¡°Est¨¢bamos en una burbuja. ?ramos la ¨¦lite¡±

En la pantalla de la videollamada aparece Giacomo Navone, italiano, fundador en Espa?a de la compa?¨ªa Genius, un sistema de franquicias que se dedica a vender, calle a calle y tambi¨¦n por las redes sociales, un curso de t¨¦cnicas de estudio.

¡ªNo hay nada de secta en mi organizaci¨®n.

Sus vendedores son j¨®venes, bien vestidos, amables, llevan en la mano una libreta, unos folletos, un bol¨ªgrafo; van arriba y abajo por las calles c¨¦ntricas y comerciales de las principales ciudades, o por lugares pr¨®ximos a universidades y centros educativos, en busca de un perfil determinado de viandantes a los que abordar. Los hemos visto en Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, San Sebasti¨¢n¡­ En todos esos sitios su comportamiento es id¨¦ntico. Basta observarlos durante un rato para percatarse de que la t¨¢ctica que emplean es muy distinta a la de esos otros j¨®venes que con una sonrisa y una frase estudiada ¡ª¡±te estaba esperando¡±, ¡°has tenido suerte¡±¡ª intentan vender al vuelo una suscripci¨®n a una organizaci¨®n de lucha contra el hambre o de ayuda a los refugiados. Estos j¨®venes, en cambio, necesitan m¨¢s tiempo y m¨¢s atenci¨®n para colocar su producto, y por eso solo se centran en quienes, seg¨²n su olfato de muchas horas de calle, pueden tener la capacidad de pagar un curso para aprender a estudiar que cuesta alrededor de 2.000 euros¡­, y algo m¨¢s. En ese algo m¨¢s est¨¢ el quid de la cuesti¨®n:

¡ªApunta por favor 10 n¨²meros en ese papel y luego me lo ense?as durante unos segundos.

La clave del asunto es que el negocio de Genius no es solo la venta del curso de t¨¦cnicas de estudio, sino que esa es la puerta de entrada ¡ªel gancho, el se?uelo¡ª para un proceso de captaci¨®n mucho m¨¢s largo. Lo cuenta de forma muy clara Karla Moreno, una joven de Barcelona que apenas ten¨ªa 18 a?os cuando tuvo noticias del curso: ¡°Mis padres se estaban separando, fue un divorcio muy duro y yo estaba muy vulnerable. Luego, con los a?os, me he dado cuenta de que por eso se dirigen a gente joven, con dificultades para estudiar o para concentrarse. El caso es que fui a la presentaci¨®n, me encontr¨¦ all¨ª con j¨®venes como yo que te reciben de forma amistosa, que te ense?an t¨¦cnicas para estudiar, y empiezas a confiar en ellos, a soltarte. Es un intensivo de muchas horas¡±. C., una joven universitaria de Zaragoza, vivi¨® la misma experiencia algunos a?os despu¨¦s: ¡°Cuando ven que ya empiezas a confiar en ellos, te dan las charlas motivacionales. Te dicen que, si hasta ahora no te ha ido bien en los estudios, no es solo por los estudios, sino porque t¨² no est¨¢s bien en tu vida. Te dibujan un esquema, un ¨¢rbol; te explican que los frutos que tienes en tu vida vienen de las ra¨ªces, y que las ra¨ªces son tus padres, tu familia, tu autoestima¡­ Te lo repiten mucho y empiezan a crear en ti la necesidad de trabajar sobre tus traumas, tus heridas. Al final hay un ejercicio de visualizaci¨®n donde te hacen ver la persona que puedes llegar a ser con su ayuda. Cuando ellos ven que est¨¢s superemocionada, con l¨¢grimas en los ojos, te dicen: ¡®Mira, tenemos otro curso que se llama Soft Skills Academy y ah¨ª vas a poder trabajar todos tus traumas¡±.

¡°Hay algunos j¨®venes¡±, explica Moreno, la joven de Barcelona, ¡°que en ese momento dicen que no, que solo les interesan las t¨¦cnicas de estudio, y siguen con su vida. Y otros, como yo, que deciden entrar y quedarse. Estuve all¨ª m¨¢s de seis a?os¡±.

