"Lo m¨¢s importante es averiguar qui¨¦n y por qu¨¦ quema el monte"

La conversaci¨®n con el presidente de la Xunta se interrumpe cada poco por las llamadas de su consejero de Medio Rural, Alfredo Su¨¢rez Canal, con las ¨²ltimas noticias. "La situaci¨®n es especialmente adversa, por la temperatura y el viento, pero tenemos que bajar el diapas¨®n del alarmismo y el catastrofismo", reclama Emilio P¨¦rez Touri?o. "No es imparable. Y tenemos medios y recursos para controlar la situaci¨®n".

Pregunta. El fuego le ha afectado incluso personalmente, porque casi alcanza su casa particular.

Respuesta. Me ha pasado lo que a miles de gallegos. La casa estuvo amenazada tres veces y finalmente las llamas entraron literalmente a la peque?a finca que la rodea. Es s¨®lo un caso m¨¢s de una situaci¨®n que presenta dos circunstancias excepcionales: un fort¨ªsimo viento del nordeste, mezclado con la sequ¨ªa y las bajas temperaturas, y que los incendios se est¨¢n concentrando en las zonas m¨¢s pobladas de la costa atl¨¢ntica y en las cercan¨ªas de las principales arterias de comunicaci¨®n. Tradicionalmente en Galicia las proporciones de superficie quemada eran un 35% de zona arbolada y un 65% de monte raso. Esos porcentajes se han invertido dr¨¢sticamente, porque ahora se concentran en las masas arboladas pr¨®ximas siempre a zonas habitadas y las periferias de las ciudades. El fuego se nos ha metido en nuestras casas.

"No es imparable. Y tenemos medios y recursos para controlar la situaci¨®n"

P. Usted destaca que los recursos para la extinci¨®n son ingentes, pero lo cierto es que, desde hace tres d¨ªas, no dan abasto y muchos vecinos se sienten desatendidos.

R. El n¨²mero de incendios es elevad¨ªsimo, por encima de los 60 cotidianamente. El n¨²mero de focos es tan grande, sistem¨¢tico y persistente que los recursos siempre van a parecer escasos porque no son ilimitados.

P. ?Tan seguros est¨¢n sobre la intencionalidad?

R. Es que coinciden todos, la Guardia Civil, la polic¨ªa, los servicios de extinci¨®n de incendios... Todos con los que despacho cotidianamente me transmiten la misma informaci¨®n: por encima del 80% de los incendios son causados intencionadamente. Lo que tenemos que responder para ganar esta batalla es el por qu¨¦ y el qui¨¦n quema el monte. Por eso le he pedido un esfuerzo especial al Ministerio del Interior. Tenemos que resolver la cuesti¨®n de qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de esto, porque mientras no lo hagamos el problema se puede repetir. Tenemos que descubrir si existe una organizaci¨®n, pero puedo establecerlo como hip¨®tesis.

P. ?En qu¨¦ han cambiado el dispositivo respecto al PP?

R. Lo hemos tratado de mejorar y hemos seguido aumentando los recursos como en los a?os anteriores. Pero la l¨®gica del operativo es exactamente la que hemos heredado y que hemos mantenido porque era razonablemente eficaz. Lo que es nuevo es la tipolog¨ªa de los incendios, que obligan casi a centrarse m¨¢s en la protecci¨®n civil que en el trabajo en el monte.

P. El PP les acusa de sacrificar la profesionalidad de las cuadrillas y primar otros criterios como el conocimiento del gallego.

R. Recurrir a esta argumentaci¨®n habla bien de la actitud del PP y de su respeto al idioma gallego. Pero, adem¨¢s, es radicalmente falso. El operativo se basa en cuatro patas y en tres de ellas la cuesti¨®n ling¨¹¨ªstica no cuenta para nada. Parte de las cuadrillas se recluta por un convenio con la Federaci¨®n Gallega de Municipios y Provincias que no dice nada sobre el idioma. Luego est¨¢ la mayor¨ªa, que son contratados fijos y fijos discontinuos, a los que tampoco se les impone ninguna clase de exigencia ling¨¹¨ªstica. Tan s¨®lo a una parte m¨¢s peque?a, que se contrat¨® a partir de aspirantes a la Administraci¨®n, se aplic¨® el criterio general que rige para toda la Xunta y que considera el conocimiento del gallego como un m¨¦rito. Es lamentable que se haya sacado este asunto.

P. ?Por qu¨¦ el Ej¨¦rcito no participa en la extinci¨®n?

R. Le hemos pedido que colabore en la protecci¨®n de los bienes y las personas, porque es en lo que m¨¢s puede colaborar. La extinci¨®n de incendios requiere profesionalidad, y las fuerzas ordinarias del Ej¨¦rcito no est¨¢n preparadas para ese trabajo especializado.