casting, a cuyo frente est¨¢ un Viggo Mortensen que le ha fascinado. "?Es Alatriste, el que pens¨¦, el que escrib¨ª! ?Casi el de los dibujos!".
"La pel¨ªcula me ha gustado much¨ªsimo, y a la gente le va a fascinar. Es lo que un autor quiere cuando crea un personaje: que luego el cine lo respete y lo recree. Agust¨ªn D¨ªaz Yanes le ha hecho un servicio importante a este pa¨ªs, ayud¨¢ndole a entender y a ver una historia que a menudo ha estado olvidada, contaminada y sucia. Pod¨ªa haber hecho s¨®lo aventuras y estocadas. Y ha querido sobre todo respetar el lado oscuro de aquella ¨¦poca, la soledad, la pobreza, el abandono en el que viv¨ªan el espa?ol y el soldado. Ese clima lo ha convertido en elemento principal de la pel¨ªcula. Y Viggo es ese Alatriste que vive en una soledad creciente, un h¨¦roe cansado frente a unos fan¨¢ticos y a unos imb¨¦ciles. La cara de ese Alatriste, soldado leal, con la decencia machacada por los poderosos, el buen vasallo que no tuvo buen se?or, es la que transmite Viggo. ?Como si hubiera sido siempre Alatriste! Y la verdad es que pienso que Alatriste ha hecho espa?ol a Viggo". En el primer pase de la pel¨ªcula "era conmovedor ver c¨®mo los actores respond¨ªan a la emoci¨®n que desprende su propio trabajo. Verles llorando de emoci¨®n debe de ser, seguramente, una satisfacci¨®n para Agust¨ªn; pero imag¨ªnate para m¨ª, que fui quien cre¨® esos caracteres a los que ellos dan vida de modo tan extraordinario. E imag¨ªnate para Antonio Cardenal, el productor, que fue quien verdaderamente se empe?¨® en que se hiciera la pel¨ªcula".
'Alatriste' se estrena en cines de toda Espa?a el pr¨®ximo 1 de septiembre.
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