Lo que sucedi¨® en el transcurso de esos a?os ¡ªrelatado por Moreno con todo lujo de detalles¡ª se corresponde milim¨¦tricamente con el testimonio de otros cinco j¨®venes de varios lugares de Espa?a que, tras realizar el curso para aprender a estudiar de Genius, aceptaron las invitaciones sucesivas a hacer otros cursos de superaci¨®n personal. Se vieron atrapados durante a?os en una maquinaria que mezcla lo laboral con lo personal de tal forma que muchos j¨®venes asumieron el reto de convertirse en el futuro en l¨ªderes y due?os de su propia franquicia a condici¨®n de que convenzan a otros j¨®venes a pagar el curso de 2.000 euros y de ah¨ª pasen a formar parte de la rueda. Incluso llegan a vivir juntos bajo el control constante de sus supervisores.

La oferta es tentadora. Los j¨®venes que recurren al curso ¡ªen su mayor¨ªa estudiantes¡ªse encuentran de repente con que ya no solo les van a ense?ar a estudiar y, de paso, a curar sus heridas personales, sino que les ofrecen trabajar y formar parte de ese grupo de j¨®venes con apariencia de triunfadores, que visten bien, tienen un discurso articulado y se mueven con soltura por oficinas elegantes y hoteles de lujo. ¡°Me prometieron¡±, explica Moreno, ¡°que despu¨¦s de dos o tres a?os intensivos iba a montar mi propio centro con gente que me querr¨ªa much¨ªsimo, que ser¨ªa como mi familia y que, con veintipocos a?os, podr¨ªa tener mi propia empresa y ganar mucho dinero¡±.

La realidad es que el objetivo prometido casi nunca llega a cumplirse: pr¨¢cticamente todas las franquicias que existen en Espa?a pertenecen a Giacomo Navone o a su entorno italiano, y los j¨®venes que se han embarcado en el proyecto terminan cans¨¢ndose y march¨¢ndose. Pero lo que dejan atr¨¢s al irse, seg¨²n Kilian, un joven catal¨¢n que fue uno de los primeros que formaron parte del proyecto Genius en Espa?a y que permaneci¨® en la compa?¨ªa m¨¢s de seis a?os, va mucho m¨¢s all¨¢ de un simple fracaso laboral. ¡°El vac¨ªo que te deja es brutal y necesitas mucho tiempo y mucha ayuda para recuperarte. Hay que tener en cuenta que la dependencia emocional que creas durante a?os con tus instructores, con tus compa?eros, es absoluta. Todo tu mundo, tu vocabulario, tus objetivos, y hasta tus relaciones de pareja, se queda all¨ª. Yo lo hab¨ªa dejado todo y cuando digo todo es todo: mi trabajo de antes, mis amigos de antes, incluso la relaci¨®n cercana con mi familia. Hab¨ªa vivido en una burbuja en la que hasta se hablaba un idioma distinto, una jerga propia que te hac¨ªa sentirte parte de tu nuevo grupo, incluso de alguna manera superior al resto. T¨² quer¨ªas ser un l¨ªder¡±.

¡ª?D¨®nde te has metido, hija? Llevo 20 minutos esper¨¢ndote sentada en este banco.

¡ªLo siento. Me ha parado una chica en la puerta de Zara para que me apuntara a un curso para aprender a estudiar y no consegu¨ªa irme. Cada vez que lo intentaba, me dec¨ªa que esperara un poco.

¡ª?Pero con malos modos?

¡ªNo, era muy simp¨¢tica. Me ha pedido que apuntara 10 n¨²meros en una libreta, los ha mirado un par de segundos y se los ha aprendido. Me ha pedido el tel¨¦fono y me ha dicho que vaya a una presentaci¨®n que hay el viernes que viene en el hotel NH.

