Para guardar la vida
Este exigente y maduro libro de Olvido Garc¨ªa Vald¨¦s (Santianes de Pravia, Asturias, 1950) reafirma el lugar central que su escritura ocupa en la poes¨ªa espa?ola. Todos sus libros siguen los hilos de un relato que, en constante progreso, ampl¨ªa y profundiza los saberes de lo propio, la sustancia y consistencia de las cosas. Una especie de serenidad expectante es la que toma cuerpo en Y todos est¨¢bamos vivos, en su afilada ternura, en los ecos de una muerte que son ecos de vida. Se da cuenta as¨ª de la irrealidad de una vida que, intensamente presente en el mundo, nace de una deuda precisa: "vida que s¨®lo y s¨®lo / mirando se llega a ver. La / forma, Rosal¨ªa, de la muerte". Es pues una celebraci¨®n de la vida, lo inagotable de su significado, el consuelo de saberse acogido por una irrealidad que, teniendo en cuenta la materialidad de los hechos, los supera en profundidad y sentido, con detenimiento.
Y TODOS EST?BAMOS VIVOS
Olvido Garc¨ªa Vald¨¦s
Tusquets. Barcelona, 2006
217 p¨¢ginas. 15 euros
Su impulso es el deseo de pe
netrar en el fondo del mundo y de la realidad ensanch¨¢ndola, complet¨¢ndola, trascendi¨¦ndola: "real la imagen y lo real". Lo mostrado no est¨¢ detr¨¢s o bajo las palabras, sino en su dicci¨®n misma, en el habla que le da consistencia: "El pez asoma y escucho la pregunta / por si duele vivir". La textura del libro y de su lenguaje nace para mostrar, no para demostrar. De este lado de ac¨¢, lo que vale es la intensidad, la liberaci¨®n de las formas: "Todo / va cambiando salvo eso, hueso / del tiempo". Es pues un viaje hacia la certeza, un cat¨¢logo de paisajes, luces y colores en una tela de ara?a repleta de evidencias, un "modo de la conciencia que explora los l¨ªmites" desde la "inflamada / percepci¨®n de la noche y la luz". Una naturaleza llena de humanas y espirituales analog¨ªas. El mundo sentido en la experiencia cotidiana. La suya es una ascesis posibilitadora, un tejido capaz de esclarecer el mundo, ilumin¨¢ndolo en sus posibilidades, porque de ese modo no se ofrecen verdades l¨®gicas, sino sentido, consuelo, resguardo e identidad: "Entre lo literal de lo que ve / y escucha, y otro lugar no evidente / abre su ojo la inquietud".
Guardar la vida pasa por la intensidad y la existencia de las cosas. As¨ª se "hila la vida". As¨ª "aparece un estar propio de lo / que llamamos condici¨®n humana". En la intransitiva ra¨ªz del alma y de la vida, est¨¢ la fe material en el pensamiento del coraz¨®n y el movimiento del mundo. Una manera de existir en la esencia y el estado de las cosas.
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