La escena que desencaden¨® esta investigaci¨®n se produjo hace unos meses en la esquina de las calles Hondarribia y Arrasate de San Sebasti¨¢n (Gipuzkoa). Algunos padres y madres de j¨®venes, incluso de menores de edad que en los ¨²ltimos meses han sido abordados en la calle para venderles el curso Genius, se inquietaron cuando sus hijos les contaron algunos detalles de la presentaci¨®n. Una de ellas es S., una mujer de Pamplona: ¡°Mi hija, que siempre hab¨ªa ido bien en los estudios, tuvo un bache, y justo alguien le coment¨® lo del curso y fue a una presentaci¨®n en San Sebasti¨¢n. Le dije que me fuera informando en todo momento y esa misma noche me llam¨® emocionada. Me coment¨® que eran muy majos, que nada m¨¢s llegar ya se sab¨ªan su nombre, que le hab¨ªan hecho unas pruebas pregunt¨¢ndole por cosas personales y que eran tan atentos que ni las dejaban salir solas a tomar un caf¨¦. Ya aquel detalle me alarm¨® un poco, pero pens¨¦ que tal vez ser¨ªan prejuicios m¨ªos. No le quer¨ªa decir a la cr¨ªa que aquello pod¨ªa ser una secta o algo parecido porque no me la quer¨ªa poner en contra, pero me chocaba mucho que un curso para aprender a estudiar se convirtiera de buenas a primeras en sesiones de cuatro de la tarde a once de la noche. Pens¨¦ que, por muy madura que fuera mi hija, en sesiones tan largas de inmersi¨®n emocional pod¨ªan hacer con ella lo que quisieran. En Google no encontr¨¦ informaci¨®n, pero al final consegu¨ª contactar con Redune, una asociaci¨®n que hay en San Sebasti¨¢n y que se dedica a alertar sobre los m¨¦todos de captaci¨®n de las sectas¡±. All¨ª confirmaron sus temores. El presidente de la asociaci¨®n, Juantxo Dom¨ªnguez, le confirm¨® que tienen bastantes denuncias de afectados de Genius y le indic¨® el nombre de algunos psic¨®logos expertos en este tipo de organizaciones.

Uno de ellos, tal vez el que m¨¢s sepa sobre el asunto, es Miguel Perlado, psic¨®logo y especialista en sectas. Por su consulta de Barcelona han pasado en los ¨²ltimos a?os unas 30 familias que han tenido contacto con Genius, de manera que es capaz de desbrozar la compleja mara?a de cursos, propuestas y cambios de nombre de la compa?¨ªa de Giacomo Navone en los ¨²ltimos a?os. Perlado dibuja un esquema claro de la estrategia. ¡°La clase gratuita a la que te invitan cuando te paran por la calle y que normalmente se celebra los viernes¡±, explica, ¡°es en realidad una venta del curso que dura dos horas y media. Si bien el primer movimiento de atracci¨®n pasa por una demostraci¨®n vistosa de t¨¦cnicas mnemot¨¦cnicas, que efectivamente pueden funcionar y que tambi¨¦n utilizan los captadores que trabajan en la calle ¡ªla memorizaci¨®n de 10 o 20 n¨²meros en unos pocos segundos o el aprendizaje r¨¢pido de p¨¢ginas enteras del ¨²ltimo n¨²mero de la revista Muy Interesante¡ª, enseguida van introduciendo relajaciones profundas, procedimientos para modificar el estado an¨ªmico, visualizaciones para que los aspirantes a hacer el curso imaginen el objetivo a conseguir¡­ Es ah¨ª donde se encargan de remarcar los aspectos negativos que cada uno tiene en su vida, los anclajes, al mismo tiempo que insisten en las ventajas que supuestamente se obtendr¨¢n una vez realizado el curso¡±.

La presentaci¨®n del curso es clave. Por un lado, es el momento en que los j¨®venes o sus familias tienen que decidir si pagan los m¨¢s de 2.000 euros del curso. Por otro, esas tres jornadas de convivencia (de viernes a domingo) en las sedes de Genius ¡ªo en un hotel de cuatro estrellas en las ciudades donde no disponen de oficinas permanentes¡ª permiten a los organizadores realizar una primera selecci¨®n de aquellos alumnos que re¨²nen las caracter¨ªsticas para integrarlos en la organizaci¨®n como colaboradores o skillers. El psic¨®logo Perlado explica: ¡°Ah¨ª el lenguaje cambia. Ya no se trata de conseguir dinero vendiendo el curso de t¨¦cnicas de estudio, sino captaci¨®n de personas para integrarlas en el engranaje de la organizaci¨®n. Por tanto, el discurso se dirige directamente a las emociones: te vas a convertir en un l¨ªder y vas a cambiar tu trozo de mundo, aunque dentro de poco descubras que eso implica trabajar de ocho de la ma?ana a diez de la noche y acabar el d¨ªa cenando con todos los dem¨¢s colaboradores. Poco a poco, te ir¨¢s quedando sin vida personal m¨¢s all¨¢ del entorno del grupo¡±.

Moreno, la joven catalana que pas¨® seis a?os integrada en la organizaci¨®n y que la abandon¨® el a?o pasado, coincide en que es en ese momento, justo en ese momento, cuando se produce el punto de quiebra. Lo explica as¨ª: ¡°Hay que distinguir una cosa importante, que creo que no se ha contado bien cuando se habla de Genius. Es cuando se dice que el curso Genius para aprender a estudiar es una secta, as¨ª, en general. Y no es as¨ª. Ese curso ¡ªque es del que ellos hacen m¨¢s publicidad, a trav¨¦s de los chicos que promocionan en las calles y tambi¨¦n en redes sociales¡ª es efectivamente un curso de t¨¦cnicas de estudio que funciona y que yo, por ejemplo, sigo utilizando. Yo creo que nadie ha conseguido tumbar a Genius porque se ha mezclado todo y ellos se refugian en eso. Dicen: ?c¨®mo vamos a ser una secta si somos un curso de estudios legal? Y tienen raz¨®n en eso. Pero tambi¨¦n es cierto que el curso de t¨¦cnicas de estudio es la puerta para los otros cursos que s¨ª conducen al adiestramiento, y a partir de la academia de adiestramiento s¨ª que empiezan a funcionar como una secta en toda regla¡±.

De un tiempo a esta parte, la proliferaci¨®n de grupos sectarios ¡ªmucho m¨¢s sutiles en sus comportamientos y tambi¨¦n m¨¢s eficaces en sus m¨¦todos de captaci¨®n que las sectas tradicionales¡ª ha llevado a la Polic¨ªa Nacional a poner en marcha el primer plan operativo de actuaci¨®n y coordinaci¨®n policial frente a sectas destructivas. Sin llegar a referirse a qu¨¦ organizaci¨®n en concreto est¨¢n investigando, la Polic¨ªa advierte de que ¡°estos grupos, partiendo del enga?o, utilizan t¨¦cnicas de manipulaci¨®n coercitiva para la captaci¨®n, adoctrinamiento y control de los adeptos con fines habitualmente lucrativos y de poder¡±.

La estructura jer¨¢rquica de Genius contempla una serie de fases a atravesar. La puerta de entrada, como ya ha explicado Moreno, es el curso para aprender a estudiar. Hay alumnos que se quedan ah¨ª, pero quienes son invitados a continuar y deciden quedarse deben ir superando las fases en funci¨®n, sobre todo, de los nuevos alumnos que puedan conseguir. La comisi¨®n por el n¨²mero de contratos al curso de 2.000 euros se convertir¨¢ en su forma de subsistencia y, de forma paralela, en la llave para poder participar en otras actividades y talleres de contenido emocional como los de la Soft Skills Academy. El siguiente estatus es el de ¡°colaborador¡± o ¡°skiller¡±. Una vez demostrada la predisposici¨®n ¡ªen tiempo y resultados¡ª a integrarse en Genius, unos pocos elegidos se preparar¨¢n para el curso m¨¢s importante, el Eagle, una suerte de rito de iniciaci¨®n. Una vez superado el Eagle ya se les considera dentro de la organizaci¨®n y entran en un proceso que internamente se conoce como ¡°adiestramiento¡±. Pasan primero a ser ¡°colaboradores oficiales¡± y, si consiguen inscribir a 30 personas, suben un nivel m¨¢s: el de ¡°colaborador profesional¡±. El camino para seguir ascendiendo tiene diversas metas volantes ¡ªcolaborador potencial instructor, asistente, responsable de centro¡­¡ª hasta llegar a ser ¡°instructor¡±. En la c¨²spide de la pir¨¢mide est¨¢ Giacomo Navone.

¡°Me ofrecieron un curso que al menos entonces llamaban Eagle, como ¨¢guila en ingl¨¦s¡±, explica Moreno, ¡°me dijeron que era superexclusivo, que me iba a servir para quitarme todos los traumas y heridas ¡ªel divorcio de mis padres, mi inseguridad personal¡ª y que saldr¨ªa completamente nueva de all¨ª. Para poder hacerlo ten¨ªa que apuntar a siete personas al curso de t¨¦cnicas de estudio, porque, seg¨²n sosten¨ªan, era la forma de hacerles saber que t¨² confiabas de verdad en ellos, que tu compromiso era serio. Tambi¨¦n me dec¨ªan: ¡®Si consigues apuntar a siete personas, te demostrar¨¢s a ti misma que puedes ser una l¨ªder en la vida y que puedes instruir a otras personas, porque la gente hace caso a los l¨ªderes¡¯. Yo en ese momento deseaba entrar en el Eagle como fuera, as¨ª que apunt¨¦ a siete personas. El curso consiste en ir a un lugar ¡ªun hotel o las oficinas de Genius¡ªdonde cierran las ventanas, las tapan para que no veas qu¨¦ hora es, te quitan los relojes, te quitan el m¨®vil y no puedes comer nada dulce, ni caf¨¦ ni nada. Es como que te quitan todo lo que te pueda distraer. B¨¢sicamente, en ese curso te destrozan. Tienes que salir delante de todos y explicar tus heridas y tus traumas, y ellos ah¨ª te hacen ver que todo eso es tu responsabilidad y que t¨² has escogido tener esos traumas porque te dan la ventaja de no esforzarte lo suficiente, que prefieres seguir siendo v¨ªctima de ti mismo en vez de ser un l¨ªder en la vida y tener ¨¦xito y avanzar; siempre la consigna es ser un l¨ªder, ser un l¨ªder, ser un l¨ªder¡±.

La vida de un l¨ªder empieza a las siete de la ma?ana. Para que todos los miembros del equipo act¨²en con la perfecci¨®n de un coro o de un ballet, su compenetraci¨®n es total, y eso se consigue ¡ªseg¨²n explica Kilian¡ª con un r¨¦gimen de vida m¨¢s estricto incluso que los de un cuartel o un monasterio. As¨ª, es muy frecuente que los trabajadores que promocionan en la calle suelan vivir juntos, en pisos compartidos que pagan a escote: ¡°La rutina siempre era la misma. Nos levant¨¢bamos a las siete de la ma?ana, nos reun¨ªamos en el sal¨®n para asegurarnos de que todos est¨¢bamos ya en marcha a pesar de que casi nunca dorm¨ªamos m¨¢s de cinco o seis horas, y ten¨ªamos equis minutos para cambiarnos y marcharnos al gimnasio. Mientras, cada uno escuchaba en sus auriculares una rutina de agradecimiento, que pod¨ªa ser un mantra, la repetici¨®n de la frase ¡®eres un l¨ªder, eres un l¨ªder¡¯ o algo parecido. Luego hac¨ªamos ejercicio ¡ªhubo una ¨¦poca que se hac¨ªa en la playa con un entrenador personal que contrat¨® el instructor¡ª y despu¨¦s visualiz¨¢bamos c¨®mo quer¨ªamos que fuera el d¨ªa, nuestros objetivos, y sal¨ªamos a la calle a promocionar. Nos pas¨¢bamos el d¨ªa en la calle, hiciera fr¨ªo o calor, pero aunque pareciera que est¨¢bamos solos, no era as¨ª. Est¨¢bamos 24/7 recibiendo mensajes del instructor, ya fueran textos, de voz, con m¨²sica¡­ Y despu¨¦s de las reuniones ¨ªbamos a la sede a m¨¢s reuniones, a la preparaci¨®n del fin de semana. ?ramos como soldados. El camino oficial hasta arriba se llama adiestramiento¡±.

¡ªEn este punto est¨¢bamos como en una burbuja ¡ªtercia Kilian¡ª. Una cosa era el mundo exterior, con gente que no sab¨ªa nada de la vida, y luego est¨¢bamos nosotros, que ¨¦ramos la parte buena del mundo. Est¨¢bamos como abducidos, tan metidos en nuestra nueva realidad que ya hasta habl¨¢bamos una jerga que nuestros amigos, nuestras familias, no entend¨ªan, y de esa forma nos ¨ªbamos separando de ellos. Emple¨¢bamos expresiones como ¡°el camino, la misi¨®n¡±, o dec¨ªamos que ¡°la gente de fuera¡± no entend¨ªa nuestros deseos de ser l¨ªderes porque ten¨ªan ¡°est¨¢ndares muy bajos¡±, pocas aspiraciones de vida. Ten¨ªas una sensaci¨®n de superh¨¦roe, de ser indestructible. ?ramos la ¨¦lite.

¡ªA m¨ª ¡ªdice M.¡ª alg¨²n amigo del barrio me lleg¨® a preguntar: ¡°?T¨² no te estar¨¢s metiendo en una secta, verdad?¡±.

Kilian recuerda que ten¨ªan sus propios grupos de fans: ¡°Hab¨ªa chavales que acababan de empezar que te abrazaban, te idolatraban, quer¨ªan ser como t¨². Cuando vives esta emoci¨®n de que te crees Justin Bieber en un ambiente superpeque?o, tu ego se dispara¡±.

El caso es que la realidad de sus vidas ¡ªseg¨²n reconocen ahora desde la perspectiva del tiempo¡ª es que viv¨ªan en una farsa constante. Por una parte, se sent¨ªan l¨ªderes, se mov¨ªan en taxis, tomaban caf¨¦ en los bares de los hoteles y eran un modelo de vida. Por otro, hab¨ªa meses en que apenas llegaban a ganar lo suficiente para pagar el alquiler. ¡°De los 1.490 que costaba el curso entre 2013 y 2019¡å, explica Kilian, ¡°el primer sueldo que pod¨ªas tener de eso, que era en negro obviamente, eran 149 euros por apuntado. Y los que mejores n¨²meros hac¨ªamos como mucho consegu¨ªamos 10 al mes. Hab¨ªa mucha gente que apuntaba a dos o tres m¨¢ximo. Hab¨ªa sueldos superprecarios y en negro. Yo los a?os que estuve ah¨ª, cero cotizaci¨®n¡±.

Giacomo Navone responde sobre este asunto: ¡°Desde hace dos a?os la modalidad de trabajo que se critica ya no existe. Toda la estructura empresarial ha cambiado, incluyendo la salida de nuestro antiguo socio italoamericano, cuyo estilo de gesti¨®n, demasiado autoritario, consider¨¢bamos inadecuado para los tiempos actuales. Se han revisado contratos, salarios y el modelo de negocio en general, lo cual podr¨ªa invalidar muchas de las afirmaciones hechas por las personas entrevistadas¡±. Sin embargo, un trabajador que dej¨® la compa?¨ªa hace unos meses muestra una n¨®mina en la que se refleja que en un mes normal el sueldo ronda los 600 euros, que puede llegar a 1.100 si hay suerte en la calle: por cada inscrito al curso de 2.000 euros, cobran una comisi¨®n de 200. El problema es que los que acaban de entrar dependen enteramente de las comisiones y pueden no ganar nada.

?Por qu¨¦ siguieron ah¨ª? La respuesta que Moreno da a continuaci¨®n, por dura que pueda parecer, coincide en todos los puntos con otros testimonios que hemos podido recoger en distintas ciudades espa?olas con otros extrabajadores de Genius ¡ªy hasta con j¨®venes que estuvieron a punto de entrar y finalmente no lo hicieron¡ª que no se conocen entre s¨ª y que vivieron situaciones muy parecidas.

Explica Moreno: ¡°Despu¨¦s de machacarte delante de todos, te dicen que una cosa que puedes hacer es trabajar para convertirte en instructor, porque si t¨² eres un instructor ser¨¢s una persona que siempre es un l¨ªder en su vida y que ha conseguido superar todo esto y que para hacerlo tienes que entrar en adiestramiento. Y, como dije antes, para m¨ª la secta real fue entrar en adiestramiento, porque ah¨ª es donde tienes que irte a vivir con otros instructores. Trabajas para ellos, de lunes a lunes. No hay d¨ªas libres, y siempre es todo en funci¨®n de los resultados. O sea, tienes que estar siempre haciendo inscritos al curso; tu misi¨®n en la vida es hacer inscritos, porque adem¨¢s es la forma de ir ganando algo de dinero. No hablas con gente de fuera al margen de los alumnos y siempre tienes que aparentar que est¨¢s bien, porque si est¨¢s mal o te quejas te dicen que est¨¢s siendo un pringado, que eso no es propio de un l¨ªder, que est¨¢s volviendo a ser v¨ªctima, que no has aprendido de Eagle¡­ Incluso si un d¨ªa estabas enfermo porque ten¨ªas gripe, te dec¨ªan que eso es mental, que la enfermedad es mental y que te la has creado t¨² y que puedes escoger si dejarte vencer por la enfermedad y no obtener resultados o ser m¨¢s fuerte que eso¡±.

El psic¨®logo Miguel Perlado asiente cuando le contamos el testimonio de Moreno, que se parece mucho al de Kilian, y tambi¨¦n al de M., o al de dos hermanas de Zaragoza que ¡ªen medio de una situaci¨®n personal muy tr¨¢gica¡ª salieron huyendo de la sede de la compa?¨ªa porque no pod¨ªan aguantar la presi¨®n que estaban ejerciendo sobre ellas. Dice Perlado: ¡°Lo m¨¢s peligroso de este tipo de grupos es que en los colaboradores se genera una dependencia infinita, que contin¨²a incluso entre quienes salen de ah¨ª. No se puede hablar de una secta destructiva, pero s¨ª de una organizaci¨®n de comportamiento y funcionamiento sectarios¡±.

Moreno cuenta: ¡°Yo he estado trabajando con covid, con anginas, con 39 grados de fiebre. Cosas as¨ª extremas, todas las que te puedas imaginar. Y encima he llegado a vivir con 14 personas en un piso con un solo ba?o y durmiendo en el sal¨®n con cuatro personas m¨¢s¡­ Te pierdes un mont¨®n de cumplea?os de tu familia, de tus padres, porque si no est¨¢s en la calle promocionando, hay demostraci¨®n del curso, o el curso propiamente dicho. Nunca te proh¨ªben directamente descansar. No es que te digan que no puedes ir, es que les comentas: ¡®Es el cumple de mi madre, ?puedo ir?¡¯. Y te responden: ¡®?C¨®mo llevas tus resultados?¡¯, y t¨² le contestas: ¡®He hecho dos inscritos¡¯. Y entonces te dicen: ¡®?Y t¨² crees que as¨ª vas a conseguir tus objetivos?, ?est¨¢s contenta contigo?, ?esa es la persona que quieres ser?¡¯. Todo est¨¢ enfocado para que te sientas culpables y seas t¨² el que digas que no me lo merezco, no debo ir, tengo que seguir trabajando para progresar dentro de la empresa¡±.

Hay algo en com¨²n entre todos los que decidieron irse, y es que en alg¨²n punto se sintieron estafados. Se cansaron de no ganar lo suficiente para pagar el alquiler, de tener que pedir dinero prestado, del control y la presi¨®n del grupo. Kilian recuerda la historia de uno de ellos, que todav¨ªa sigue en la organizaci¨®n, que lleg¨® a comer los azucarillos de los hoteles porque no hab¨ªa hecho suficientes inscritos. ¡°Un d¨ªa se quiso ir y no se lo dijo a nadie. Se fue a casa, hizo la maleta y en la calle se encontr¨® con un instructor de casualidad. Lo repesc¨® ah¨ª mismo y ah¨ª sigue. No existe la fuga, cualquier m¨ªnima cosa que se saliese de los m¨¢rgenes, chivatazo y se interven¨ªa al momento¡±, recuerda.

Kilian reconoce que, seguramente, no hubiera encontrado el valor para marcharse si no hubiese sido porque le dieron un ultim¨¢tum: o Genius o su novia. Su pareja, a la que hab¨ªa conocido dentro de la empresa, pertenec¨ªa a una sede distinta a la suya y hab¨ªa tenido problemas financieros con uno de los jefes y se fueron todos en bloque. Para ¨¦l, que su novia dejara la empresa fue, seg¨²n cuenta, ¡°un shock¡±. Genius trat¨® de que sus colaboradores no se relacionaran con los que hab¨ªan sido desleales para evitar que se convirtieran en una mala influencia. ¡°Pero yo¡±, explica Kilian, ¡°quer¨ªa seguir con ella, y trat¨¦ de convencer a los jefes para seguir en la organizaci¨®n sin dejar de verla¡±. Todo estall¨® una noche en la que le dijeron que no volviera al piso donde viv¨ªa con el resto de los chicos: ¡°Me echaron de mi casa. Yo estaba muy enfadado, hab¨ªa sacrificado toda mi vida por esto. Llevaba cuatro a?os y pico. Y ah¨ª es cuando decid¨ª hacer p¨²blico todo lo que pasaba dentro. Mucha gente empez¨® a difundirlo, muchos dejaron el curso y perdieron mucho dinero¡±.

Seg¨²n la investigaci¨®n de este peri¨®dico, y de forma muy resumida, el grupo cuenta con al menos 14 empresas registradas en Espa?a, la mayor¨ªa constituidas a partir de 2020, en algunas de las principales capitales de provincia. Est¨¢n presentes, seg¨²n los datos del Registro Mercantil, en Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Palma de Mallorca, Sevilla, M¨¢laga, Murcia, San Sebasti¨¢n y Zaragoza. Al frente de ellas se encuentran siete instructores italianos y una espa?ola, Laura Revilla (en Zaragoza) ¡ªseg¨²n la informaci¨®n de su p¨¢gina web¡ª, que cuentan con al menos una sociedad limitada a su nombre para poder operar en sus territorios. Todos liderados por el que consideran ¡°el creador¡± de Genius, Giacomo Navone, que administra hasta cinco firmas en Espa?a. Otros nombres, tambi¨¦n italianos, con poder en la organizaci¨®n son los jefes de Madrid y Barcelona, Theo Scacchi, Lucrezia Vattimo, Marco Bevanati y Michele D¡¯Antino. Navone se queja de que los testimonios de algunos antiguos miembros de su compa?¨ªa puedan perjudicar su trayectoria: ¡°Somos una empresa normal, que factura menos de 300.000 euros y por la que han pasado 20.000 alumnos, que puede acabar en una pesadilla porque alguien se ha puesto las gafas de secta, el filtro de secta y ha convertido todo en una secta. Esto para nosotros podr¨ªa representar un da?o econ¨®mico y humano enorme e irreparable. Yo no digo que esas personas con las que ustedes han hablado no hayan vivido su experiencia as¨ª, yo no lo discuto, pero hay otras muchas con experiencias muy positivas¡±.

Es una tarde de octubre en Zaragoza. En el cuarto piso del n¨²mero 2 de la calle de la Madre Rafols se est¨¢ celebrando la presentaci¨®n del curso para aprender a estudiar en 21 d¨ªas ¡ªlas denominaciones han ido cambiando a lo largo de los a?os¡ª. Detr¨¢s de una de las puertas de este edificio de oficinas se percibe My Way, de Frank Sinatra, una de las canciones que se repiten en las puestas en escena de Genius y que los extrabajadores tienen grabada en el cerebro. Otros se llegaron a tatuar un ¨¢guila en el cuerpo como recuerdo del curso Eagle. Al d¨ªa siguiente, en la Torre Urquinaona de Barcelona, junto a la plaza de Catalu?a, el paisaje es id¨¦ntico, como lo es cualquier fin de semana del a?o en el hotel NH de San Sebasti¨¢n. Lugares exclusivos, instructores amables y bien vestidos, potenciales clientes predispuestos a pagar m¨¢s de 2.000 euros por un curso para sus hijos o para ellos mismos. Por eso ¡ªy aqu¨ª coinciden tambi¨¦n todos los entrevistados¡ª no hay ning¨²n detalle que se deje al azar. Ya durante la labor de captaci¨®n en la calle, los promotores de Genius han recibido el manual ¡°Script promo¡±, unas instrucciones muy precisas para que la venta del curso sea muy eficaz: ¡°?C¨®mo eres como estudiante? Cu¨¦ntame un poquito¡±. Si la respuesta es que es buen estudiante y que lo aprueba todo, no le dan ni el folleto. A los que aceptan ir a la presentaci¨®n, se les marca de cerca. Los colaboradores colocan a los potenciales alumnos de tal forma que puedan controlar sus reacciones. Todo est¨¢ minuciosamente preparado.

Han pasado cinco meses desde que, en una calle de San Sebasti¨¢n, iniciamos una investigaci¨®n sobre los m¨¦todos de captaci¨®n de Genius. Lo que hemos descubierto es que esos j¨®venes que seguimos viendo, de aqu¨ª para all¨¢, a un ritmo fren¨¦tico para conseguir clientes, tienen el mismo perfil que los que, ya desde fuera de la compa?¨ªa, nos cuentan hasta el m¨ªnimo detalle de c¨®mo era su r¨¦gimen de vida a la b¨²squeda de un sue?o que jam¨¢s se hizo realidad. Las jornadas interminables de trabajo, la convivencia supervisada por un instructor severo, la manera en que ¡ªen sesiones interminables de terapia¡ª se quedan desnudos emocionalmente para luego volver a reconstruirse. El objetivo: convertirse en ¡°l¨ªderes¡±, seguir un ¡°camino¡±, cambiar un ¡°trozo del mundo¡±.

¡ªCuando yo sent¨ª que mi hija empezaba a romper con todo para estar con ellos ¡ªexplica S., la madre de Pamplona¡ª, solo necesitaba una cosa: informaci¨®n. Y buscaba en internet y no hab¨ªa nada. Me hubiera conformado con saber qui¨¦nes son, c¨®mo act¨²an, qu¨¦ hacen.